Las residencias de mayores han venido siendo centros de masacre, sin precaución ni prevención. Las personas residentes de estos centros han sido “Los Santos inocentes”, que además de sangrarles económicamente según las residencias, y unas más que otras, han sido ratoneras para quienes convivían en ellas.
Gracias al Covid-19 las residencias de mayores se “han despejado”, hombres y mujeres han muerto víctimas del sistema económico neoliberal, que miente a tiempo completo con tal de obtener sus fines. Aún recuerdo hace unos años, leer de parte del FMI, (Fondo Monetario Internacional) que las pensiones eran un riesgo…
No es por pensar mal, pero parece que el bicho en cuestión a quienes más desfavorece es a los más pobres, a dependientes, a quienes físicamente están peor… o sea que a Bill Gates por ejemplo no le afecta ¡todo esto es muy curioso…!
Luego está el poder político, que acostumbra a cacarear mucho, a decir una cosa y la contraria, algo que está muy de moda en estos tiempos… lo mismo te decían hace tres meses, que las mascarillas no eran necesarias, que a España no le iba a afectar el coronavirus, que era una simple gripe, que se podían asistir a eventos como: Manifestaciones, finales deportivas, congresos políticos… aunque a ciertos eventos religiosos si les pusieron en aviso y prevención, en fin…
Hoy ya si son necesarias las mascarillas, ¡son excelentes para llorar a nuestros muertos! Que no tuvieron ninguna posibilidad, ni elección de ponérselas, ni de escapar de personas que los atendían, portadoras del virus y ya contagiadas quien sabe en qué evento.
En la nuevas fases, se podrán ver a los familiares, la pena es que muchas no los volveremos a ver más, ni les abrazaremos, ni les podremos decir ya nada…
El duelo de 10 días que se va a decretar, lo llevamos viviendo desde el confinamiento y nadie pareció entendernos, pues los muertos estuvieron ausentes de sus noticias “chupis guais” de colores, y también de sus ruedas informativas en las que simplemente eran números.
Así es que prueben un ratito, a meterse
su duelo institucional
por su parte anal.
¡Muchas gracias!