Si los sectores más pobres del planeta obtuviesen durante seis meses un ingreso básico y así tres mil millones millones de personas no tuvieran que salir todos los días a trabajar para sobrevivir, se podría frenar el ritmo de contagio del coronavirus, postuló este jueves 23 un nuevo informe del PNUD, informa la IPS.
El administrador del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Achim Steiner, dijo al presentar el informe que «la introducción de un ingreso básico temporal para las personas más pobres del mundo se ha planteado como una opción, algo que habría parecido imposible sólo unos meses atrás».
«Estos tiempos sin precedentes exigen medidas económicas y sociales sin precedentes», afirmó Steiner.
El ingreso básico debería destinarse a los 2700 millones de personas que viven por debajo de la línea de la pobreza en 132 países en desarrollo y la medida costaría 199 000 millones de dólares mensuales, según los economistas autores del informe, el boliviano George Gray Molina y el mexicano Eduardo Ortiz-Juárez.
Ese costo representa doce por ciento del total de la respuesta financiera prevista para 2020 ante la pandemia covid-19, o el equivalente a una tercera parte del monto que los países en desarrollo deben pagar por su deuda externa este año.
La propuesta no establece un monto único para el ingreso básico universal, en atención a las diferencias regionales y nacionales, aunque un límite promedio de vulnerabilidad se sitúa alrededor de 62 dólares mensuales y si se promedian ingresos y necesidades de consumo en los 132 países podría situarse en 110 dólares.
La medida no solo es viable sino urgente, «ya que la pandemia avanza a un ritmo que supera el millón y medio de casos nuevos por semana, sobre todo en los países en desarrollo, donde siete de cada diez trabajadores generan su sustento en la economía informal», expuso el PNUD.
Esas personas «no pueden subsistir si no salen de sus casas ya que no cuentan con protección social, y un ingreso básico temporal les brindaría los medios necesarios para comprar alimentos y costear sus gastos de salud y educación», indicó el informe.
Steiner sostuvo que los rescates y los planes de recuperación «no pueden centrarse únicamente en los grandes mercados y negocios», y un ingreso básico temporal permitiría a los gobiernos dar a las personas en confinamiento un sustento financiero.
Agregó que ese dinero volvería a inyectar efectivo en las economías locales para ayudar a mantener los pequeños negocios a flote, al tiempo que se desacelera el devastador avance de la covid.
Para sufragar el ingreso básico temporal los países podrían, por ejemplo, reorientar los fondos que originalmente destinarían este año al pago de su deuda, que según el informe suman 3,1 billones (millones de millones) de dólares.
La aplicación de una moratoria amplia de la deuda para todos los países en desarrollo, como ha solicitado el secretario general de la ONU, António Guterres, permitiría a los países reorientar temporalmente esos fondos hacia medidas de emergencia que contrarresten los efectos de la crisis provocada por la pandemia.
Las comisiones económicas regionales de la ONU, Cepal en América Latina y el Caribe, CEPA en África, y Escap en Asia y el Pacífico, han abogado en los últimos meses por la adopción de un ingreso básico de emergencia ante la covid, como ahora hace el PNUD.
Sus estudios muestran que la propagación del coronavirus exacerbó desigualdades que ya existían a nivel mundial y nacional, y ha generado nuevas disparidades que están perjudicando en mayor medida a las personas más vulnerables.
El PNUD estima que el desarrollo humano retrocederá este año por primera vez desde que empezó a medirse en 1990, dado que cien millones de personas más caerán en la pobreza, 1400 millones de niños se verán afectados por el cierre de las escuelas y se van aproducir niveles récord de desempleo y pérdida de medios de vida.