El escritor portugués Eça de Queiroz (1845-1900) fue un apasionado defensor de los vinhos verdes, cuyas referencias aparecen a lo largo de su obra literaria. Hay más de veinte alusiones a Os Verdes, como son conocidos en Portugal estos vinos.
Hoy en día permanece su vinculación gracias al vino Tormes que produce su Fundación y que lleva su nombre en la etiqueta. El vino verde cuenta con más de 110 años de demarcación de la región si bien la denominación de origen es de 1984.
Eça, en su libro ‘La ilustre casa de Ramires’ (públicado póstumamente en 1900) hace numerosas referencias, de hecho cuenta con quince alusiones, un 75 por ciento más que en otras de sus obras, como ‘Notas contemporáneas’ (editada en 1909) con sólo dos.
En ‘La capital’ (1925), ‘La ciudad y las sierras’ (1901), ‘Correspondencia de Fradique Mendes’ (1891), Correspondencia (1925) y el cuento ‘Excentricidades de una chica rubia’ (1874), tan solo hay una referencia.
En una carta en 1873 cuando está en Cuba, Eça escribe al escritor José Duarte Ramalho Ortigao (1836-1915) -con el que hizo el libro ‘El misterio de la carretera de Sintra, 1871- donde dice añorar «el buen vino verde que eleva el alma». Sus preferidos eran el Amarante y el de Monçao.
El libro ‘La ilustre casa de Ramires’ refleja el vinho verde de Amarante: «tengo tal sed que solo puede apagármela el vino verde, un poco espumoso y con hielo». Posteriormente otro personaje, Cavalleiro, expresa su deseo de probar también «aquel sublime vino verde».
Hay que especificar que Amarante es una de las nueve subregiones que marca la ‘Comissão de Viticultura da Região dos Vinhos Verdes’ (CRVV) y que además incluye a Ave, Baião, Basto, Cávado, Lima, Monção y Melgaço, Paiva y Sousa.
En el cuento ‘Excentricidades de una chica rubia’ (1874) se menciona: «…la criada, regordeta y pecosa, llenaba mi copa de espumante vinho verde, sirviéndola desde lo alto de una jarra de cristal», para posteriormente mencionar la localidad de Vila Real en Tras-os Montes.
Precisamente ese cuento fue llevado al cine por Manuel Oliveira (1908-2015) en 2009 y es que el longevo director portugués fue uno de los pocos del séptimo arte que siguió rodando con más de cien años.
En ‘La ciudad y las sierras’ el escritor describe: «…o vinho de Tormes, caindo de alto, da bojuda infusa verde– un vinho fresco, esperto, seivoso, e tendo mais alma, entrando mais na alma que muito poema ou livro santo…» (el vino de Tormes, que cayendo desde arriba, de voluminoso verde infundido, un vino fresco, elegante y lleno de savia, que teniendo más alma, entra más en el alma que muchos poemas o un libro sagrado).
Aclarar que no tiene nada que ver con el río Tormes sino que fue el nombre de un ficticio pueblo aparecido en la citada novela.
Tras casarse con la hija de los condes de Resende, Emilia, heredó la Quinta de Vila Nova, conocida como Quinta de Tormes, en Santa Cruz de Douro, en el municipio de Baião. El escritor la visitó en 1892 y se inspiró en ella para su obra.
En este lugar fue precisamente donde sus descendientes a partir de los años setenta del pasado siglo lanzaron, con la Fundación Eça de Queiroz, el vino Tormes producido en una de las nueve actuales subregiones de la CRVV.
En concreto, quien la reconvirtió y lanzó el vino Tormes al mercado, fue la viuda de su nieto, Maria da Graça Salema de Castro (1919-2015), primera presidenta de la Fundación Eça de Queiroz, creada en 1990.
El actual vino verde Tormes, de la subregión Baião, elaborado con uvas Avesso y Arinto, tiene una gran frescura, es ligero, fácil de beber. Tiene una elegancia y efervescencia muy particular, equilibrado, con un final afrutado. Se puede encontrar, según el lugar, con distintos precios desde los 5,20 euros.