Una publicación reciente de un estudio de la Association for Psychological Science demuestra la relación entre las “cachetadas” y “nalgadas” a niños y niñas de 5 años y el aumento de los trastornos de conducta. No es necesario exponer más lo demostrado, les remito al propio estudio, aunque se trata de una buena excusa para argumentar sobre el concepto de “hábito” que elaboró el sociólogo francés Pierre Bourdieu.
Bourdieu desarrolló su investigación con base en el “estructuralismo” y el “constructivismo”. Defendía este autor estructuralista que existen en la sociedad “estructuras objetivas independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes y capaces de orientar o de restringir sus prácticas y sus representaciones” (Bourdieu, 1987). Como defendía que “existe una génesis social de los esquemas de percepción, de pensamiento y de acción” (Bourdieu, 1987), definiendo su idea de constructivismo social. Estas dos premisas nos sirven para entender qué es el “habitus” para Bourdieu, al orientar la regularidad de las conductas. Y al tener el “habitus” una manifestación práctica pues se interioriza de modo implícito, pre-reflexivo y pre-teórico. Quiere decir que no pasa por la conciencia ni el discurso.
Apliquemos estas ideas sobre los niños y niñas, y encontrémosnos en un lugar común: la educación.
Si los niños y niñas tienen una disposición moral (ethos), ¿no se rige igual que en las personas adultas por una lógica? Lógica que conforma una estructura cognitiva basada, a su vez, en un sistema de esquemas (eidos). Siendo este “esquema” -siguiendo a Bourdieu- interiorizado de manera implícita, pre-reflexiva y antepuesta a lo teórico. Sin pasar por la conciencia.
Entonces, se obtienen varios corolarios:
1.- Los niños y niñas son seres morales pues son seres sociales al estar expuestos a los mismos sistemas de génesis social de los “esquemas” de percepción, pensamiento y acción, independientemente de su educación.
2..- Los niños y las niñas disponen de estos “esquemas” de manera implícita y pre-reflexiva por lo que no son un resultado de un proceso de aprendizaje educativo sino razón de ser agentes sociales.
3.- Los niños y niñas no son de manera variable o “demonios” o “ángeles” a modelar por el sistema educativo, comparten las mismas acciones y representaciones que las personas adultas.
Tras lo expuesto, puede parecer inevitable, que el efecto del ejercicio de la violencia sobre cualquier ser humano sea que manifieste violencia, también en los niños y niñas, tal y como demuestra el estudio. No obstante, nadie en su sano juicio y delante de un auditorio y de manera notoria y pública defenderá el uso de la violencia (aunque haya algunos y algunas que lo justifiquen por sus intereses: el expolio de la riqueza del mundo y por tanto de todas y todos, el ejercicio de poder sobre otros y otras, la manipulación de la voluntad humana, etc -lean las noticias sobre Siria, la nueva embajada de EEUU, o la política norteamericana con Irán-). Todas estas razones y sinrazones nos afectan a todas y todos para la construcción de aquellos “esquemas” y “habitus” de Bourdieu, también a las niñas y niños.
Entonces, ¿por qué razón pensamos que todas las cuestiones relacionadas con la infancia pasan por su “buena educación” y su “desarrollo cognitivo” como solución?