Y yo con mi corona, como un gilipollas, madre…

Hay para todos los gustos en esta vida sinsentido en donde nos encontramos en este mes que abrasa las intenciones más deshonestas. Unos corriendo en Pamplona delante de los toros, corneados por sus astas porque son machos que deben dejar alto el listón, otros ligando bronce a cuarenta grados pese a las advertencias de los golpes de calor, suspensos, aprobados, más ninis en la lista y subiendo la lista de los parados mayores de 45 años.

Este escenario es también compatible con la España que se sumerge en las directrices de la canciller Merkel y sus amigos de turno. Un Rajoy que no sabe, no contesta, y asiente en castellano para que no le coman los que manejan su cotarro. Un Pablo Iglesias que lucha en su mein kamp de la izquierda radical y que acaso no es compatible con el nuevo Ahora En Común o la ya conocida Izquierda Unida. Esto, también es compatible en este verano lleno de turbulencias que a los que en la futura LOMCE o la que venga les pregunten alguna vez, ¿qué pasó en el verano del año 15?

¡Menuda pregunta! ¿Por dónde empiezo? Iker Casillas el chaval de Móstoles que llegó, vió y venció se va al país vecino entre lágrimas y sollozos. A muchos que tienen ganas de guasa les parece bien, se mofan en las redes y le desean nada. Otros, los que verdaderamente recuerdan sus paradas de gloria, le recuerdan como lo que él quiere ahora; «que piensen que soy buena persona.» ¡Y lo eres, hombre, no te quedes con ese nudo en la garganta! Los hubo galácticos, los hubo chulescos pero tú sigues siendo el mismo que empezó a jugar hace 25 años, ¡total na!  Nada es para siempre y quizá, Florentino te eche de menos aunque ahora se despida a la francesa. Ya se sabe que los amigos te los buscas tú y en estas ocasiones, ves los que son de verdad. Pocos, hijo, pocos.

Javier Krahe nos deja y en su historia solamente recordamos una España que pudo haber sido, y no fue. Canciones que todos recordamos del chico criado en el colegio del Pilar. No sé si San Cucufato se estará riendo ahora con él o quizá le entone la canción a Don Andrés Octogenario. Yo me quedo con Marieta, que siempre me hizo reír. Me recuerdo de adolescente en un concierto cantando esta canción. ¡Qué buena!

Personas como Javier ya no nacen porque son tan auténticas que mueren siendo lo que fueron y eso, ¡jope! ¡es muy grande!

Y yo que fui a rondarle la otra noche a Marieta la bella, la traidora había ido a escuchar a Alfredo Krahus

Y yo con mi canción como un gilipollas, madre Y yo con mi canción como un gilipollas

Y entré con el salero al comedor de Marieta la bella, la traidora ya estaba acabando el flan

Y yo allí con la sal como un gilipollas, madre Y yo allí con la sal como un gilipollas.

Y cuando por su santo le compré una bicicleta la bella, la traidora ya se había agenciado un Rolls.

Pegado al manillar hice el gilipollas, madre pegado al manillar hice el gilipollas.

Y le llevé una orquídia a nuestra cita en la Glorieta la bella se besaba con un chulo y apoyada en un farol

Y yo allí con mi flor como un gilipollas, madre y yo allí con mi flor como un gilipollas.

Y cuando ya por fin fui a degollar a Marieta la bella, la traidora de un soponcio se me había muerto ya.

Y yo con mi puñal como un gilipollas, madre y yo con mi puñal como un gilipollas.

Y lúgubre corrí al funeral de Marieta A la bella, la traidora le dio por resucitar.

Y yo con mi corona hice el gilipollas, madre y yo con mi corona hice el gilipollas.

No sé tampoco si Tsipras sabe en qué jardín se ha metido. La UE acuerda por unanimidad un rescate a tres años a cambio de endurecer la reforma laboral y de pensiones. El Grexit, ya pertenece al pasado, añade el mister. Nunca nadie explicó tan bien qué era hacer el gilipollas. En España es un término que se usa como comer no se crean. No es un insulto muchas veces, uno se autollama gilipollas cuando siente que ha hecho algo más. Eso quizá piense ahora el griego.

Le veo cantándole a la Merkel la canción de Marieta. ¡Nunca se sabe, porque le letra que va que ni al pelo! Y él hizo el gilipollas, madre, y él con su dracma hizo el gilipollas. Me voy a poner el LP La Mandrágora. Todavía se me ponen los pelos de punta. Van yéndose los grandes del siglo XX. ¡Vaya putada, madre!

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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