Greenpeace ha alcanzado el casquete polar, la segunda masa de hielo terrestre más grande del planeta, el último día de expedición en el Ártico para reclamar su protección, en una expedición ecologista en la que participa el artista Alejandro Sanz.
Los integrantes del equipo han podido constatar los efectos del cambio climático: En la época estival el deshielo afecta ya al 95% de su superficie, lo que hace que cada tres minutos se pierde un volumen de hielo equivalente a un estadio de fútbol. Esta zona está amenazada por las prospecciones petrolíferas que ven una oportunidad en el deshielo al abrirse nuevas zonas para acceder en busca de petróleo.
El equipo de Greenpeace ha accedido al casquete polar a través del glaciar Apusêrsêrpia, en el fiordo de Navigit, un lugar de difícil acceso con abruptas grietas de hasta 800 metros de profundidad donde habitualmente solo pueden acceder los expedicionarios polares.
«Durante estos cinco días de expedición para reivindicar la protección del Ártico, hemos sido testigos, a través de nuestros ojos y de los de los guías inuits que nos han acompañado, de los rápidos y drásticos cambios que ha sufrido el Ártico debido al cambio climático», ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña del Ártico de Greenpeace.
La expedición de Greenpeace ha querido documentar y mostrar los efectos del cambio climático en esta última frontera natural y difundir la necesidad de proteger las aguas del alto Ártico amenazadas por las prospecciones de petróleo y la pesca industrial. De hecho el proyecto Kanumas al este de Groenlandia pretende explorar nuevos pozos con una superficie de 50.000 km2 en aguas abiertas, un proyecto que pondría en peligro la zona visitada estos días por los ecologistas.
El artista Alejandro Sanz, uno de los embajadores del Ártico, ha formado parte del equipo como uno más y ha querido ser altavoz de esta campaña y vivir en primera persona los efectos del cambio climático en la zona: «Esta expedición no termina con el acceso al casquete polar, nuestro trabajo y nuestra lucha es conseguir que la protección del Ártico sea una realidad», ha declarado.
La petición de protección de estas aguas pasa por el compromiso de los países que tienen ribera en el Consejo Ártico lideren su protección para que se eleva a Naciones Unidas una moratoria en las prospecciones petrolíferas.
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