Mexicanos trasnochados nos llamó el modernísimo secretario de Gobernación Adán Augusto López, cuya facha recuerda a las catacumbas, a quienes queremos defender la democracia, apoyar al INE (Instituto Nacional Electoral), votar por quien nos plazca y que nuestro voto se cuente y se siga contando.
No quiere darse cuenta el aspirante presidencial y hermano del alma de López Obrador que, de acuerdo con el significado de la palabra, los trasnochados son ellos; los de la 4T.
Porque tienen mente, corazón y anhelos, fijos en los años setenta del siglo pasado; a los que con todo, intentan regresar.
Pero no contaban con la magnitud alcanzada por la sociedad civil, que este pasado domingo 26 de febrero 2023, en decenas de ciudades de México y el mundo, y de una o de otra forma dijo ¡Mi voto no se toca!
Muchos cientos de miles mostramos que ante el peligro que los dos López y sus secuaces representan, los mexicanos que queremos vivir en democracia nos unimos, dejando de lado diferencias que no dejan de ser mayores.
Gandallas es lo menos que puede decirse de quienes pretenden desmantelar ese INE que respetó la alternancia en el poder, durante los últimos veintidós años.
Lo intentaron primero queriendo modificar la Constitución y como les faltaron votos, se sacaron de la manga un plan B que tendrá que parar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que les puede salir tan respondona como los millones de mexicanos que estamos contra su intento de quedarse con el INE.
Y así lo dijo el exministro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío, orador principal en esa concentración del zócalo de la Ciudad de México, al que AMLO mandó quitar la bandera nacional y tapiar con vallas metálicas el palacio presidencial.
De ese tamaño son sus miedos y su creencia de que los presentes podrían responder con la violencia que él ha impulsado.
«Confiamos en ustedes, en su talante democrático y en su capacidad de comprender la gravedad de las decisiones que tomarán para preservar la vida democrática del país» planteó el exministro en retiro a sus colegas.
Y ya estaremos viendo, las patadas y pataletas que en el mentiroso habitante del Palacio Nacional provocó esa magnifica protesta ciudadana.
Por lo pronto, pretendió minimizarla.
Lento como es de entendederas, no comprende que tiene enfrente a los más de veinticuatro millones de ciudadanos que no votamos por él para presidente y a millones a los que su gobierno ha desencantado.
Necio como es, sigue excediéndose en declaraciones sin sentido en las que esta semana se superó.
Y también lo superaron los hechos:
- Intentó pasar por actual y real «la fotografía de un aluxe tomada tres días antes por un ingeniero que participa en la obra del Tren Maya», siendo que empezó a circular en 2021 en el norte del país.
Y ya encarrerado en la tontera, que ha dado la vuelta al mundo convirtiéndolo una vez más en burla internacional, afirmó que haber visto un aluxe fue algo místico.
Seguramente los antiguos mayas jamás imaginaron que un presidente sería tan cruel como para destruir su selva; derrochando en eso alrededor de doscientos mil millones de pesos indispensables para combatir desigualdad y pobreza en que se debaten más de la mitad de sus compatriotas.
Y que sería tan ignorante como para creer que son reales los duendecitos que en su mitología estaban al cuidado de las milpas.
Podemos destacar:
- Sus fantochadas frente a gobierno del Perú para apoyar al presidente destituido por el congreso, culminaron en que la presidenta Dina Boluarte, retiró a su embajador.
- Se vio obligado a echar para atrás su negativa para que Elon Musk construya una nueva planta de su empresa Tesla en Monterrey, ante la amenaza de que sería ahí o en Indonesia.
- Ocupado en desprestigiar a intelectuales y periodistas, no se enteró que este pasado 24 de febrero El País denunció que su ministra consentida, Yazmín Esquivel, no solo plagió la tesis de licenciatura sino también la de doctorado.
- Pensó que el juicio gringo contra García Luna, por haber sido estrecho colaborador del Cártel de Sinaloa y parte de la corrupción del Estado, le caía como anillo al dedo; como dijo hace dos años de la pandemia que por su irresponsable manejo, mató a más de 330.000 mexicanos. Pero resulta que varios de sus colaboradores lo fueron o son, también de él..
Y para más desgracia, a sus corcholatas favoritas para sucederlo, les falta gas para despegarse de las botellas; porque nomás no suben.
Así que estemos preparados, porque sus reacciones pueden ser peligrosas