El Festival del cine de Miami-MIFF se canceló el día en que se estrenaba “Una ventana al mar”, filme del director español Miguel Ángel Jiménez. El coronavirus llegó a Miami y el gobierno federal canceló todos los eventos culturales, políticos, deportivos, académicos; cerró escuelas, tribunales, restaurantes, bares, playas y centros comerciales. Miami luce bajo el sol tropical, solitaria y sin cine.
No obstante, director y productor habían llegado de España y quise entrevistarlos. Estaban contentos a pesar de haber atravesado el Atlántico para no estrenar su película. La actriz Emma Suárez debía venir a recibir su premio, pero canceló su visita.
Llego al hotel y aunque el sol resplandece hay algo oscuro que flota en el aire…. Se acerca el actor Gaizka Ugarte, con su pelo revuelto y nos saludamos de lejos, tratamos de hablar mientras la televisión que está en la sala de prensa, adyacente al lobby del hotel anuncia las drásticas medidas y el avance de la epidemia. Luego aparece el director, Miguel Ángel Jiménez, sonriente, aunque incrédulo frente a la cancelación del festival.
Gaizka Ugarte y Miguel Ángel Jiménez pertenecen a la nueva generación del medio artístico. Sus carreras no son muy extensas, pero su entusiasmo sí. Gaizka, el joven actor de la producción “Una ventana al mar”, ha hecho buen teatro (Yerm y La cantante calva, entre otras obras) saltó a la televisión con varias series y ha interveido en siete películas.
Ugarte, hace de hijo de Emma Suárez en “Una ventana al mar” y me cuenta:
“Fue una experiencia maravillosa hacer este filme. Yo soy vasco y estudié con un alumno de Gandolfo, el argentino Juan Carlos Corazza. Mi primer trabajo fue en publicidad, que me permitió vivir. Luego hice bastante teatro y luego me introduje en la televisión y el cine. Puedo considerar este papel de hijo de Emma Suárez como mi primer trabajo serio en cine. Mi personaje es importante y trabajar con Emma era emocionante, además tenía que haber buena química para poder realizar bien mi papel de hijo.
Es una gran actriz y como persona es muy cercana, ayuda a la buena comunicación. Rodamos en Grecia y luego en Bilbao. Nos llevamos muy bien”.
Le pregunto sobre la situación de los actores jóvenes en el mercado europeo y me responde entre sonriente y dubitativo:
“Está contrastado, por un lado es más fácil porque hay diferentes plataformas que generan más oportunidades, series de televisión por ejemplo, hay más posibilidades, sin duda, pero hay también más competencia, y el reclamo de actores no es parejo. Yo no estudié para ser galán, sino actor, y ahora, en algunos casos, se busca producto de imagen”.
Y añade mientras sacamos unas fotos:
“Me gusta la comedia, aunque mis grandes trabajos han sido dentro del drama, pero yo tengo facilidad para de ir de un género a otro. Me encantan los clásicos, Shakespeare, Chejov para profundizar, pero cualquier texto bien escrito con buena aproximación al personaje es interesante. Este filme me ha dado mucha satisfacción. He aprendido y gozado haciéndolo.”
Se nos acerca el director, Miguel Ángel Jiménez, quien me dice:
“Una ventana al mar, es una película querida por mi porque es, en parte, autobiográfica. Tuve la desgracia de perder a mi madre de un cáncer y necesitaba hacer este film. Ahora siento alivio. Se la dedico a mi madre. La muerte nos toca a todos. Es la historia de una mujer con cáncer que viaja a Grecia y en una isla encuentra el amor y tiene que tomar decisiones. Todos tenemos que tomar decisiones, y tenemos que ser libres para hacerlo. Tal vez sea melodramática, pero yo traté de que fuera austera, y que no dejara indiferente a nadie frente a esta situación».
Adriana Bianco: Estudiaste cine, eres director, productor, escritor y comenzaste tu carrera en 2009, con Ori y en el 2012 filmaste Chaika, una historia que sucede en Rusia, Georgia, Siberia, siendo muy premiado ese filme.
Miguel Ángel Jiménez: Sí. Es una de las películas que más quiero. Cuando estuve en un barco ruso con marineros me contaron historias y una de ellas dio origen a la película.
Lo filmé en lugares extraños, alejados, ese es el tipo de cine que desearía hacer, buscar geografías apartadas, solitarias, donde le suceden cosas a los personajes, que pasan por su peor interior en relación con el paisaje. Los lugares desolados me atraen mucho. Quiero enfocarme en ese tipo de escenario y situaciones, con un ambiente especial… Mira, hice un thriller comercial “La mina” donde aprendí mucho, pero no es el cine que quiero, de todas maneras me sirvió para mi función de director. Sinceramente, me gustaría tener un poco más de presupuesto para hacer el cine que yo quiero.
AB: Es cuestión de que te lo propongas. ¿Cómo eres en tu método de trabajo, con la filmación, con los actores?
MAJ: Soy muy meticuloso con los encuadres cuando filmo; evalúo, mido, soy muy preciso, después de que eso está bien, yo doy libertad al actor. Con Emma Suárez tenía un poco de miedo, porque diriges a alguien muy premiado, pero todo fue muy bien y natural. Lo importante es que todos se sientan cómodos, como parte de la película. Fue muy buena experiencia y creo que “Una ventana al mar” es un trabajo que conmueve, muy cerca de nosotros, finalmente habla del amor y de la muerte….
No sé ahora qué pasará con su estreno, pero ya estoy pensando en otros proyectos con Grecia, con el País Vasco; hay que tener proyectos siempre.