Coincidiendo con el Día de la Tierra, ayer, 22 de abril de 2021, Survival International lanzó una nueva e importante campaña para detener el plan de convertir el 30 por ciento de la superficie terrestre en áreas protegidas para 2030.
Está previsto que este plan de líderes mundiales y organizaciones conservacionistas se debata en la Cumbre de Líderes sobre el Clima convocada por el presidente estadounidense Joe Biden (22-23 de abril), y que se acuerde en la cumbre COP15 en China en octubre.
Esta organización ha advertido que, de llevarse a efecto, puede convertirse en el mayor acaparamiento de tierras de la historia, y que trescientos millones de personas corren el riesgo de perder sus tierras y sus medios de vida, la mayoría de ellos pueblos indígenas y tribales.
Fiore Longo, responsable de la campaña de Survival para descolonizar la conservación, ha asegurado que «el plan de convertir el 30 por ciento de la superficie terrestre en ‘áreas protegidas’ es una ‘gran mentira verde’. Es un plan sin base científica, que no solo no hará nada por combatir el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, sino que aumentará el sufrimiento humano y la destrucción de la naturaleza. Es una distracción letal de lo que realmente urge para asegurar la diversidad humana y toda la biodiversidad: el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a su tierra».
La campaña se presenta con un nuevo vídeo-poema narrado por la cantante de rap y activista indígena zapoteca Mare Advertencia Lirika, y que expone la #BigGreenLie (‘gran mentira verde’).
Hasta el momento, más de 230 organizaciones y expertos han firmado una declaración expresando su preocupación sobre el objetivo del 30 por ciento.
En España, recientemente se han dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que denuncia que la lucha contra la pérdida de biodiversidad no puede llevarse a cabo a costa de los mejores guardianes de la naturaleza, los pueblos indígenas.
El no al «plan 30×30»
Entre las principales objeciones de Survival se encuentran:
– El acaparamiento de tierras: si el plan sigue adelante trescientos millones de personas podrían perder sus tierras, que se convertirían en áreas protegidas. La creación de casi todas las zonas protegidas de África y Asia ha implicado el robo de tierras y se han implementado sin el consentimiento libre, previo e informado de quienes habitaban dichas regiones. Si el 30×30 sigue adelante, se crearán docenas más de áreas protegidas.
– Los abusos: los pueblos indígenas y tribales cuyas tierras ya se han convertido en áreas protegidas sufren desde hace décadas terribles abusos como violaciones, torturas y asesinatos. La mayoría de estas violaciones de derechos humanos han sido cometidas por guardaparques respaldados y financiados por grandes organizaciones conservacionistas, como WWF y WCS.
– Una falsa solución «salvaje»: el plan «30×30» es solo el último de los planes elaborados por los conservacionistas occidentales que consideran erróneamente las tierras de los pueblos indígenas y tribales como «territorios vírgenes» que hay que preservar para el bien común, en lugar de como tierras que estos pueblos han habitado, gestionado y protegido a lo largo del tiempo. Los pueblos indígenas pueden ser expulsados y despojados de sus tierras para proporcionar la reconfortante, pero falsa, ilusión de una solución a un problema que ellos no han creado.
Para Fiore Longo «este es un momento crítico. Si los líderes mundiales se reúnen y deliberan como de costumbre, el resultado de la cumbre serán más propuestas falsas, acientíficas, racistas y coloniales.
Cada vez más personas ven claramente que esto supondrá una catástrofe desde el punto de vista de los derechos humanos: los indígenas y otras poblaciones locales del Sur Global pagarán el precio de una destrucción medioambiental que no han provocado.
Y desde el punto de vista medioambiental, sencillamente no funcionará: expulsar a los pueblos indígenas de sus tierras para crear Áreas Protegidas no ayudará al clima. Al contrario, los pueblos indígenas son los mejores guardianes del mundo natural y una parte esencial de la diversidad humana que es clave para proteger la biodiversidad. Sus derechos territoriales deben de ser reconocidos.