¡YO DENUNCIO!

Myriam Fernández Nevado*

Yo denuncio el abuso de Poder del Gobierno español, amparado en el voto emitido en las urnas guiados por el programa electoral presentado e incumplido; suponiendo un engaño y dejando en entredicho la legalidad de su gobierno y las medidas adoptadas.Yo denuncio la falta de transparencia y credibilidad de las instituciones que representan al Estado español; donde los ciudadanos no podemos conocer en ningún momento los gastos reales de las instituciones, los dobletes en cargos públicos de los políticos, sus incompatibilidades profesionales, y el perjuicio de estar amparados bajo leyes que les benefician mientras están siendo mantenidos por las aportaciones dinerarias de todos los españoles, incluidos los cargos en entidades financieras públicas y afines. Y ante todo esto, la Ley de Transparencia que pretenden, sigue siendo discriminadora en conocimiento e ineficaz para el interés general del pueblo español.

Yo denuncio la falta de ética con planteamientos reflexivos apropiados, y moral falta de principios, normas, valores y criterios de los partidos políticos españoles, representados en el Parlamento o no…. ¡da igual!, ya no creemos lo que nos dicen. Y su amparo constitucional y legal actual “ad hoc” para salir indemnes de sus efectos prácticos, a través de la pleitesía pasada, presente o futura a recibir en su órbita cortesana.

Yo denuncio la privatización con la desmantelación imparable de la Sanidad pública española, a base de cederla a los “amiguetes” de los privilegiados políticamente en el poder; mediante el pago de favores y rendimiento de otros anteriormente “facturados”; de manera que, los ciudadanos pagaremos el doble peaje de la Seguridad Social en nuestra nómina o cotización, y los Presupuestos del Estado para garantizar el beneficio privado de las empresas gestoras, eso sin olvidar futuras tarifas a acciones sanitarias o prestatarias de fármacos como pretenden.

Yo denuncio el despido indiscriminado de los grandes profesionales de la Sanidad pública española, para evitar costes y aumentar ganancias a sus gestores privados, mintiendo al pueblo español a través de decir que así disminuirán las listas de espera, -claro, la gente se muere y no llega al quirófano-; o diciendo que así es más barato al ciudadano de a pie costear la Sanidad; o simplemente descalificando la Sanidad pública con más de cincuenta años de funcionamiento en España, y ejemplo de buen funcionamiento en todo el mundo. Eso sin olvidar que la OMS recomienda a todos los países la implantación de un sistema sanitario universal, público y protegido en cada Estado. ¿Por qué involucionar nuestro sistema de Salud español?

Yo denuncio el descrédito gratuito y la deconstrucción de la Educación pública española, hacia la creación de una gestión privada encubierta por el gobierno en colegios, institutos, universidades, …. Donde lo que interesa es crear una masa de población futura que no cuestione las acciones de los mandatarios, para ser manipulada a su antojo a través de “golosinas sociales y de ocio”, gestionados por entidades supranacionales al margen de los verdaderos intereses de las futuras generaciones de españolas y españoles; aborregando el pensamiento crítico y destruyendo la imaginación y la creatividad.

Yo denuncio a la Ley Wert por ser fomentadora del espíritu esclavista intelectual de mafias pseudointelectuales; donde el criterio de libre pensamiento estará sancionado con reválidas inválidas para acercar a los niños y niñas al futuro mercado laboral internacional y bloqueando el conocimiento científico y humanista, postergándoles a solamente alcanzar estudios medios o inferiores, donde su nivel adquisitivo se anquilosará, siendo la mano de obra barata y “china” de Europa, sin posibilidad de avanzar en superación y equilibrio de fuerzas en el resto del continente y del mundo. E intentando justificar su reforma en criterios de competitividad, esfuerzo y valores, que ni el propio ministro ha realizado, validado ni demostrado individualmente ni en conjunto con el gobierno al que pertenece, fuera y dentro de la esfera nacional y europea ( por sus hechos les conoceremos). Por lo que, los niños y las niñas ven atacado su Derecho reconocido y apropiado a una Educación libre, constructiva y formadora, tanto como personas individuales y como colectivo de actores sociales a nivel ilustrado y cultural; a pesar de haber firmado España tratados internacionales que obligan a sus gobiernos a comprometerse y desarrollar políticas educativas no restrictivas, sino acorde a las necesidades de su potencial población, dentro del marco internacional que la UNESCO desarrolla para el bienestar de todos los niños, niñas y jóvenes, accediendo no solo a la Educación sino también a la Cultura en igualdad de condiciones.

Yo denuncio la privatización de la Justicia, por la imposibilidad del acceso a ella como Derecho Universal de todo Ser Humano; donde sus bienes jurídicos protegidos están siendo golpeados, violados o inculcados de manera ilegal e ilegítima, a través de medidas legislativas, instrumentalizadas por la sanción administrativa o la aplicación de medidas punitivas, creando del miedo y terror por mostrar la queja legítima de todo ciudadano, dentro del orden público existente. Donde se tendrá que tener un nivel adquisitivo elevado para poder recurrir sentencias acorde a su estatus social; donde los jueces y magistrados, fiscales… no serán libres sino sometidos al juicio político como ahora estamos viendo en casos que competen a partidos políticos, sindicatos y castas privilegiadas de la Sociedad española, con tal de no cumplir su obligación ante la Sociedad tras el presunto delito cometido. Y donde los indultos atienden a razones personalísimas antes que a razones de Humanidad o simple sentido común, ni siquiera atendiendo a la Ley de Indulto de 1870, que legisla esta medida de Gracia y siempre atendiendo a las leyes, como también ser recoge en el art 74 de la CE de 1978, de los indultos concedidos por el Rey.

Yo denuncio que en España haya dos millones y medio de niños y niñas en estado de pobreza y que el Gobierno español nos quiera vender que estamos mejor que antes. Niños y niñas sin futuro cercano o próximo, y donde solamente la ayuda solidaria de sus iguales, les puede devolver la dignidad perdida a ellos y a sus familias. Yo denuncio que estos niños no tengan acceso a lo más elemental para su bienestar, a pesar que España en 1990 ratificó la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, y la introdujo en su ordenamiento jurídico interno.

Yo denuncio que haya niños, adultos y ancianos que pierden su vivienda, un Derecho Fundamental recogido en la Constitución española de 1978 y Declaraciones europeas y universales. Mientras que la Constitución española sigue distinguiendo a ciudadanos de primera y segunda, al dotar de privilegios a ciudadanos españoles por su rango o situación social, política o simplemente por transmisión hereditaria de su cargo, sin ser revalidados por prueba alguna o simplemente, consultar a la ciudadanía que sostiene a dichas instituciones.

Yo denuncio la falta de Derechos laborales a los trabajadores y trabajadoras españolas tras la aprobación y aplicación de la Ley de la Reforma Laboral española con el gobierno de Rajoy; donde no se busca crear un mejor empleo y más cualificado, con un salario digno a tenor del resto de los países de su entorno; sino que se pretende obtener mano de obra barata, desinformada de sus derechos, que acate las normas sin rechistar, con miedo a sus patronos, con despidos fáciles y baratos, que sitúen a la nación española al frente del esclavismo laboral del siglo XXI.

Yo denuncio la Reforma de la Ley del Aborto, que no tiene en cuenta la sensibilidad de la mujer, su maternidad paternidad responsable y coordinada con la pareja. Donde para su desarrollo y promulgación ha pesado más la tiranía personal y la visión jerárquica de poder en el género que, ni siquiera una visión machista de protección a la mujer y al nasceratus. Sin olvidar la ruptura del tratado firmado entre Francia y España ante la ONU para la defensa de los derechos de la Mujer, y que ha sido denunciado ya públicamente por la ministra francesa de los Derechos de la Mujer.

Yo denuncio que, siendo España un Estado aconfesional por la Constitución de 1978, se fomenten credos desde el Estado a través de las modificaciones legislativas pertinentes, dejando en inferioridad de condiciones al resto de las confesiones, que son reconocidas desde la Declaración de los Derechos Humanos, como de libre elección por parte de los ciudadanos que así lo deseen, así como el resto del ordenamiento jurídico español al respecto.

Yo denuncio la manipulación de los medios de comunicación, a través de los gobernantes, tanto del Estado español como de las Comunidades autónomas de dicho Estado, a favor de un proselitismo de sus propias figuras personales y partidistas, como se ha demostrado a través de las denuncias de determinados colectivos de profesionales del medio tras el cierre de emisoras, televisiones públicas entre otras.

Yo denuncio la sectorización de Europa a través de las políticas legislativas, económicas y sociales en los Estados miembros de la Unión Europea que “conviene trasformar” a favor de los Estados privilegiados de dicha entidad supranacional. De manera que Europa esté dividida tanto en sectores productivos como culturales que favorezcan la mano de obra barata, en detrimento de la Educación, la Justicia, la Sanidad… a través de la aniquilación de los Derechos Fundamentales conquistados tras las dos Guerras Mundiales del Siglo XX, en los países que ahora sufren la crisis económica provocada por los mismos que ahora se apuntan ser los “liberadores” y “rescatadores” de esas misma crisis en la que nos han mantenido a su costa.

Los ciudadanos del Siglo XXI no podemos permitir ser manipulados y aniquilados en nuestros Derechos, no solamente conquistados, sino interiorizados, defendidos y realizados. No podemos conformarnos con migajas con tal de “salir para adelante” con menos que es nada.

Los hemos conquistado, nos hemos apropiado de nuestros Derechos y es nuestra obligación defenderlos y trasmitirlos a nuestros hijos e hijas, dándoselos a conocer de la mejor manera posible: a través del día a día en las instituciones públicas que entre todos hemos construido. Y no dejar que se nos arrebaten por miedo, terror, o simplemente falta de formación por la aniquilación de nuestra capacidad de pensar y razonar libremente.

Un país es rico cuando la riqueza de sus ciudadanos reside en su libertad individual, social y en la responsabilidad de trasladar sus acciones a los demás. Y eso se consigue con la implicación diaria en todo lo que acontece a nuestro alrededor, sin miedo y apoyado en las fortalezas de sus ciudadanos. ¡Ahora te toca a ti!

*Myriam Fdez. Nevado es consultora internacional en Infancia y Derechos Humanos.

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