La federación Internacional de Periodistas (FIJ) y la Federación Europea de Periodistas (FEJ) se han sumado a la protesta del Sindicato nacional de Periodistas-Reino Unido e Irlanda (NUJ) para condenar la detención de David Miranda y la destrucción de los documentos que estaban en posesión del diario The Guardian, por considerarlos ataques a la libertad de los medios de los medios de comunicación y flagrantes abusos de la ley.
El 18 de agosto de 2013, David Miranda, brasileño y compañero sentimental del periodista del Guardian Glenn Greenwald, quien destapó los programas de vigilancia masiva efectuada por la estadounidense National Security Agency (NSA), a partir de la documentación confidencial proporcionada por Edward Snowden –hoy prófugo refugiado en Rusia y reclamado por el gobierno de Estados Unidos- estuvo nueve horas detenido por la policía británica en el aeropuerto de Heathrow, en base al “anexo 7” de las leyes antiterroristas del Reino Unido.
El mencionado anexo 7 de la Ley de 2000 permite interrogar a los viajeros, con la excusa de la prevención del terrorismo, que no tienen derecho a permanecer en silencio ni a recibir asesoramiento legal. Segú David Miranda, durante su detención no le hicieron ninguna pregunta relativa al terrorismo y le obligaron a facilitar las contraseñas de acceso a sus correos electrónicos y a las redes sociales; también le confiscaron los aparatos electrónicos que llevaba.
El lunes 19, tras el incidente en el aeropuerto, el redactor jefe del Guardian, Alan Rusbridger, reveló que altas instancias gubernamentales británicas le habían contactado para recabar información acerca de la información facilitada al periódico por Snowden y le habían pedido la destrucción de todos los documentos de la NSA; para evitar que fueran otras personas quienes los destruyeran, pidió la presencia de dos expertos en seguridad de los servicios de inteligencia electrónica del gobierno (GCHQ) y delante de ellos los informáticos del periódico procedieron a la destrucción de dos discos duros que contenían las informaciones secretas facilitadas por Snowden.
«Nos sentimos muy preocupados por lo que ha pasado en Gran Bretaña en los últimos días», ha manifestado el presidente de la FIJ, Jim Boumelha: «La detención de David Miranda y las revelaciones del Guardian indican claramente que se ha hecho una utilización abusiva de las llamadas leyes antiterroristas”
«Todo esto plantea algunas preguntas cruciales: no solo saber si el anexo 7 se ha utilizado de manera apropiada y legalmente justificada, sino también conocer el papel que han jugado algunos ministros británicos en todo este asunto. Apoyamos la demanda de que el parlamento británico investigue por qué se ha pedido al Guardian destruir los documentos, y quien lo ha pedido».
La FIJ y la FEJ llevan varios años pidiendo una revisión de las leyes antiterroristas. En 2011, con motivo del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, celebraron una conferencia conjunta en Bruselas para debatir precisamente la guerra contra el terrorismo y su impacto en los medios de comunicación; los periodistas asistentes pidieron una revisión de todas las leyes antiterroristas y relativas a la seguridad nacional, así como la eliminación de todas las leyes que criminalizan las actividades periodísticas.
«Pedimos a los gobiernos que adopten inmediatamente medidas para examinar y evaluar la utilización de las legislaciones antiterroristas. El artículo 11 de la carta Europea de Derechos Fundamentales se ha violado de manera flagrante. Es necesario que los dirigentes políticos emitan un mensaje claro y fuerte asegurando que los valores democráticos no son negociables», ha manifestado ahora Mogens Blicher-Bjerregård, presidente de la FEJ. »
«Los incidentes de la pasada semana en Gran Bretaña son una prueba más de como continúa la erosión de los derechos civiles y la libertad de los medios. En todo el mundo los periodistas se ven sometidos a un control y una vigilancia cada vez más estrictos: les detienen en las fronteras y se imposibilita su trabajo. Todo esto es inaceptable».