Boicoteado e ignorado por la mayoría nacionalista en Córcega, el “gran debate nacional” lanzado por el presidente Macron llegó al final del trayecto anunciado, coincidiendo con el acto XXI de la movilización nacional de los gilets jaunes este sábado 6 de abril de 2019, con el comienzo de la campaña para las elecciones europeas del 26 de mayo, y con el estreno en Paris de “J’veux du soleil”, tónico documental realizado al alimón por el diputado, cineasta y periodista François Ruffin y por el cineasta y documentalista Gilles Perret.
La campaña de las elecciones europeas acaba de empezar y se añade así a la confusión o “enfumage” de Emmanuel Macron, quien quiere repetir su argucia presidencial como “única alternativa” a la extrema derecha del Frente Nacional, rebautizado ahora RN (Agrupación nacional) proponiendo seguir adelante con la Europa ultra liberal, en espera de las conclusiones inciertas del ya cerrado “debate nacional”.
Siendo las elecciones europeas un escrutinio a la proporcional y a una sola vuelta, son doce las listas de Partidos que participan en Francia, esperando una representación con mas de 5 % de votos. La izquierda y los ecologistas compiten desunidos, mientras que Francia Insumisa es la principal fuerza de oposición de izquierdas hoy en día en el parlamento francés.
El primer debate de la campaña organizado por la televisión y la radio publicas fue mas una cacofonía y un espectáculo televisivo que un verdadero debate político. Los grandes medios informativos no contribuyen así a un verdadero debate de ideas, sino a una búsqueda de audiencia televisiva, y a una confusión general que favorece sobre todo al partido en el poder. Elecciones que se celebran en un clima general de desconfianza hacia esa Europa ultra liberal que proponen Macron y Juncker, y que alimentan como aprendices de brujo el progreso de los partidos neofascistas, que curiosamente tienen en común con ellos su defensa del liberalismo económico capitalista.
Gilets jaunes, sábado número 21
Miles de manifestantes han participado de nuevo en este acto XXI de los gilets jaunes, 23 000 según cifras de la policía, 74 000 según los organizadores (le nombre jaune), y ello no obstante las fuertes medidas represivas anunciadas con la nueva ley mordaza, que ha sido retocada por el Consejo Constitucional solamente en lo que concierne a la autoridad del prefecto de prohibir una manifestación con cualquier pretexto.
Dos manifestaciones habían sido autorizadas en París, y una de ellas se ha centrado en la denuncia del arte de la optimización fiscal y contra los paraísos fiscales. En provincias ha habido así mismo concentraciones importantes en diversas ciudades, Lyon, Rouen, Dijon, Toulouse, Nantes, Montpellier, Bordeaux, Saint Nazaire, etc.
Y precisamente en Saint Nazaire , 700 gilets jaunes, se han reunido durante tres días en su segunda Asamblea General, con el objetivo de estructurar el movimiento y denunciar tanto la política antisocial de Macron, como el carácter antidemocrático de las instituciones europeas. Los gilets jaunes de Saint Nazaire denuncian “los tratados europeos liberales” y llaman a utilizar el periodo electoral para denunciar la mascarada de las elecciones europeas, reivindicando la practica de la democracia directa.
“El debate nacional de Macron”
historia de un fracaso anunciado
Según los últimos sondeos, (Instituto Elabe) 79 por ciento de los franceses, ocho franceses de cada diez, estiman que los anuncios que Macron hará al concluir su debate nacional no aportarán una respuesta política a la crisis actual. 60 % de franceses desean que la respuesta de Macron sea en primer lugar sobre la carestía de la vida, (le pouvoir d’achat, o poder adquisitivo de los trabajadores).
Todo parece indicar que el movimiento de los gilets jaunes proseguirá su lucha, mientras la clase política no responda en Francia a varias cuestiones esenciales:
- La crisis de la democracia representativa en la Quinta República, restableciendo el escrutinio proporcional, que devuelva la credibilidad y la legitimidad a la representación nacional, y ponga fin a la deriva autoritaria del presidente-monarca.
- La aceptación del RIC, Referéndum de Iniciativa Ciudadana, para poder revocar a todo gobierno que no cumpla con las promesas formuladas en su campaña electoral.
- El restablecimiento del ISF, Impuesto sobre la Fortuna de la oligarquía financiera, y una reforma fiscal que ponga término al proceso acelerado de empobrecimiento de las clases medias y bajas, y a la miseria que afecta cada vez mas a los desempleados, precarios, o personas privadas del elemental derecho democrático a la vivienda.
- La revalorización del salario mínimo y la indexación de las pensiones de los jubilados con el índice de la inflación
El movimiento de los gilets jaunes no es sino la punta del iceberg de una profunda crisis social y de una ruptura provocada por las sucesivas políticas antisociales que Macron ha conducido a su paroxismo. Si las respuestas del poder no están a la altura de las esperanzas expresadas en la lucha, la primavera que empieza podría revelarse aquí todavía mas agitada una vez pasada la cita electoral europea.
Quiero sol, La dignidad humana contra Macron
J’veux du soleil, “Quiero sol”, afirman, gritan y cantan los muy humanos personajes filmados por Ruffin y Perret.
Ellos y ellas son Corinne, Khaled, Cindy, Marie, Rémi… y tantos otros, a los que este documental de hora y diez minutos de metraje les da imagen y sonido, su rostro y su voz, esos anónimos franceses que cuentan sus dolorosos recorridos de vida, y explican el porqué de su cólera, y de su voluntad inquebrantable de seguir la lucha, porque tienen poco o nada que perder. “De costumbre los pobres se esconden en su sufrimiento” nos dicen Ruffin y Perret, quienes con su película “hacen visible, lo invisible”.
No pretende el documental ser exhaustivo ni explicar políticamente la complejidad de este movimiento espontaneo de protesta social, sino tan solo reflejar la humanidad de sus participantes, para mejor desmentir las tentativas hipócritas del gobierno de amalgamar e identificar ese movimiento con peligrosos “extremistas” o “casseurs”(reventadores), mientras esconden y olvidan las violencias policiales gravísimas perpetradas al mismo tiempo (en meme temps, por utilizar un termino que Macron aprecia) que su presunto “debate nacional”.
“J’veux du soleil” es una llamada a continuar el combate social y cinematográfico, para contar y seguir testimoniando sobre este movimiento que sigue vivo y coleando, no obstante, la desproporcionada represión.
Perret recuerda al respecto la frase de Howard Zinn: “Mientras los conejos no logren ser historiadores, la historia seguirá siendo relatada por los cazadores”. Llamamiento pues a todos los cineastas y documentalistas a continuar ese trabajo cinematográfico e histórico necesario, en el documental o en la ficción.
Si la fotografía, como decía Godard, refleja la verdad, y el cine refleja la verdad con veinticuatro imágenes por segundo, “j’veux du soleil” segundo largometraje documental de Francois Ruffin, después de “Merci Patron”, filma y capta con sus imágenes una verdad como una casa, enorme de humanidad al dar la palabra a esa heterogénea comunidad de chalecos amarillos, que sigue movilizada en Francia desde hace cinco meses contra la injusticia fiscal, social y ecológica del presidente Macron y de su gobierno.
En su road movie social, la cámara de Perret acompaña los desplazamientos a través de Francia del diputado Ruffin, quien a bordo de un viejo coche Citroen Berlingo va al encuentro de los gilets jaunes en diferentes regiones, y en las rotondas ocupadas por hombres y mujeres que viven o sobreviven en condiciones de absoluta precariedad y que se rebelan contra la escandalosa e indecente injusticia social, la quiebra del contrato social provocada por las aceleradas desigualdades sociales, entre los representantes de la oligarquía en el poder y la mayoría de los ciudadanos en Francia.
La película muestra bien como las rotondas ocupadas durante la movilización se han convertido en verdaderos espacios de vida y de encuentro en las zonas rurales, sobre todo en las regiones más afectadas por la política ultra liberal de liquidación de los servicios públicos. Los lazos sociales quebrados por la política antisocial de los Sarkozy, Hollande o Macron, renacen en esta lucha de los invisibles, los ausentes de los medios informativos oficiales, que han irrumpido con sus muy visibles chalecos amarillos y han tomado la palabra, que les había sido confiscada.
La verdad humana de “J’veux du soleil” está bien reflejada en el rostro de Marcel, Marcel Sánchez, un albañil jubilado de 77 anos de edad de origen español, cuyo retrato se ha convertido en símbolo y mascota de los gilets jaunes de Dions (en el sur de Francia).
Ese fotograma de la película resume bien la intención de Ruffin y Perret con un documental mas humanista que propiamente político, en el que denuncian tanto la política antisocial de Macron, como el retraso de la izquierda francesa en dar una respuesta política adecuada a esa espontanea rebelión.