El «Pilar de la vergüenza», una estatura que durante veinticuatro años ha rendido homenaje a las víctimas de la represión del 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen de Pekín, ha sido desmontada en la noche de este jueves 23 de diciembre de 2021, del lugar que ocupaba en Universidad de Hong Kong.
La estatura, de ocho metros de alto que representa una maraña de cincuenta cuerpos deformados por el dolor, obra del artista danés Jens Galschiot, se instaló en 1997 en el campus de la Universidad de Hong Kong. Hoy ha aparecido desmontada y cubierta de plásticos.
Un comunicado de la dirección de la Universidad explica que «la decisión sobre la vieja estatua se ha tomado sobre la base de una decisión jurídica externa y una evaluación de riesgos y para el mejor interés de la universidad».
Desde su instalación, los estudiantes se encargaban de mantener limpia la estatua. Durante todos estos años, Hong Kong ha sido el único lugar de China en el que se ha tolerado la conmemoración de los acontecimientos de Tiananmen. Desde que en junio de 2020 entrara en vigor la draconiana Ley de Seguridad Nacional, la ex colonia británica de Hong Kong -retrocedida a China en 1997 tras el acuerdo «Un país, dos sistema», por el que Hong Kong conservaba al menos durante cincuenta años todas sus prerrogativas- va perdiendo poco a poco sus libertades y los símbolos de la situación que tenía anteriormente.
Ahora, «El pilar de la vergüenza» se va a llevar a un almacén «en otro lugar», según los responsables de la universidad, quienes aseguran que nadie fue autorizado nunca formalmente para instalar la estatua, y citan una ordenanza de la época colonial para justificar su retirada.
«El pilar de la vergüenza ha sido retirado pero la memoria sobrevive», ha escrito en twitter Nathan Law, un exdiputado hongkonés prodemocracia refugiado en el Reino Unido. «No podemos olvidar lo que sucedió el 4 de junio de 1989».
Jens Galschiot, autor de la obra, ha encontrado «chocante» que la Universidad decida sobre una obra que es propiedad privada: «La escultura tiene un precio muy alto. Si la destruyen les denunciaremos».