«La autoridad judicial no está al servicio de la represión del movimiento social» con estas palabras empieza un comunicado publicado por el Sindicato de la Magistratura en Francia.
Los jueces denuncian las detenciones arbitrarias y la brutal violencia policial contra los manifestantes, con el único objetivo de aterrorizar a la población e impedir el desarrollo de las manifestaciones.
El comunicado de la magistratura condena el carácter ilegal de la violencia policial en estos últimos días y reclama que cese la represión contra el movimiento social, sin esperar a que sucedan nuevos dramas.
Abogados y jueces recuerdan desde hace meses al presidente Macron y a su gobierno que el derecho de manifestación y la libertad de expresión son derechos inscritos en la constitución, y que la práctica de la «Nase» (cerco), que consiste en rodear o cercar la manifestación, para impedir su avance lanzando al mismo tiempo violentas cargas de los antidisturbios, es ilegal, así como las detenciones arbitrarias previas o durante una manifestación.
De 292 personas detenidas por la policía en París en la manifestación del 18 de marzo, solo nueve de ellas fueron retenidas por los tribunales para examinar lo bien fundado de la detención. El sindicato de abogados denuncia así mismo la violencia policial injustificada con ánimo de «amedrentar a los manifestantes». La inmensa mayoría de las personas detenidas en Francia el lunes 20 de marzo fueron liberadas hoy, tras haber sido brutalizadas sin motivo que justifique tal acción.
La legitimidad de Macron en tela de juicio
Nueve votos faltaron el lunes en el parlamento para aprobar la moción de censura interpartidos presentada por un grupo de diputados independientes (LIOT). 278 diputados votaron la moción de censura contra el gobierno de Macron, tras su decisión de aprobar sin debate ni voto parlamentario el proyecto de ley que prolonga dos años la edad legal de la jubilación, así como el número de años de cotización necesarios. La mayoría requerida era de 287 diputados.
La noticia provocó inmediatamente el lunes manifestaciones espontáneas en todo el país que han sido brutalmente reprimidas, sobre todo por dos núcleos ultraderechistas de la policía nacional: La «Bac», brigada anticriminalidad, y los «voltigeurs» la BRAV-M brigada de represión de acción violenta[1].
No obstante, esa tentativa de intimidación con desproporcionado uso de la violencia contra manifestantes, periodistas e incluso contra diputados de la izquierda que sostienen a los huelguistas, asistimos este martes 21 de marzo a una nueva noche de manifestaciones masivas en Paris y otras ciudades de Francia, respondiendo al llamamiento de la intersindical y de las organizaciones de la juventud.
La movilización y los bloqueos diversos con la huelga interprofesional se mantienen en toda Francia, en las plazas, puertos, centros industriales, autopistas, piquetes de huelga, incineradores bloqueados, la huelga de basureros a pesar de las requisiciones ordenadas por el gobierno ha sido reconducida hasta el 27 de marzo, ocupación de lugares simbólicos, manifestaciones en la calle sin previo aviso, etc. La intersindical ha convocado una nueva jornada nacional de lucha para el jueves 23 de marzo.
Mientras en las calles los manifestantes mantienen cada día la presión pidiendo la dimisión del presidente Macron, la intersindical reclama que el proyecto relativo a las pensiones sea simplemente retirado.
- Recordemos que ese cuerpo policial motorizado había sido disuelto en 1986 en Francia, tras la muerte del joven manifestante Malik Oussekine apaleado por tres policías. Dos de los autores de ese homicidio fueron sancionados y condenados, pero con penas seguidas de libertad condicional.