Llamada a consulta de embajador de Costa Rica en Nicaragua: breve análisis
Como bien se sabe, los Estados, entidades políticas por definición, son entidades libres y soberanas, y por ende, sumamente susceptibles. Roces, tensiones y controversias que sacuden la sociedad internacional a menudo encuentran su raíz en temas fronterizos y territoriales. A veces, un mapa colocado en una estampilla de correos oficiales, o una simple declaración oficial pueden despertar y desatar pasiones en la opinión pública, sobre todo cuando las relaciones políticas entre Estados atraviesan momentos difíciles. Es en este marco del que no escapan Costa Rica y Nicaragua que quisiéramos ahondar brevemente sobre lo ocurrido la semana pasada.
La llamada a consulta del embajador anunciada por Costa Rica:
Costa Rica anunció la semana pasada que llamó a consulta a su embajador en Managua, Javier Sancho, y que remitió una nota formal de protesta a Nicaragua. Esta nota indica, entre otros considerandos, que: «Mi país y mi Gobierno deploran esta nueva ofensiva actitud de Nicaragua, que se inscribe en la política de rechazo e irrespeto del Tratado de Límites de 1858 de la que su país viene haciendo gala, a través de la ocupación y posterior reivindicación de una parte de territorio costarricense en Isla Portillos, y de la violación de los derechos perpetuos de libre navegación costarricense en el Río San Juan, entre otros. Las amenazas como las de ayer a la integridad y soberanía costarricenses, que no solo abiertamente violentan el Tratado de Límites Cañas-Jerez 1858, sino también elementales principios del derecho internacional como el respeto de la integridad territorial y la estabilidad de fronteras, hieren profundamente los históricos lazos que comparten nuestras dos naciones y agravan también profundamente las disputas pendientes entre ellas”. Estas acciones de Costa Rica se dan a raíz de declaraciones dadas el día anterior por el presidente Daniel Ortega de Nicaragua en relación a un reclamo sobre la provincia costarricense de Guanacaste. El 6 de abril del 2011 manifestaciones similares del Presidente de Nicaragua fueron recogidas por la prensa e incluso la Presidenta de Costa Rica hizo referencia a estas en la contestación a un recurso de amparo ante la Sala Constitucional en diciembre del 2011 (ver pp.8-9 de documento adjunto). No se tiene no obstante registro de reacciones oficiales por parte de las autoridades de Costa Rica hechas en abril o mayo del 2011 a estas declaraciones del Presidente Daniel Ortega en relación a Guanacaste.
El primer embajador de Costa Rica de la administración Chinchilla (2010-2014)
Cabe señalar que el embajador de Costa Rica en Nicaragua Javier Sancho Bonilla, fue designado en septiembre del 2012 y que presentó sus credenciales en Managua en el mes de febrero del 2013 (ver nota). Es decir que se trata del primer embajador de Costa Rica en Nicaragua desde que asumió la administración la presidente Laura Chinchilla en mayo del 2010. En octubre del 2010, a raíz de la crisis acaecida en Isla Portillos (ocupación ilegal del territorio por parte de efectivos militares de Nicaragua), los dos Estados no procedieron a la ruptura de sus relaciones diplomáticas ni tampoco comerciales (Nota 1).
La técnica de la llamada a consulta:
La llamada a consulta de un embajador a la cual procede Costa Rica es parte de los distintos mecanismos que tienen a su disposición los Estados para dejar ver su profundo malestar a otro Estado: recientemente, por ejemplo, los Estados del Mercosur acordaron llamar a consulta sus Embajadores acreditados en Europa a raíz del vuelo del presidente Evo Morales entre Moscú y La Paz realizado en condiciones inauditas para un Jefe de Estado.
La llamada a consulta de un embajador siempre debiera de analizarse como una señal de profundo malestar o como un primer gesto político anunciando otras acciones posteriores si no se rectifica la situación que originó el malestar del Estado afectado. La práctica internacional abunda de situaciones tan disímiles como el caso reciente del llamado a consulta del embajador de Venezuela en Madrid tras declaraciones del jefe de la diplomacia española sobre los resultados electorales en Venezuela (y que no dio lugar a mayores comentarios de España según nota de abril del 2013), del embajador de Turquía en París llamado a consulta a Ankara después de la aprobación en Francia de un proyecto de ley penalizando la negación del genocidio turco contra los armenios (en octubre del 2007), o del llamado a consulta del embajador de Francia en Damasco (así como de varios embajadores de Europa) a raíz de la agravación del conflicto en Siria (en febrero del 2012). El recurrir a llamar a consulta a su embajador siempre debiera considerarse como una primera señal, y como tal, no acompañarse de otras acciones de manera a dar lugar a un espacio de tiempo para la rectificación o aclaración por parte del otro Estado. En algunos casos, el simple transcurrir del tiempo (unos meses) permite “superar el incidente”, tal como ocurrió en el caso del embajador de Venezuela en Madrid precitado.
La expresión de pesar o disculpas oficiales:
A veces, cuando se trata de situaciones en las que un Estado se siente ofendido, ultrajado o humillado por declaraciones o actuaciones de otro Estado, la presentación de disculpas o alguna expresión de pesar oficial por parte de las autoridades del Estado incriminado suelen ser la salida política a este tipo de situaciones: por ejemplo, así ocurrió recientemente entre España y Bolivia en relación a las actuaciones del embajador de España en Viena y el vuelo del presidente Evo Morales entre Moscú y La Paz, cuando el Embajador de España en La Paz envío una nota explicando: “»Lamentamos ese hecho, presentamos nuestras excusas por ese proceder, que no fue adecuado y que al presidente le molestó y le puso en una situación difícil e impropia de un jefe de Estado» (Nota 2). En un ámbito muy distinto, pero que generó de igual manera una situación muy incómoda para ambos Estados, Costa Rica presentó sus disculpas a las autoridades de Panamá al notificarles oficialmente que: «El Gobierno de Costa Rica desea hacer llegar sus más sentidas disculpas por las expresiones emitidas por don Melvin y las molestias que estas causaron al ilustrado Gobierno de Panamá” (Nota 3). Otras acciones tales como el retiro del Embajador, el cese provisional o la misma ruptura de relaciones diplomáticas son acciones posteriores que también admite la práctica internacional y que forman parte del abanico de gestos a disposición de los Estados para manifestar su malestar o su incomodidad por declaraciones o acciones consideradas ofensivas. Si la situación lo amerita, la ruptura de las relaciones diplomáticas puede incluso decidirse sin mayores preámbulos, como ocurrió por ejemplo en marzo del 2008 entre Ecuador y Colombia después de una incursión de un comando militar colombiano en territorio ecuatoriano. La ruptura de relaciones diplomáticas puede extenderse por más de 50 años, como en el caso de Bolivia y Chile (Nota 4), o bien por algunos años, como ocurrió entre Ecuador y Colombia (Nota 5) o bien por unos cuantos días, como ocurrió entre Nicaragua y Colombia a inicios de marzo del 2008 (Nota 6).
Conclusión:
La reacción de las autoridades de Costa Rica a las declaraciones del presidente Ortega en relación a Guanacaste merece ser cuidadosamente valorada. El código gestual de la diplomacia indica que el sentimiento de profundo malestar externado por un Estado mediante una llamada a consulta de su embajador suele abrir un espacio para dar lugar a algún tipo de aclaración, rectificación, expresión de pesar o incluso de disculpas por parte del Estado incriminado. Pero al combinar este llamado a consulta con otro tipo de medidas como las anunciadas por la Presidente de Costa Rica la noche del 14 de agosto pasado, se limita seriamente la posibilidad de dicha rectificación. La percepción desde afuera puede ser además algo distinta: por ejemplo, la semana pasada un medio de prensa como El Pais (España) no dudo en calificar este incidente diplomático como un «nuevo conflicto territorial » entre Costa Rica y Nicaragua (Nota 7), lo cual es a todas luces una valoración equivocada. Las declaraciones del presidente de Nicaragua Daniel Ortega no cuentan con ninguna validez desde el punto de vista jurídico como tampoco histórico. Lamentablemente, en derecho internacional público, ninguna norma obliga expresamente a un Jefe de Estado en ejercicio a abstenerse de dar declaraciones que carezcan de fundamento alguno.
- Nota 1: Según nuestros registros, la última vez que Costa Rica y Nicaragua rompieron relaciones diplomáticas fue el 23 de noviembre de 1978 debido a un incidente fronterizo que causó la muerte de dos policías costarricenses.
- Nota 2: Son las palabras contenidas en una misiva oficial entregada por el embajador de España en La Paz (ver nota de prensa publicada en España).
- Nota 3: Véase nota de La Nación (Costa Rica) en relación a las disculpas dadas después de las declaraciones del embajador de Costa Rica Melvin Sáenz Biolley que causaron molestia en Panamá y su traslado a otra sede diplomática de Costa Rica en el exterior.
- Nota 4:A raíz del desvío del río Lauca por parte de Chile, Bolivia suspendió las relaciones diplomáticas con Chile desde 1962. Chile en junio ofreció a Bolivia reanudar las relaciones diplomáticas (ver nota de prensa).
- Nota 5: Ecuador y Colombia procedieron a reabrir relaciones diplomáticas plenas el 27 de noviembre del 2010 (ver nota de prensa). Sus relaciones habían sido suspendidas en marzo del 2008 debido a una incursión militar en territorio ecuatoriano.
- Nota 6: En señal de solidaridad con Ecuador, Nicaragua suspendió las relaciones diplomáticas con Colombia el 6 de marzo del 2008 (ver nota de prensa), para reabrirlas el 12 de marzo del 2008 (ver nota de prensa).
- Nota 7: La reacción de Costa Rica a las declaraciones del Presidente de Nicaragua sobre Guanacaste han dado lugar a varias notas de prensa a nivel internacional, varias de ellas infiriendo (erróneamente) que se trata de un nuevo conflicto territorial: ver por ejemplo: El Pais (España): Costa Rica y Nicaragua protagonizan un nuevo conflicto territorial.