Eduardo Madroñal Pedraza[1]
‘Vacaciones en paz’ para los niños saharauis en España. Como cada año, en julio y agosto, permanecerán en España varios miles de niños y niñas saharauis, los ‘pequeños embajadores’.
El año pasado, 2018, fueron 4028 los que, gracias al programa ‘Vacaciones en Paz’, vinieron desde los campamentos de Tinduf, en Argelia, y fueron acogidos por otras tantas familias repartidas por toda la geografía española. El pueblo español sigue leal al saharaui desde hace 43 años, como pueblo hermano, ya que fue parte del español, tuvo la misma nacionalidad y su documento de identidad.
El programa está organizado -aunque iniciado en 1979- desde mediados de los 80 por las asociaciones solidarias de toda España con el pueblo saharaui, y representantes del Frente Polisario en España y de la propia República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Los pequeños de entre nueve y doce años llegan a España, donde conviven con familias de acogida, evitando así el calor extremo que se vive en los campamentos en esas fechas, que puede llegar a alcanzar entre 50º y 55º. Por sus condiciones de vida los niños llegan con carencias alimentarias y sanitarias, que las familias españolas de acogida atienden como si fueran sus hijos.
La amplitud del programa es digna de encomio. Un breve viaje por nuestra geografía nos lo muestra, empezando en las Islas Baleares donde 95 niñas y niños podrán recibir una buena alimentación y una atención médica imprescindible. Siguiendo por La Rioja donde 41 niños llegarán este año a Logroño y otras localidades de la comunidad. En Navarra serán 68 los que podrán venir, de entre 8 y 13 años, además de cinco monitores.
En Almería el año pasado fueron un total de 71 niños -y este año esperan un número similar- los acogidos por familias residentes en veintiséis municipios de la provincia. En Extremadura la asociación Fedesaex destaca que la experiencia vital cambia la vida no solo a los saharauis sino también a sus familias extremeñas de acogida. Y así el resto de España.
Y ello a pesar de nuestros pesares, del saqueo económico que sufrimos en España, que ha dificultado a algunas familias continuar con esta acogida -ha habido un pequeño descenso- a lo que se han añadido los recortes en las ayudas institucionales; aún así siguen siendo muchas las familias que continúan.
La solidaridad penetra las instituciones
La persistente solidaridad popular ha ido penetrando, en alguna medida, todas las instituciones españolas y a todos los niveles, desde organizaciones profesionales y ayuntamientos hasta gobiernos autonómicos y el Parlamento de la nación, también a lo largo y ancho de nuestro país, y ampliándose a otras actividades educativas y sanitarias de apoyo.
En La Rioja, el Ayuntamiento de Logroño ayuda a ‘Vacaciones en paz’. En Almería colabora la Diputación Provincial. En Navarra el gobierno autonómico también participa con ayudas al desarrollo del programa.
Pero las propuestas se han expandido a otras áreas. Por ejemplo, en las Islas Baleares hay un plan de ‘Escola en Pau’, con apoyo del gobierno autonómico, llamado ‘Madrassa 2019’, para que los jóvenes saharauis puedan seguir estudios de primaria, secundaria, formación profesional y universitaria aquí durante el curso escolar, y a lo largo de las vacaciones de verano estos jóvenes vuelven con sus familias. Este proyecto se ha extendido a otras comunidades autónomas.
En Asturias, la Universidad de Oviedo ha firmado recientemente un convenio de colaboración con la Universidad de Tifariti para que estudiantes saharauis puedan formarse en la institución asturiana, así como el intercambio de docentes y personal de administración y servicios. Igualmente, el gobierno autónomo destina 400 000 euros para cubrir necesidades básicas y mejorar las condiciones de vida en los campamentos saharauis en Argelia.
Otro ejemplo está en la sanidad. En Cantabria mantienen un programa de apoyo sanitario a los habitantes de los campos de Tinduf. Así, este año, del 16 al 26 de abril una comisión sanitaria humanitaria cántabra se desplazó hasta allí para practicar operaciones ya programadas. En este viaje participaron en el equipo quirúrgico cinco médicos, dos enfermeras y tres estudiantes de medicina.
Va a hacer tres años que el Parlamento aprobó por unanimidad que los saharauis pudieran nacionalizarse españoles en sólo dos años, como los ciudadanos de Iberoamérica, Andorra, Portugal, Filipinas, Guinea Ecuatorial y la comunidad sefardí. Los del resto de países deben esperar diez años.
Un pueblo leal frente la traición a los saharauis
Con la firma del Acuerdo Tripartito de Madrid en 1975, el último gobierno franquista presidido por Arias Navarro cometió una triple traición. Traicionó el compromiso de España con la ONU de hacer un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui.
Traicionó al pueblo saharaui, impidiendo que pudiera decidir su futuro, pueblo colonizado pero hermanado, parte del español, al tener la misma nacionalidad y DNI, recordemos que hasta 1975 era la 53 provincia española. Y traicionó al pueblo español, que simpatizaba, y simpatiza, casi unánimemente, y de manera tan profunda, que 43 años después sigue vivo su apoyo, pese a la posterior actitud conciliadora de gobiernos como el de Felipe González, que claudicaron ante las presiones de EEUU y Francia.
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Eduardo Madroñal Pedraza es profesor de instituto en España.
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