La España que rebosa generosidad lleva celebrando en los últimos 25 años ser líder mundial en trasplante de órganos; un gesto que mayormente se debe a las mujeres dado que el 70 % de los donantes vivos son ellas.
El primer miércoles del mes de junio se celebra el día nacional del donante. Ser donante vivo es quizá más importante que donar órganos una vez fallecido. Salvar vidas no es lo mismo que mejorar la calidad de vida de los pacientes dado que una persona puede ceder su riñón para salvar la vida a otro, y en todo caso, mejorarla si no le funciona. Estos casos suelen ser de padres a hijos y a amigos o conocidos.
Los datos están ahí y son reconocidos en todo el mundo; 39,7 donantes por cada millón de personas, es decir, 4.000 intervenciones al año que salvan vidas.
Existe otro tipo de personas que donan sin saber a quién. Las vidas altruistas que donan sangre, órganos y lo que se tercie porque no les importa saber quiénes son los necesitados. Regalar una vida es regalar órganos o tejido; de hecho, es regalar esperanza a las miles de personas que esperan sin éxito un órgano y llegan a fallecer porque siguen en lista de espera. Enfermedades crónicas o insuficiencias renales, hematológicas, cardíacas, hepáticas u oftalmológicas son las que siempre tienen demanda y la oferta no es tan habitual. Si el que muere es una persona joven, todos sus órganos son válidos salvo que expresamente esté enfermo, por tanto, el gesto de donar pertenece a sus familiares que deciden cuando sucede que utilicen los órganos válidos.
Hoy, tanto la Organización Mundial de la Salud, (OMS), la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) se unen para divulgar la importancia de las donaciones y el reconocimiento del donante que actúa a favor de otra persona apostando por la vida.
La pregunta siempre es la misma, ¿quién puede ser donante? Cualquier persona viva o muerta que esté sana, sin importar la raza, el color o la edad. Si queremos ser donantes tendremos que expresar nuestro deseo e inscribirnos para que al morir, se de constancia y se actúe rápido.
Esperanza, altruismo, generosidad; un día para celebrar y para ser conscientes que quizá mañana podríamos necesitar un órgano para seguir viviendo. Lo importante es hacerse donante, donar siempre que se pueda sangre, y considerar que la vida y la salud son un regalo que podemos darle a cualquiera en cualquier momento. ¡Dona médula, dona órganos, en definitiva, dona vida!
¿Eres donante? Si no lo eres, ¡inscríbete hoy y vive!