Cuando nos enfrentamos a un conflicto con una tercera persona en términos económicos, lo más apropiado es poner su resolución en manos de la justicia. Delegando esta labor en manos de un buen equipo de abogados, aseguraremos que nuestro caso se trate de la forma adecuada, en favor de garantizar la mejor compensación una vez concluya la sentencia.
Puesto que un litigio legal, como es el caso de los créditos impagados, no es particularmente sencillo de llevar, será necesario familiarizarse con todos los procedimientos judiciales que se pueden ir dando en cada paso del caso.
Qué es un litigio
Antes de nada, conviene analizar exactamente a qué hace referencia el término de litigios. Esto es una disputa que deriva en un juicio, en el cual se resuelve el conflicto que hayan presentado ambas partes.
En el caso de los impagos de créditos, hablamos de uno de los litigios más comunes en el día a día, tanto de personas físicas como sociedades mercantiles. Un procedimiento que se inicia cuando la vía amistosa no ha dado sus frutos.
Por consiguiente, podemos decir que un litigio sobre préstamos impagados engloba todos aquellos juicios en los que participa un acreedor y un deudor. Una confrontación que, sin pacto previo, solo puede resolverse delante de un juzgado.
Tipos de procedimientos judiciales de reclamación
Durante una reclamación de estas características, existen diferentes tipos de procedimientos judiciales. Con independencia del sitio del banquillo en el que te encuentres, debes conocer todos y cada uno de ellos.
Procedimientos declarativos
En los procedimientos declarativos no hay derecho cierto, sino que se trata de la declaración del juez en la que se le reconoce al demandante un derecho en cuestión. En este aspecto se hace efectiva la demanda, por lo que es el primer paso para dar pie al litigio legal delante de los tribunales.
Juicio ordinario
Los juicios ordinarios engloban todos esos procesos penales de índole grave, es decir, son delitos cuyas sentencias son sanciones de penas de cárcel de nueve años en adelante. Si hablamos de situaciones como los impagos, para que el juicio sea ordinario, la cantidad a deber ha de superar los 6.000 €.
Durante este procedimiento de juicio ordinario, se celebra una audiencia previa con el objetivo de llegar a un acuerdo entre ambas partes. Si esto no se hace efectivo, se fija la fecha para el juicio, en el que se emite la sentencia correspondiente en base a las pruebas presentadas.
Juicio verbal
Ahora bien, si la cantidad que te deben es inferior a 6.000 €, el trámite judicial se resuelve en un juicio verbal. Hablamos de un recurso mucho más rápido que el juicio ordinario, gozando de una eficiencia en la que se evitan todo tipo de formalismos innecesarios. Podría decirse que es la vía más rápida para resolver un conflicto de estas características.
Proceso monitorio
Uno de los procedimientos judiciales de reclamación más destacados es el proceso monitorio europeo. Un recurso clave para que los ciudadanos de los Estados miembros puedan reclamar préstamos impagados a deudores de otros países de la Unión Europea.
Con el Proceso Monitorio Europeo, el acreedor solicitante, tendrá el título judicial con una agilidad incontestable, evitando así el procedimiento declarativo basado en las reglas de competencia territorial. Esto se puede conseguir mediante el uso de formularios ofrecidos por Reglamento (CE) núm. 1896/2006.
Teniendo en cuenta la burocracia de una reclamación como esta, lo más apropiado es delegar en abogados con un notorio reconocimiento profesional.
Juicio cambiario
Por último, cabe hablar del juicio cambiario: una reclamación de préstamos impagados en los que la deuda se origina a través de los títulos cambiarios, como una letra de cambio, un cheque o un pagaré. Un procedimiento rápido y sin prácticamente defensa de por medio.
En la demanda se debe incluir el título cambiario en cuestión, para que de este modo, el juzgado requiera el pago al deudor. Una reclamación en la que, a diferencia de otros procedimientos, se embargan los bienes al deudor.
Desde ese momento, se inician todas las jugadas por parte de la persona a la que estemos requiriendo el dinero, por lo que es imperativo tener de nuestro lado a los mejores abogados para proteger, tanto nuestra solvencia como, debido a lo común que son los juicios cambiarios en el marco mercantil, nuestro negocio.