Washington es la capital de los Estados Unidos, y una de las más bellas ciudades del continente americano. Su urbanización estuvo concebida según conceptos masónicos del siglo XVIII, y su trazado considera el sentido de grandeza de la nación americana. A orillas del mítico río Potomac, lleva el nombre de Washington en honor al primer presidente del país. Se la denomina asimismo Distrito Columbia, en referencia al descubridor de América: Cristóbal Colón.
La planificación corresponde al ingeniero francés Pierre Charles L’Enfant, quien concibió amplias avenidas y parques majestuosos, bajo la presencia del Capitolio, rector de la política Americana y de la Casa Blanca, cuya primera piedra fue puesta un 13 de octubre, junto con la celebración del Día de la Raza. Así, se levantaron imponentes monumentos, como la Biblioteca Nacional, y bellos teatros, respetándose la parte mas antigua de la metrópoli.
La ciudad es un museo viviente, ya que se puede visitar el Memorial a Lincoln, a Jefferson, a Albert Einstein, a Martin Luther King, Roosevelt, a Washington, el Centro Kennedy y el cementerio de Arlington. La historia de Estados Unidos vive en Washington.
La ciudad es considerada la urbe de los museos: hay más de cincuenta y la cifra sigue creciendo. Es sede del Instituto Smithsoniano, y se pueden apreciar: el Museo Histórico Nacional, el Museo de Arte Africano, el Museo del Indígena Americano, el Museo de la OEA, el Museo del Aire y el Espacio, el Museo Hirshhorn, además de galerías de arte, universidades y parques nacionales.
En este viaje quise recorrer nuevamente la Galería Nacional con sus bellas exposiciones, y visitar la moderna ala creada por el arquitecto Pei.
La Galería Nacional de Arte
Fue fundada en 1937, aunque se abrió en 1941, gracias al banquero Andrew Mellon y al aporte de otros coleccionistas de arte. Actualmente se compone de dos edificios unidos por un túnel. El edificio original tiene estilo neoclásico y aloja las colecciones de arte europeo y americano, además de fotografía, dibujo y gráfica. Sus exposiciones temporales son un gran atractivo. Vimos en esta ocasión “Agua, Viento y olas: pinturas de marinas del Siglo de Oro Holandesa”. Y la bellísima muestra: “Corot: la Mujer.”
El ala Este fue abierta en 1978 y es creación del arquitecto Leo Ming Pei, con una planta asimétrica que permite gozar de un bello espacio y de las salas donde se encuentran las colecciones de pintura moderna europea, del siglo XIX y XX y la pintura americana moderna, desde Picasso, Mondrian, Gauguin, Monet y Cézanne hasta los maestros contemporáneos Miró, Matisse, Pollock, Andy Warhol, Robert Motherwell, Rotko, y Calder, entre otros.
Corot y la mujer
Quiero detenerme en esta especial exposición, que se encuentra en la NGA actualmente, que reúne 44 pinturas creadas entre 1840 y 1870, sobre el tema de la mujer: el desnudo, la alegoría y el retrato, y que nos induce a la reflexión del arte y de la condición femenina.
Jean Baptiste Camille Corot (1796-1875) fue considerado precursor del impresionismo. Fue un artista francés que pintaba al aire libre teniendo en cuenta la luz natural y creando un estilo esfumado en relación con la luz del amanecer y el atardecer. Se levantaba a las cinco de la mañana y salía con su caballete para capturar “esa luz especial”. Corot tenía una predisposición a la naturaleza, a la investigación cromática y al efecto de la luz, eso lo relaciona con el impresionismo. Pero Corot no se desprendió totalmente de las reglas académicas del neoclasicismo. Sus desnudos y muchos paisajes conviven con aspectos neoclásicos y con atmósferas del movimiento impresionista.
Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Por qué Corot, quien tenía éxito con sus paisajes, pintaba en el interior de su altelier a mujeres a quienes vestía con trajes típicos folclóricos de sus países?
Puede pensarse que era un momento de recogimiento en su atelier, era como un ejercicio plástico, de interés antropológico al detallar los trajes folclóricos, o tal vez, el deseo de captar el misterio femenino.
Estas imágenes, tanto los desnudos como los retratos de las paisanas, son un delicado camino hacia el mundo femenino y su misterio. Hay cuadros cuya protagonista nos recuerda “La Gioconda” y su enigmática sonrisa, otros, la melancolía del ser y la noble belleza. Esta aproximación de la “Mirada del artista” a la mujer es sensible pero no deja de ser “la Mirada del otro”; el artista busca develar un misterio originario: el eterno femenino. Crea una delicada intimidad entre su modelo y su pintura, un diálogo silencioso y cómplice.
El pintor va amando con su pincelada la figura, el vestido, el pliegue, la expresión, las formas; pinta con amor y pudor. Allí está su hechizo, la sugestión que deja en cada retrato, por ejemplo en “Mujer joven sentada ante un caballete”. Es una contemplación por la cual el artista y la modelo se unen a través de la mirada. Ella, contemplando el cuadro, el artista contemplando a la mujer objeto de su nuevo cuadro.
“La mujer de la Bohemia en la fontana”, con su cántaro y su traje típico es la necesidad de fijar el mundo campesino, tradicional o “La mujer judía de Algeria”, de reflejar un desconocido pensamiento…
Las mujeres de Corot, entablan un secreto diálogo con el artista, un momento íntimo de pensamiento y de sentir. Corot está muy distante de las mujeres pintadas por Picasso, pinta para develar lo oculto en lo femenino. Maravillosa muestra!
Museo de la OEA
Vale la pena acercarse hasta el bello edificio colonial del Museo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), para disfrutar del Museo de Arte creado en 1976, y de la colección de arte latinoamericano, la primera y más importante de Estados Unidos. Maestros como Rivera, Tamayo, Portinari, Cuevas, Matta, Lam, Cruz Diez, Pettoruti, engalanan las salas dedicadas al arte de Hispanoamérica. Su nuevo director Pablo Zúñiga tiene excelentes ideas para exposiciones de arte y difusión de nuestra cultura.
Cabe mencionar la importancia de la fotografía en Latinoamérica y de su representación en diversas exposiciones fotográficas coordinadas por Fabián Gonsálves, como la interesante muestra del fotógrafo uruguayo Roberto Fernández Ibáñez, “Visiones y Reflexiones”, sobre la naturaleza, el hombre y el ámbito ecológico.
Museo del Aire y del Espacio
Extraordinario museo que celebra la aeronáutica y su historia con aviones reales, pasando por las guerras mundiales con testimonios directos y documentos, hasta llegar a la era espacial representada por las famosas cápsulas espaciales y los “Apolo”. Recorrido histórico de sumo interés, didáctico y conmovedor para quienes vivimos el nacimiento de la Era Espacial y vimos al primer hombre en la luna, maravillosa hazaña de la humanidad y del gran pueblo americano. Un museo imperdible y único!
Dicen:” Vedere Napoli e dopo morire”.
Podemos decir: “Ver Washington y luego vivir!”