En el proceso del aprendizaje es imprescindible establecer rutinas realmente productivas, que requieran el menor esfuerzo mental posible con máximos resultados. Aquí sugerimos siete técnicas para ahorrar tiempo estudiando de una manera simple y productiva:
1. Crea un cronograma de estudio
Es importante planificar por adelantado lo que tienes que estudiar, ya que te ayudará a organizarte mejor y a dedicarle un tiempo adecuado a cada materia.
Un cronograma te ayudará a dividir el tiempo entre cada asignatura.
Asegúrate de cubrir todos los temas necesarios.
2. Prioriza las tareas importantes
Es probable que tu agenda esté tan a rebosar que te cueste valorar qué tareas son más importantes. Si aprendes a priorizar tus tareas, serás capaz de estructurar tu tiempo en función de las necesidades.
Dar prioridad a las tareas es una excelente manera de garantizar que dediques la mayor parte de tu tiempo a aquello que tendrá mayor impacto en tu rendimiento general y en tus notas.
3. Organiza tu lugar de estudio y haz que sea apropiado
Encuentra un lugar para estudiar que te ayude a concentrarte. Algunas personas prefieren usar sus propios hogares, pero a otras les gusta ir a un lugar público, como una biblioteca.
Simplemente, elige una ubicación donde puedas estudiar con tiempo suficiente y poca distracción. Asegúrate de que este espacio de trabajo esté organizado, libre de desorden y que pueda brindarte los suministros (subrayadores, regla…) que necesitas para estudiar de forma efectiva, así no perderás tiempo a la hora del estudio.
4. Establece objetivos a corto plazo
La motivación es uno de los puntos más importantes para estudiar, su falta reduce nuestra capacidad para concentrarnos y retener información. A causa de ello, los especialistas del blog sobre estudios y formación de Aprobare recomiendan establecer objetivos a corto plazo que sean fáciles de cumplir.
Por ejemplo, si tienes una semana para aprender siete temas, puedes intentar memorizar uno cada día.
Al completarlos, te sentirás satisfecho contigo mismo, lo cual supone un refuerzo positivo para tu hábito de estudio.
5. Descansa
Los descansos son un elemento esencial en cualquier rutina de estudio. De hecho, algunos de los métodos pedagógicos más reconocidos, como la Técnica Pomodoro, se basan en este principio: Consiste básicamente en la división del tiempo en lapsos de veinticinco minutos de trabajo (conocidos como pomodoros) más cinco a diez minutos de descanso. Durante ese tiempo debes concentrarte en hacer solo la actividad planteada.
Por otra parte, se recomienda que los períodos de descanso no excedan los diez minutos, siendo este el plazo requerido para que el cerebro descanse y se encuentre listo para absorber información nuevamente.
6. No a la procrastinación
La procrastinación se afianza cuando posponemos tareas que nos hacen sentir incómodos. Esto puede deberse a que cuestan mucho trabajo o a que el trabajo implica incertidumbre (algo que nos disgusta).
En estos momentos, nuestro cerebro busca con entusiasmo distracciones como responder correos electrónicos, ver la TV o navegar por las redes sociales e internet.
Hay que tratar de que estas tentaciones queden lo más imposibilitadas posible para que precisamente dejen de ser tentaciones.
Muchas gracias por compartir esta información