Der Spiegel ha suspendido temporalmente los contratos del redactor jefe Ullrich Fichtner y el editor Matthias Geyer «hasta que una comisión interna acabe su investigación sobre el asunto»
El 3 de diciembre de 2018 Claas Relotius, periodista estrella del semanario alemán Spiegel, de 33 años, recibió en Berlín el Premio al mejor reportaje del año por un artículo sobre la guerra de Siria, publicado en junio de este mismo año.
Dos semanas más tarde, el 19 de diciembre, en un amplio artículo publicado en la edición digital de la revista, la dirección de Spiegel explicaba que “todas las fuentes” del reportaje de Relotius “son dudosas”, añadiendo después que “muchas cosas son puramente imaginadas, inventadas, falsas. Citas, lugares, escenas, personaje de carne y hueso… ¡Falsos ! ».
El asunto no se acaba en este reportaje. Siempre según el propio Spiegel, al menos catorce de los cerca de sesenta artículos escritos por Claus Relotius en la revista desde 2011 serian “en parte falsificados” y advierte que podría haber otras publicaciones concernidas porque antes de entrar en 2017 a formar parte de la redacción de Spiegel, Relotius colaboró también con muchos otros periódicos, entre ellos Süddeutsche Zeitung, Frankfurter Allgemeine Zeitung y Die Welt.
Según la información publicada por Thomas Wieder en el diario francés Le Monde, el semanario alemán ha desenmascarado a su reportero a raíz de “un reportaje publicado a mediados de noviembre sobre una milicia de ciudadanos estadounidenses que patrullan a lo largo de la frontera con México para cortar el paso a los migrantes que llegan del Sur. El artículo lo firmaba también otro periodista de Spiegel que manifestó dudas acerca de la autenticidad de las fuentes citadas por su colega”.
Tras negarlo en un primer momento, Relatius, quien ha sido despedido, “finalmente confesó», y se justificó hablando del “miedo al fracaso, cada vez mayor a medida que aumentaba mi éxito”.
Para Spiegel, semanario fundado en Hamburgo en 1947 y considerado “el templo del periodismo de investigación en Alemania”, que ha reconocido haber pasado por uno de los peores momentos de sus 70 años de historia, el reportero “engañó con intención y de forma metódica (…) nunca conoció a los protagonistas que cita (…) muchas de sus descripciones están inspiradas en otros medios de comunicación, o sacadas de extractos de vídeos”.