Yemen ya no es noticia. La cruel realidad de una guerra que no cesa ha supuesto que en un nuevo recuento de fallecidos por esta causa, se valore de nuevo que al menos, 11.700 civiles han sido asesinados en ataques indiscriminados en la batalla que mantiene el gobierno y sus aliados saudíes contra la insurgencia de los huthíes.
Según un informe realizado por el proyecto de Localización y Datos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), las consecuencias de la intervención saudí son realmente conmovedoras. Un total de 91.600 muertos, desde el inicio de la guerra en 2015 a ahora mismo sumado a los constantes episodios bélicos que han arrastrado a la población civil a un auténtico caos.
La situación bélica de Yemen está considerada como la mayor catástrofe humanitaria del mundo y actualmente es uno de los países más pobres del planeta. Hambre, devastación, cólera, dolor. Entretanto los dos grandes enemigos regionales, Arabia Saudí e Irán libran un combate a través del apoyo a dos bandos en conflicto. El coste del hambre ha hecho que los 84.701 niños hayan muerto ante los ojos del mundo y cerca del 80 % de la población dependa de las ayudas humanitarias no para sobrevivir sino para poder seguir.
«La coalición saudí y sus aliados siguen siendo responsables del mayor número de víctimas mortales civiles registradas por impacto directo, más de 8.000 desde 2015, cerca de un 67 por ciento del total», según el informe de la ACLED, que de igual forma, responsabiliza a los rebeldes huthíes de las muerte de 1.900 civiles por la misma causa.
El balance es atroz y los bombardeos letales han dado como consecuencia de tantos años de guerra unas cifras espeluznantes; una auténtica violación de los derechos humanos de las personas. En el Consejo de Seguridad de la ONU, Mark Lowcock, secretario adjunto de derechos humanitarios, ha destacado que actualmente existen cerca de 30 frentes abiertos de combate en Yemen que lejos de disminuir aumentan necesariamente. De la misma forma, no solo no mejoran los desplazamientos sino que estos han aumentado hasta en 250.000 personas. La mayor parte de los yemeníes siguen viviendo bajo el yugo de los huthíes y de sus aliados a pesar de los miles de ataques que han sufrido desde 2016.
Cerca de 24 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y de ellos, 10 millones ayuda alimentaria para poder sobrevivir. Los destrozos producidos tanto a los hospitales como a centros de salud o escuelas a lo largo de estos años ha hecho que los niños no asistan a la escuela y la economía global esté devastada. Los datos pueden verse reflejados según el programa de Naciones Unidas para el desarrollo, de no detenerse esta situación para 2022 podría haber cerca de medio millón de fallecidos y la situación de caos no tendría vuelta atrás.