Las casas de apuestas online son cada vez más numerosas y el número de personas que se animan a probar con las apuestas sigue creciendo, en parte, gracias al fuerte desembolso que las operadoras invierten en publicidad y patrocinios.
Dada la importancia que han llegado a tener este tipo de empresas en la sociedad se hacía necesario una regulación. Estamos hablando de una actividad que mueve cada año miles de millones de euros en España.
La Dirección General de Ordenación del Juego
Hasta la formación del gobierno de coalición del socialista Pedro Sánchez, las casas de apuestas online dependían del Ministerio de Hacienda, que controlaba no solo la actividad de las bookies, sino también de los casinos en línea, las Loterías del Estado o los sorteos de la ONCE. El control de todo lo relativo al juego se gestiona desde la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ). La función principal de este organismo es salvaguardar los intereses y velar por la seguridad de los ciudadanos que hacen uso de estos juegos de azar.
A partir de ahora, con el cambio de Gobierno, el juego pasará a estar gestionado por el Ministerio de Consumo, cuya cartera le ha sido entregada a Alberto Garzón, quien siempre ha mostrado una actitud crítica ante las casas de apuestas. El ejecutivo tiene la intención de reformar la ley del Juego, en vigor desde el 28 de mayo de 2011.
Funciones de la DGOJ
La Dirección General de Ordenación del Juego se encarga, entre otras cosas, de que las operadoras cumplan con todo lo estipulado por la ley. Es este organismo el que se responsabiliza de controlar y supervisar las apuestas deportivas. Por suerte, las casas de apuestas acostumbran a ponérselo fácil a los apostantes con aplicaciones intuitivas y guías de ayuda como glosarios de apuestas.
También se encarga de tramitar las licencias de las empresas del juego, decidiendo si las concede o no. A grandes rasgos, y según las demandas de la DGOJ, los requisitos que debe cumplir una casa de apuestas para obtener licencia que le permita comenzar su actividad son, en líneas generales, los siguientes:
- Una operadora de apuestas debe demostrar solvencia económica y la viabilidad de su proyecto.
- La seguridad de los apostantes es una de las prioridades de la DGOJ, por lo que exige que las operadoras cuenten con todas las medidas necesarias para garantizar el juego seguro, entre lo que se incluye que los apostantes puedan cobrar hasta el último céntimo de sus ganancias. Todas las casas de apuestas reguladas deben tener bien visible el distintivo de “Juego Seguro”.
- La DGOJ exige que las operadoras se comprometan en la lucha contra las adicciones, para que los apostantes jueguen de manera libre y, sobre todo, para proteger a los niños y a los adolescentes.
- Tomar medidas para evitar el blanqueo de capitales.
La DGOJ también tiene entre sus funciones sancionar a las casas de apuestas reguladas –con licencia- que no cumplan con la normativa vigente.