Todos estamos atrapados en algún momento de nuestra infancia
El realizador noruego Joaquim Trier, de la inolvidable «Oslo, 31 de agosto», ha cambiado completamente de registro en «Thelma», Gran Premio del Jurado y Mejor guión en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2017, un tiempo de iniciación en la vida de una chica, con cara de ingenua (Eili Harboe) y educada en una familia de cristianos puritanos, que abandona el hogar de su infancia para ir a estudiar a la universidad, en Oslo.
Allí, lejos de los padres protectores y asfixiantes, empieza a sufrir un mal extraño seguido de crisis epilépticas que le llevan a pensar que está poseída, y que posee algo parecido a un superpoder mediante el cual consigue cercar las cosas y las personas que le interesan, y alejar las que no le gustan. En la universidad encuentra una compañera, Anja, con la que establece una relación cada vez más íntima.
Alegórico e intrigante thriller psicológico, muy escandinavo en su forma de presentar el terror, delicada fábula glacial de naturaleza fantástica, “Thelma” es una historia de despertar sensual en torno a la belleza prerrafaelita de la joven Eili Harboe que, según el crítico Marcos Uzal, “se inscribe en una tendencia actual del cine fantástico consistente en complacerse en lo no dicho y lo no mostrado, no tanto para jugar con los poderes de la sugestión como para mantener el relato abierto a diversas interpretaciones”.