Una “Casa real” muy bien educada (y otras hierbas)

“La Casa Real considera un auténtico «martirio» el «caso Nóos», en el que está imputado por varios delitos Iñaki Urdangarín y ha llegado a estar inculpada la infanta Cristina hasta que la Audiencia de Palma le levantó la imputación, según señalaron este jueves fuentes de Zarzuela”

“Por otro lado, la Casa Real está molesta con los abucheos que reciben por parte de algunos ciudadanos (los últimos, los dedicados a la propia reina en la Audiencia Nacional), y que consideran una falta de educación.”

(De un comunicado de la Casa Real.)

Lucas León Simón

Y ahora nos han salido quejicas.  Los hechos de la vida cotidiana conforman un decorado de lo diario. Los señores/as de la Casa Real, coronados o no, andan preocupados por los martirios y la “educación” del personal.

Son materias opinables. Así consideran un “martirio” que a la Infanta y a su marido, les hayan abierto un proceso judicial por un quítame allá un fraude fiscal, una estafa y un blanqueo de capital  de unos siete millones de euros.

Yo, a título personal, creo que un “martirio” es que te desahucien de tu casa, que te quedes en la calle y que tú, y tus hijos, tengan que seguir treinta años pagándole a un banco, cuyo enorme agujero especulativo pagamos entre todos,  y de nuestras costillas.

Dicen, en papel timbrado y oficial, que consideran una “falta de educación” que se abuchee a los Reyes, a los príncipes o las infantas, olvidando que en la Constitución que ellos, muy envaradamente, sancionaron, hay una garantía expresa al derecho de expresión, opinión o manifestación, abucheos incluidos.

Y en esta “historia de amor” habrá quien piense que “mala educación” es irse de sobaquillo a cazar elefantes a Bostwana u osos borrachos a Rumanía, mientras una mayoría de los ciudadanos y contribuyentes del país sufrían la mayor crisis   económica y laboral de la historia.

Se podía seguir hasta completar una lista interminable de discrepancias entre los vestigios elegantes del martirio y la educación, pero me he acordado de un chiste que se contaba de una institución del franquismo. Se llamaba “Educación y descanso”. Y se decía que en ella había “muy poca educación y mucho descanso”.

Yo, en uso pleno de mis facultades intelectivas y políticas, creo que a la Casa Real, a sus funcionarios y testas coronadas o por coronar, les pasa eso: Que tienen muy poca educación (de la verdad, de la operativa) y mucho descanso.

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