El pasado 19 de marzo de 2018 se dio la voz de alarma en Tonalá, Estado de Jalisco, al oeste de México: tres jóvenes estudiantes de cine no aparecían. Estaban haciendo un trabajo para sus clases, filmando en una zona, pero no habían regresado a la casa que ocupaban.
Las primeras indagaciones fueron un tanto confusas, pues se suponía que la tía de uno de ellos les había facilitado el lugar para trabajar, y el alojamiento. Sin embargo, hace unos días, en una finca de la misma localidad aparecieron unos recipientes con restos humanos. Hechos los análisis pertinentes, parece que no hay duda: son de los tres jóvenes.
Foto Twitter @fiscaliaJal
Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos fueron asesinados y disueltos en acido por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al ser confundidos con el grupo rival Cartel Nueva Plaza. Así lo ha confirmado la Fiscalía General del Estado (FGE), quien señaló que en el homicidio presuntamente participaron ocho integrantes, y que dos de ellos fueron detenidos la madrugada del lunes 23 de abril.
El fiscal general Raúl Sánchez Jiménez informó de que el crimen obedece a una presunta pugna entre cárteles antagónicos.
El lugar equivocado
Según contó, los estudiantes hicieron su grabación en una cabaña, presunta propiedad de la tía de Javier Salomón. Sin embargo, en la investigación se encontró que pertenece a Diego Gabriel Mejía, pareja de una de las administradoras de las estéticas masculinas donde se ejerce la prostitución. Algunos de estos negocios pasaron a manos de la tía de Javier.
La cabaña era vigilada por Gerardo y Omar, así como por otras tres personas del CJNG, pues existía posibilidad de que ahí acudiera Diego Mejía luego de cumplir una condena.
El hecho de haber hecho la grabación –que era parte de su tarea– en el interior de la cabaña, puso en la mira de los integrantes del CJNG a los tres jóvenes, a quienes se les descompuso el vehículo en la carretera de Tonalá. Ese momento fue aprovechado por seis hombres armados, quienes se identificaron como elementos de la Fiscalía.
Después fueron trasladados a una finca ubicada de la misma localidad para ser interrogados. Ahí falleció Javier Salomón a causa de los golpes, por lo que decidieron eliminar a los otros dos estudiantes. En la casa, que pertenecía a Juan Carlos “N”, alias “El Cansón” –ejecutado el pasado 2 de abril– los peritos hallaron sangre de Jesús Daniel.
Los cuerpos fueron llevados a otra finca, donde fueron disueltos en ácido. En ese sitio, según las indagatorias, se encontraron dos armas de fuego, 46 tinacos (depósitos para el agua) de 56 litros, y ácido sulfúrico, que es lo que utiliza la delincuencia para disolver cadáveres, así como más material genético de al menos otras veinte personas.
El fiscal general dijo que las investigaciones aún no han terminado, y que seguirán a fin de que “salgan a la luz todas las verdades sobre estos lamentables hechos”.
Según la organización Semáforo Delictivo, un proyecto social ciudadano para la paz en México, desde 2008, el crimen organizado ha ejecutado a un total de 122 206 personas.