La medida estrella parece ser que es la barra libre para que el coronavirus COVID-19 campe a sus anchas, conviviendo con el virus, por lo que en las aulas pasan frío al tener que tener las ventanas abiertas. Y es verdad que todo el mundo quiere que esto se acabe, pero el deseo por si solo no es capaz de terminar con este bicho. La prevención, la precaución, la solidaridad… se hacen indispensables para no contagiarse, el contagio ha de tender a cero y multiplicarse por cero.
EL MALEFICIO
El alumnado se ha rebelado
¡¿Dónde está la conciencia?!
¡¡Por ningún lado!!
Dijeron los “expertos” y su sapiencia:
Los colegios son seguros
¡¡y todos contagiados!!
Este es su conjuro:
Por aquí y por allá
cucarachas, culebras y bichos
que os den por el “susodicho”.