Hace casi un mes, en Dublín, una duda ensombreció el cambio extraordinario que ha tenido lugar en la Federación Internacional de Periodistas (FIP) desde el Congreso de Cádiz (2010). La duda surgió en el proceso electoral para la reelección del presidente Jim Boumelha (NUJ, Reino Unido), donde aparecieron cinco papeletas de voto más de la cuenta. Pero esa sombra se resolvió con otra votación –muy clara- que fue en el mismo sentido. En la primera ocasión, aparecieron los cinco votos de más. Nada habría cambiado del resultado aunque se hubieran adjudicado al candidato rival, Philippe Leruth (de la AGJPB belga). Jim ganó por 191 a 178 votos.
Pero solo tenía que haber habido 369 sufragios. Error administrativo, más probable, o acto premeditado, está claro que aunque esas cinco papeletas hubiera sido concedidas al candidato alternativo, Philipe Leruth, nada habría cambiado. Además, Philippe, aceptó su derrota de inmediato. Sin embargo, el suceso fue utilizado durante el Congreso para agitar viejos fantasmas. Lo agitaron una organización canadiense y la poderosa DJV de Alemania. Lo utilizó la Secretaria General de la AGJPB belga, Martine Simonis, quien salió a la tribuna para dimitir de la comisión electoral designada para controlar el proceso. Hubo un momento en el que todo parecía quebrarse en el Congreso de Dublín. Un silencio pesado se instaló en la sala, entre una serie de intervenciones de aire grave.
Pero a continuación hubo otras varias, entre otras la de quien firma este análisis, para pedir calma. Y en una segunda votación, esta vez con los votos de cada delegación mostrados con las manos en alto, se decidió que no se volviera atrás, que no se repitiera la votación previa. Esta segunda votación fue mucho más clara: 186 contra 139 votos y dos abstenciones. No quedó duda. Pero la duda no se elimina si alguien no quiere borrarla del todo. Es decir, si a alguien le interesa que siga siendo utilizada de manera torcida.
Quizá algunas de las organizaciones tradicionalmente poderosas en la FIP, las de ciertos países ricos, no desean eliminarla del todo. Y no es justo ni para Jim Boumelha, ni para lo que representa. Para empezar, en la comisión electoral eran mayoritarios quienes respaldaban al candidato perdedor. Su portavoz finlandés fue melodramático e incompetente en la exposición del caso. Martine Simonis, de la AGJPB, es todo lo contrario, una dirigente eficaz y muy competente. Pero también utilizó el tono trascendental, casi místico, y nunca reconoció que ella no debió figurar jamás en una comisión en la que su colega Philippe era candidato de la oposición.
Las demás elecciones (a las vicepresidencias, al puesto de Tesorero, a los puestos de consejeros del Comité Ejecutivo, no tuvieron ningún cuestionamiento, ninguna duda.
Entre los elegidos, Luis Menéndez, que representaba a FAPE y que contaba con el apoyo de las organizaciones españolas de periodistas.
Entre los latinoamericanos, destacaremos a Celso Schroder, brasileño, presidente de la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe, elegido vicepresidente, y a Zuliana Láinez, de Perú, una mujer muy combativa y que tuvo el mayor respaldo en la votación. Afortunadamente, no serán los únicos latinoamericanos que estarán presentes en el Comité ejecutivo de la FIP.
ADONDE VA LA FIP
En cualquier caso, ¿dónde está la FIP ahora? Jim Boumelha sigue representando una FIP menos europea y más universal. Aidan White, quien dominó la organización durante un cuarto de siglo, no está. Por primera vez, la Secretaria General (cargo cooptado, de gestión y no político) está en manos de una mujer, Beth Costa. Una veterana periodista y dirigente de la potente FENAJ de Brasil. El periodismo no es solo Europa y los Estados Unidos. Cuándo se utiliza la dudosa sombra de duda surgida en Dublín, se quiere deslegitimar un proceso de cambio, donde los países y las organizaciones más ricas no lo controlan todo. Era así desde tiempo inmemorial y –sobre todo- en la última fase de dominio autoritario, personalista, de Aidan White. Él había transformado positivamente la FIP, la había engrandecido; pero terminó perdido en su propia sobreactuación y acabó representando una especie de colonialismo interior-internacional: los sindicatos y asociaciones con recursos financieros se atribuían el control sin permitir apenas el debate, ni la incidencia de los demás. La mirada displicente y el paternalismo sustituían al respeto verdadero hacia otras perspectivas del periodismo de Asia, África, América Latina o del sur de Europa. Desde el Congreso de la Federación de Periodistas Africanos en Nairobi (2008), durante los encuentros de los periodistas latinoamericanos en México (2008) y Brasilia, algunas cosas habían cambiado. La ley argentina de medios, la protección de los periodistas en África, eran temas asumidos por todos. En algunos países, siguen surgiendo medios nuevos, digitales, audiovisuales, pero también impresos. Estados Unidos-Europa ya no son un modelo a seguir en todos los casos. En India, la explosión de medios audiovisuales sigue y los medios impresos siguen siendo de una gran calidad. Y la organización de los periodistas, en defensa del periodismo profesional y de calidad, es admirable en lugares como Pakistán o en determinados países árabes. La nueva FIP representa todo eso. Y además es una institución muy importante, que se escucha mucho más que en Europa, que sigue colaborando como ente asociado, con la UNESCO, la ONU o la Unión Europea.
FEP VERSUS FIP
La minoría de la que hablamos en la FIP, sin embargo, ha reforzado sus posiciones en la Federación Europea de Periodistas (la FEP es el grupo europeo de la FIP). Se ha consolidado jurídicamente. Los países nórdicos siguen controlando la presidencia y la mayoría. Ellos representan a un mundo en el que los periodistas a la pieza están bien representados. Y en general, pueden serlo de manera voluntaria; en muchos casos no están mal pagados, lo que no es así en el sur de Europa. También representan una cierta idea neoliberal del periodismo, en la que los medios públicos están, existen; pero no parecen tan necesarios en la defensa de la pluralidad informativa. Son de otro mundo. Un universo reluciente en el que lo feo se esconde siempre tras una fachada de respetabilidad; no como en el Mediterráneo, donde lo feo se grita para que se enteren todos.
Muchas veces, no entienden del todo que haya que convertir la defensa de la televisión griega (de Portugal, de RTVE, de France Télévisions) en un asunto decisivo, contra la concentración de medios, contra su uso político, en defensa del derecho de los ciudadanos a una información plural, seria y neutral. No viven el mundo de los países en crisis que sucede a otras crisis, donde los periodistas son despedidos por miles y donde otros tienen que trabajar en condiciones miserables. Por eso es importante que la FIP haya ratificado la vía emprendida en Cádiz. La FIP tiene que representar la globalidad de los periodistas, no lo que algunos quieren mostrar como “únicos“ y “buenos” ejemplos.
Quedan problemas internos serios, como restablecer toda la confianza de los dirigentes de la FIP en los de la FEP y viceversa. De nuevo, lo que sucede en países como Turquía o Bielorrusia, en Grecia y en Portugal, son buen ejemplo de que todos necesitamos trabajar en el mismo sentido. Pero como cualquier organización internacional, la disputa nunca es puramente administrativa: tiene una cara política.
En Rumanía, acaba de llevarse a cabo un ataque contra nuestros colegas que parece surgido de la mano de los viejos servicios secretos de Ceacescu. No podemos dejarlos solos y ahí estamos tratando de que los respalden –conjuntamente- la FEP y la FIP. Ha habido algún paso en común, afortunadamente. En la actuación de la FEP y la FIP ante las instituciones europeas, hemos conseguido bloquear la pérdida de algunos elementos de financiación de las televisiones públicas. Contamos con la sentencia sobre la televisión pública francesa y eso puede ser importante para RTVE. Está habiendo un respaldo a los medios públicos de Portugal, etcétera. Desde Grecia, hemos tenido mensajes dándonos las gracias, sugiriendo que los pronunciamientos de otras organizaciones de periodistas, de diversos países, de la FeSP, FSC-CCOO y FAPE, contra el brutal cierre de la radiotelevisión pública, ha podido tener incidencia en la declaración de los tribunales a favor de esa misma institución audiovisual de todos los ciudadanos griegos.
En ese sentido, a los periodistas españoles y a sus organizaciones afiliadas a la FIP (antes mencionadas), nos corresponde batallar por la defensa del empleo en los medios, por la persistencia del pluralismo mediático y de la mayor democracia redaccional, especialmente en los medios audiovisuales públicos; pero no solo en ellos. En otoño, la FEP volverá a establecer sus habituales grupos de trabajo: sobre derechos laborales, LAREG; sobre la condición de los periodistas a la pieza, FREG; sobre derechos de autor, AREG; sobre los medios audiovisuales públicos de radio y televisión, BREG.
Ahí hay que trabajar porque tienen una incidencia directa en las resoluciones que se toman en la FEP, en la FIP, y por parte de las instituciones de Bruselas. Siempre que sea necesario, tenemos que explicar a los nórdicos cuales son los problemas de los periodistas y los medios del sur. No basta observar su modelo, mucho menos intentar seguir el modelo de países con una historia y una estructura económica y social distintas. En algunos casos, son países con poca población y muy ricos. Pocos elementos de su modelo son comparables al nuestro o al de los países emergentes. Nada que ver con Italia, Grecia, Turquía, India o Brasil.
Afortunadamente, las primeras reacciones y crisis posteriores al Congreso de Dublín, han sido la defensa de la radiotelevisión pública griega, el consenso de una moción de política general, tanto la que presentamos en Verviers, como la presentada por los nórdicos en Dublín, la crítica de las turbias maniobras de Rumanía contra nuestros colegas de allí. La defensa de los periodistas de Turquía.
Tenemos que conseguir que la FIP siga representando lo mejor de ese modelo de colaboración mutua. La batalla contra los enemigos del periodismo ético, que son también enemigos de los periodistas, de sus condiciones de vida y profesionales dignas, es la batalla a favor de una información plural, libre, de calidad. Es una pelea por la decencia del oficio y a favor de la ciudadanía y la democracia global.
Ni mi análisis del Congreso es perfecto, ni puede serlo; pero hay que criticarlo por su contenido, no por lo que no contiene. Y no hay “ataques” a Martine Simonis, sino crítica a una decisión y a una intervención suyas en el Congreso, que agravaron una tensión que pudo evitarse.
Ronan Brady, sí, pertenece al NUJ, pero no utilizó la tribuna del mismo modo, ni en aquel momento delicado. Creo que Martine Simonis se equivocó. Cometió un error serio en un momento decisivo. Eso es lo que critico. Admiro y respeto su competencia profesional, le estoy agradecido por su lucha positiva a favor de los periodistas belgas y de otros países; pero debe estar tan sometida a crítica como cualquiera. En el texto de mi análisis se dice, por el contrario, lo que pienso de ella: que Martine Simonis es “una dirigente eficaz y muy competente”.
Y no considero, amigo Philippe, que seguir utilizando por tu parte la expresión “presidente irregularmente elegido” contribuya a restablecer todos los pormenores de la verdad. Tampoco a tender puentes entre los que pensamos entonces -y ahora- de modo distinto. Gracias por tu contribución, cordialmente, PACO AUDIJE
Como se dice en el Reino Unido, un hecho es mas importante que un alcalde. Eso debe ser vero tambien para un presidente de la FIP: el secondo voto del Congreso no ha cambiado nada al caracter irregular de la elección. Por eso siguo hablando del presidente «irregularmente reelegido». Ademas, no aceto la suya actitud verso la delegación belga en Cadiz, la suya falta a fair-play despues de la elección, y su rehuso de un segundo voto que hubiera llevado las dudas sobre esa elección. En Dublin, habia dicho que la FIP era dividida como jamas lo habia sido. Desgradaciamente, esa división es mas profunda hoy que ayer. La responsabilidad de este presidente en esta situación es muy grande…
Amigo Philippe, creo que estás profundamente confundido y equivocado. Tenemos el mundo del periodismo en ruinas, al menos en mi país y en los de su entorno. Tú has trabajado para mejorarlo, pero insistir ahora en nuestras diferencias solo contribuye al desánimo general.Repetir una y otra vez las palabras «irregular», «división más profunda» y «responsabilidad de este presidente», no mejorará la condición de nuestros colegas, ni contribuirá a reducir las diferencias entre unos y otros dentro de la FIP. Y cada uno asume su parte de responsabilidad en los desacuerdos.
Ese comentario no es destinado a alimentar una polemica, amigo Paco y es el mio ultimo, no te preocupes.
Sabes que no quiero cualquiera division. Por isso, veo el comitado de la FEP como una buena illustracion de la solidaridad europeana, con el presidente veniendo de la Scandinavia, una vicepresidente de la Rusia, el tesorero de Alemania, y los miembros del Reino Unido (une viejo amigo de mi), de Svizzera, de Polonia, y tres del Sud de Europa (Grecia, Espana, y Italia). Asi, no tengo la misma vision que tu, cuando escribes sobre una dominacion de los sindicados «ricos» en Europa.
Por lo demas, no puedo acetar la actitud del presidente irregularmente reelegido de la FIP, y tampoco de su sindicado; basta leer la relacion del Congreso de la FIP en la carta de la NUJ a sus miembros para entender que las palabras «transparencia», y «respecto de la verdad» solamente son palabras par ella. No puedo mas fiarme en ellos…
Amigo Philippe, tú mismo, sin darte cuenta, dices que ni el presidente, ni la vicepresidenta, ni el tesorero de la FEP, son del sur de Europa. Por tanto, no hay NADIE de ningún país del sur en el Comité Administrativo de la FEP. No hay aportación de argumento nuevo, sino reconversión de los ya utilizados, con repetición de los conceptos relativos a una supuesta irregularidad y a otros conceptos muy discutibles con los que sigo estando en desacuerdo. Casi he olvidado el latín, pero un viejo profesor socialista que fue alcalde de Madrid y a quien gustaban los latinajos habría dicho: «HOMO DIURNARIUS NON SITIENS BIBERE COGI NON POTEST».
Amigo,
Tenemos diferentes opiniones sobre lo que paso en Dublin. Pero siento los ataques a Martine Simonis, quien trabaja desde hace muchos años no solamente en Bélgica sino en todo el mundo para los derechos de los periodistas y particularmente de las periodistas. No entiendo por qué no hubiera tenido el derecho de formar parte de la comisión electoral, mientras que nuestro buen amigo Ronan Brady, miembro de la NUJ, el sindicado del presidente irregularmente reeligido en Dublin, formaba parte de esta comision electoral…