La activista estadounidense, Suzanne Scholte, presidenta de la ONG ultraconservadora Defense Forum Foundation y de la asociación Estados Unidos-Sahara Occidental, ha pedido en una tribuna pública en el diario The Daily Caller, abiertamente pro-Trump, que la administración del presidente de Estados Unidos resuelva «una disputa política de larga duración sobre la última colonia africana, el Sáhara Occidental».
Suzanne Scholte dijo que lamenta el hecho de que la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum sobre la Autodeterminación en el Sahara Occidental (Minurso) no pueda convocar un referéndum en el Sahara porque «Marruecos ha gastado millones de dólares en bloquear la medida, sobornando a funcionarios y legisladores de la ONU».
Scholte recuerda que el propio Trump, en su campaña presidencial, tuiteó que de «los dos favores oficiales de Hillary en Marruecos» resultaron 12 millones de dólares en donaciones para la Fundación Clinton, para apoyar la anexión de los territorios saharauis ocupados.
Según Scholte, Donald Trump, tiene «una gran oportunidad» para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Para hacer esto, debe garantizar la celebración del referéndum prometido sobre la autodeterminación.
Por lo tanto, llama al presidente estadounidense a poner fin a la colonización de los territorios saharauis, la última colonia de África, creyendo que la resolución de este largo conflicto refleja «perfectamente los temas» sobre los cuales el jefe de la Casa Blanca ha hecho campaña, es decir, para hacer justicia a «hombres y mujeres olvidados». «Al igual que los hombres y mujeres estadounidenses olvidados para quienes Trump ha estado haciendo campaña para ayudarlos, los saharauis también son personas que merecen ayuda», escribe Suzanne Scholte.
Añadió: «Trump es precisamente el tipo de presidente que puede mover las cosas de esa manera». «Es precisamente debido a la corrupción y la injusticia que los saharauis continúan sufriendo por la brutal ocupación del Sahara Occidental».
Recordó que Marruecos ha invertido millones de dólares en corrupciones para bloquear el referéndum sobre la autodeterminación, y citó el testimonio de funcionarios estadounidenses que denunciaron la corrupción ejercida por Marruecos para desbaratar el proceso de la ONU.
En la lista de funcionarios que denunciaron las corrupciones del reino jerifiano se incluyen el exembajador de la administración Reagan, Frank Ruddy (1937-2014), observadores militares, como el comandante Doug Dryden de la Marina y Scott Tate de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, así como la abogada experta en el Sahara Occidental y expresidenta del Comité de la ONU de la Asociación de Abogados de Nueva York, Katlyn Thomas.
Obama y Abdelaziz se saludan en el funeral de MandelaEn su escrito Scholte afirma que había muchas esperanzas de que el problema saharaui se rompería durante la administración Obama, -de hecho, se hizo una foto con el presidente saharaui, Mohamed Abdelaziz– pero la hipotecada relación entre Hillary Clinton y Marruecos y los millones de dólares que Rabat pagó impidieron progresar en esta dirección.
Explica que el «fracaso» de las Naciones Unidas (ONU) para llevar a cabo el referéndum para la autodeterminación y darle a Minurso un mandato para investigar los derechos humanos ha dado lugar a que los saharauis sean sometidos a tortura y encarcelamiento. Menciona al ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon, quien describió la situación saharaui como una de las «tragedias humanitarias olvidadas de nuestro tiempo».
Scholte señala los «importantes beneficios» que supondrían la solución del conflicto del Sahara Occidental. Consisten, para esquematizar, en «el establecimiento de una democracia musulmana prooccidental en el norte de África». Esto «traería la estabilidad necesaria al Magreb y debería enviar una señal al mundo musulmán y a África sobre el firme compromiso de los Estados Unidos de defender la libertad y los derechos humanos de todas las personas», escribió.
En su opinión, una solución justa a este conflicto que garantice el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación será especialmente «una hazaña» para el presidente Donald Trump, ya que ninguno de sus predecesores ni incluso las Naciones Unidas han logrado alcanzar.
Hay que recordar que Scholte leyó la declaración final el pasado marzo de la VI Conferencia Internacional sobre el Derecho de los Pueblos a la Resistencia, en la que se denunció a Marruecos «por las violaciones de los derechos humanos del pueblo saharaui y la exigencia a la ONU de que garantice y agilice el referéndum de autodeterminación».
A la conferencia asistieron 309 participantes procedentes de 51 estados y Scholte en su informe final apuntó: «Exigimos a la ONU honrar rápidamente su compromiso de organizar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui».
Hay que citar que cuando el rey marroquí Mohamed VI estuvo de vacaciones en Cuba en 2017 –actualmente hay relaciones diplomáticas tras 37 años ausentes y el embajador, Boughaleb El Attar, se presentó el pasado mes de junio- viajó a Miami e intentó entrevistarse con Donald Trump, quien se encontraba en Florida, pero el mandatario estadounidense se negó a recibirle.
Lobby promarroquí
Por su parte, Rabat, además de criticar a la que denominan como «ferviente apoyo del Polisario», confía en uno de sus lobbystas y defensores más veteranos en la administración estadounidense, Robert M. Holley. Es un funcionario retirado del servicio exterior que fue director ejecutivo del Centro de Política Marroquí Estadounidense (MACP) desde 2003.
El pasado 14 de agosto, publicó una columna titulada ‘Sáhara Occidental: ¿Dónde está Argelia?’, refiriéndose a la posición de Marruecos con respecto a Argelia.
En su artículo reiteraba que Marruecos presentó en 2007 un plan de autonomía para resolver el conflicto del Sáhara. También enfatiza que la iniciativa de Rabat fue bien recibida por la administración de George W. Bush.
Además, señala los comentarios positivos del que fuera subsecretario de estado para Asuntos del Cercano Oriente en el Departamento de Estado de los Estados Unidos de 2005 a 2008, David Welch. Este último describió el plan de Marruecos como «serio y creíble». Mientras tanto, el diplomático criticó la propuesta del Polisario, subrayando que «no aporta nuevas ideas».
A través de su columna, Holley enviaba un mensaje implícito para influir sobre el asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Bolton, quien conoce perfectamente el conflicto saharaui, ya que ayudó en el plan Baker..
Desde que asumió el cargo en marzo, Bolton ha prestado mucha atención al problema del Sáhara. De hecho, mantuvo una reunión con el enviado especial para el Sahara, Horst Köhler, quien tiene la intención de relanzar las negociaciones directas entre las partes involucradas antes de que finalice el año en curso y quiere presentar novedades, incluida una posible Confederación[1], a las dos partes, Marruecos y Polisario.
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