La colección Hooligans ilustrados, de la editorial libros del KO, está dedicada al fútbol y la literatura, en un pequeño tamaño en el que periodistas y escritores escriben sobre el equipo de sus amores.
“Es el alimento espiritual de tuercebotas y fajadores” se publicita en esta serie. Hay escritos, hasta ahora, sobre Real Madrid, Barça, Atlético, Espanyol, Betis, Zaragoza, Athletic, Real Sociedad, Sevilla, Castellón, Córdoba, Logroñés, Rayo Vallecano, Murcia, Oviedo, Dépor, Racing Santander…
Pues bien, como me indicaron en su caseta en la pasada Feria del Libro, en Madrid, los responsables de la editorial, solo hay un equipo que, hasta el momento, haya generado no uno sino dos libritos, para mi satisfacción, el Celta de Vigo, todo un triunfo de papel y un disfrute de los lectores y aficionados celestes.
Ha aparecido recientemente ‘Como siempre, lo de siempre’ de Lucía Taboada que toma el testigo al aparecido cuatro años antes y que llevaba por título ‘El Celta no tiene la culpa’ del periodista Alfonso Armada. Sin duda, un celtista destacado en el periodismo nacional –aunque él no se considera como tal- pero falta por citar a otro aún más mediático, Gonzo, que ahora tiene por delante la difícil tarea de sustituir al conocido Jordi Évole.
Hay que resaltar que Taboada es la primera mujer en escribir en esta colección de equipos de fútbol de libros del KO, lo que ya supone así superar dos retos, único club con dos libros y primero escrito por una fémina.
Estos dos pequeños libros tienen además la curiosa circunstancia que su portada es el antes y el después.
En el de Armada, el escudo dividido en trozos, como piezas de un rompecabezas, y en el de Taboada, ya unido, toda una sucesión de escudos repitiéndose uno tras otro. Toda una paradoja y es que son dos pequeños trabajos con dos estilos totalmente diferentes aunque con puntos en común, además de, lógicamente, el equipo de la ciudad de Vigo.
Por ejemplo, la dedicatoria, ambos se acuerdan de sus respectivos padres y ella la amplía a algunos más, así como la alusión al eterno rival, el Dépor y O noso derbi. “…la eterna rivalidad intercéltica (…) Sin la tensión entre Coruña y Vigo (…) la vida (…) perdería intensidad” sostiene Armada, “…no hay alegría más primitiva y visceral que ganarle al Deportivo” cuenta Taboada.
Pero además ambos se centran en recuerdos personales donde el equipo sirve de engarce para recordar su pasado vital, estudios, profesión, vivencias…
En el caso de Armada es literatura y recuerdos. El Celta le recuerda su relación con su padre y abuelo, así como deja un buen puñado de memoria literaria la que une a futbolistas como el histórico Pahiño, “…los futbolistas que leen (…) siguen siendo bichos raros”, con los escritores rusos Dostoyevski y Tolstoi.
No hay recuerdos específicos de partidos, ni recorrido por la vida del club, pero sí experiencias personales, también reflexiones periodísticas y literarias. “Pero esta no es una historia del Celta de Vigo, mi equipo que no es, sino otra cosa” describe con acierto el autor. “Azul es un color de inmensidad. Azul celeste es el color del Celta” y, como él, y otros muchos, su color favorito.
Contar que en la dedicatoria que, en su día, me firmó: “…aunque mi pasión celeste no sea tan intensa” y es que Armada es un celtista que no sabe que lo es, ni se reconoce como tal, pero lo es en realidad, no alardea de ello en ningún lugar y ocasión. Como él mismo escribe, “Será que no sé ser”. Son muchos los seguidores silenciosos pero fieles y por eso sentencia de forma sincera: “cada vez que el Celta gana, a mí se me alegra el corazón” deseando poco antes de poner el final de su narración que ocurra “lo imposible. Que gane la Liga, por ejemplo”.
Uno no sería tan ambicioso y espera que el destino le permita oír la Rianxeira y ver al Celta ganar un título, el que sea, (la Intertoto del 2000 no cuenta, como explica Taboada) a ser preferible la Copa, para resarcirse de las dos dolorosas derrotas vividas en Madrid y Sevilla, -contando el antecedente del Vigo FC, cuatro fracasos, récord desgraciado en las 114 ediciones de la competición-, antes que el campo quede totalmente vacío y cierre los ojos para siempre. Y es que como escribe Taboada, el fútbol “se cuela por las rendijas de nuestra tristeza aportándonos más derrotas”.
El libro de Taboada, socia desde su infancia, permite recordar todas las glorias y miserias del club, haciendo un paso por cada temporada, logros, fracasos, jugadores y entrenadores para el recuerdo…. Es un estilo coloquial, más directo y que detalla todo el periplo histórico-deportivo, haciendo hincapié, en el más reciente que la autora cuenta en forma de vivencia personal.
Cuenta la autora la dificultad de seguir al equipo cuando vivía en Londres, pues imagínese en Tánger y cuando estaba en Segunda División, casi nada. Y es que cuando menciona la anécdota madrileña del Celta-Atlético, y que hay quienes se creen que la Liga es de tres, en Marruecos –donde la siguen con pasión- se creen que es de dos. A un taxista tangerino, que me dijo conocía España, cuando me hizo la típica pregunta de qué equipo era, le dije que del Celta, y me inquirió con sorpresa “¿Y dónde queda esa ciudad?”
Soy un celtista del exilio, en el diario El Faro –de Algeciras, no de Vigo- siempre me chivaban los compañeros el resultado cuando me tocaba trabajar el fin de semana. Los del exilio somos legión –más de medio millón, 524 132 seguidores en una red social, no todos de Vigo, ni gallegos, claro- y eso me rememora que en Cádiz hubo un seguidor, el médico Leopoldo, al que nunca conocí y con el que nunca pude departir, a pesar de tener algún amigo común. Tuvo el mérito que se hizo del Celta, a pesar de no tener vinculación previa alguna ni con la entidad ni con la ciudad olívica, todo un ejemplo de seguidor en la distancia, un poco como yo.
Era accionista y allí lo conocían hasta los colegas del Faro de Vigo que le hicieron un sentido obituario. La pasada temporada falleció y le dedicaron un minuto de silencio, fue en el partido ante el Huesca donde, cómo no, Iago Aspas, dejó un segundo gol inolvidable para el recuerdo.
Y es que en Cádiz siempre hubo una colonia gallega y del Celta –aunque nunca existió una peña como tal-. Hay un pequeño rincón, un callejón pequeñito, al lado de la verja del muelle, llamado ‘Villa de Bouzas’ que me rememora muchas cosas. Toda mi familia materna es de Bouzas, (la paterna, de Chapela) y sé muy bien del Rápido y esa camiseta aurinegra que hasta hace una temporada llegó a Segunda B y donde cuenta en su libro fue portero el padre de Alfonso Armada.
También en Cádiz existía un bar ‘Celta’ del que mi familia no era asiduo a pesar de que pasé delante de él años y años de mi infancia y en Algeciras no sólo el bar-restaurante ‘Celta’ sino también un bar ‘Vigo’ hoy pura ruina, Galicia, Cachafeiro….
Y es que ser del Celta es ser un resistente a casi todo. En todo caso, para terminar, todo seguidor, del equipo que sea, cree como cuenta Taboada, “….que el fútbol nos compensará, que de hecho ya nos ha recompensado en muchísimas cosas”.
Biografias
Alfonso Armada (Vigo, 1958) es periodista y actual presidente de la sección española de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Director de la revista digital Fronterad, fue corresponsal para África del diario El País (1994 -1998) y corresponsal de ABC en Nueva York (1999-2005).
Ha publicado El Celta no tiene la culpa (2015), Cuadernos africanos (2019), Por carreteras secundarias (2018) y Diccionario de Nueva York (2017). Además El rumor de la frontera (2016), España, de sol a sol (2001) y Mar Atlántico (2012); los tres con fotografías e ilustraciones de Corina Arranz.
Es también autor de Nueva York, el deseo y la quimera (2007); Isabel Muñoz (2007), El sueño americano (2009) y Sarajevo (2015) –con fotos de Gervasio Sánchez-.
Asimismo ha escrito los poemarios Pita velenosa, porta dos azares (2002); Los temporales (2002), TSC. Diario da noite (2009); Fracaso de Tánger (2013), Cuaderno ruso (2017) y Cuaderno de Hollywood (2018).
Lucía Taboada (Vigo, 1986) es periodista. Actualmente trabaja como redactora de la Cadena Ser y colabora en la revista masculina GQ. Ha publicado Como siempre, lo de siempre (2019). Junto a Raquel Córcoles, Dejar de amargarse para imperfectas (2014); Fuera complejos para imperfectas (2016) y el pack Fuera complejos (2016).
- ‘El Celta no tiene la culpa’ Alfonso Armada
Libros del KO Noviembre 2015
Siete partes.
78 páginas. 8 euros - ‘Como siempre, lo de siempre’ Lucía Taboada
Libros del KO Mayo 2019
96 páginas. 8 euros