Ana Peláez ha presentado su candidatura al comité (Convención de Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer) CEDAW en Nueva York (EEUU). Su fin no es otro que dar voz a las mujeres con discapacidad y crear una conciencia sobre los derechos humanos de las niñas y mujeres. «Una población de más de 600 millones de mujeres, 49 millones en la UE y dos millones y medio en España, tiene que tener sus espacios concretos organizativos», añade Peláez en su discurso.
Peláez, activista española, lleva a gala la defensa de las niñas y mujeres con discapacidad y ha sido eficaz y participativa a lo largo de 8 años en el Comité de Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas. Quiere hacerles entender la importancia de tomar en consideración a las mujeres con discapacidad dado que una de cada cinco mujeres tiene o tendrá una discapacidad; una cifra que según sus palabras, debería hacer pensar y actuar y por el que reclama un trabajo sistemático y organizado para considerar a estas personas en la agenda política.
Entre otros asuntos demanda coherencia e interseccionalidad entre los órganos de tratados de Naciones Unidas para abordar las políticas de discapacidad de manera transversal. Su candidatura es un compromiso personal de evolución de trabajo de 18 años; primero en relación a lo que ha sucedido en España en materia de discapacidad y por la negociación de la CRPD (Convención de los derechos de las personas con discapacidad), en Nueva York.
Una negociación que ha logrado la consideración a las cuestiones de género; lograr la voz y la presencia de las mujeres, que se nos vea, añade; porque para la sociedad, para la comunidad, nosotras somos discapacitadas, no somos mujeres con discapacidad, porque se nos ve «disabled», y nos roban nuestra identidad femenina, concluye Peláez.
Es frecuente, continúa, que le achaquen una obsesión con el tema de los derechos sexuales y reproductivos y no hemos sido capaces de explicar cuál es el vínculo entre los derechos sexuales y los reproductivos con respecto a la discriminación de la niñas y mujeres con discapacidad. Estas mujeres y niñas están invisibilizadas y es una asignatura pendiente de las organizaciones de la discapacidad, las de mujeres, de las administraciones públicas, las agencias especializadas de Naciones Unidas y de los órganos de tratados de derechos humanos.
La percepción de que las mujeres con discapacidad somos seres asexuados, y no somos aptas para reproducir la vida por miedo a transmitir nuestra discapacidad, y además se pone en duda nuestra capacidad de cuidar a nuestros hijos, cita Peláez.
Actualmente aspira a que su actividad se extienda como agente de cambio social al foro internacional sobre la igualdad de la mujer; el Comité CEDAW (Convención de Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer). En su agenda de trabajo aparte de la visibilización de las niñas y mujeres con discapacidad está la consideración de sus necesidades y de la lucha contra las discriminaciones múltiples que sufren otras mujeres. Asimismo pretende vincular en el marco del 40 aniversario de la CEDAW su implementación con la agenda 2030 y los ODS no solo con el objetivo sobre la igualdad de género sino con el resto de las materias.
Peláez es plenamente consciente de que si es elegida, el comité tendrá que adaptar las necesidades que ella tiene y por tanto dará cuenta de la accesibilidad y será un reto hacer entender también que una mujer con discapacidad; única en el comité, podrá ser la voz de las millones que hoy, siguen siendo invisibles a todos los efectos. Tomar en consideración a las mujeres con discapacidad; todo un reto, toda una realidad a la que Ana Peláez se enfrenta y lucha sin descanso.