Decenas de miles de civiles de Sudán huyen a naciones vecinas, en medio de una frágil tregua en los combates entre el ejército y una milicia que, en dos semanas, han dejado más de quinientos muertos y cuatro mil heridos, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), informa la IPS desde Ginebra.
Dentro del país africano los enfrentamientos han desplazado a más de 75.000 personas, y según la OIM la situación «es sumamente grave» en Jartum, la capital junto al Nilo, y en la occidental región de Darfur, donde son más recios los combates, por lo que se teme «una crisis humanitaria sin precedentes».
«Se espera que el número de desplazados internos sea mucho mayor», junto con el éxodo por millares a los vecinos Chad, Egipto, Etiopía, República Centroafricana y Sudán del Sur, indicó la OIM en sus oficinas en la ciudad suiza de Ginebra.
Diplomáticos y otros ciudadanos de países europeos, americanos y asiáticos también han salido precipitadamente del país, desde el inicio de los combates el 15 de abril 2023.
La contienda se desarrolla entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), una milicia bien armada, fuerte en la región de Darfur y guiada por el general Mohamed Hamdan Dagalo; y el ejército regular, a las órdenes del presidente de facto Abel Fatah al Burhan.
Al Burhann y Dagalo eran aliados, trabajaron juntos para derrocar al dictador Omar al Bashir en 2019, y fueron actores clave en el golpe militar de 2021, que desplazó al gobierno civil, lo que criticaron responsables de las Naciones Unidas y de la Unión Africana, así como manifestaciones populares que persistieron durante meses.
Los combates estallaron a raíz de disputas acerca de cómo reunir a las FAR y el ejército en una fuerza militar unificada, lo que implica tanto lucha por poder, como liderazgo y control sobre minas y otros recursos.
Una tregua de 72 horas, iniciada el 25 de abril, podría extenderse según el gobierno de Al Burhan, en medio de reclamos de agencias humanitarias para que se abra espacio a la evacuación de los civiles, auxilio de los heridos e incluso retiro de cadáveres en las calles de Jartum y otras ciudades.
Establecimientos comerciales y de servicios urbanos han sido destruidos por los disparos de artillería, fusilería, incendios e incluso por bombardeos aéreos.
El gobierno de Chad solicitó apoyo de la OIM para evacuar a más de trescientos estudiantes y cincuenta peregrinos chadianos atrapados en Jartum casi sin acceso a comida y agua.
«Desafortunadamente, la temporada de lluvias se acerca rápidamente y dificultará el acceso a la zona fronteriza, lo que hará que sea aún más difícil llevar ayuda a quienes más la necesitan», dijo Anne Kathrin Schaefer, responsable de la OIM en Chad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y entidades humanitarias como Médicos Sin Fronteras (MSF) instan a todas las partes en Sudán para que liberen de inmediato todas las instalaciones de salud, no obstaculicen las tareas esenciales y protejan al personal y a la infraestructura sanitaria.
La OMS alertó sobre el laboratorio central de salud de Sudán, que contiene patógenos de sarampión, cólera y tuberculosis multirresistente, polivirus derivados de vacunas y otros materiales peligrosos. Personas no capacitadas pueden manejar mal esas muestras infecciosas e infectarse a sí mismas y luego infectar a otros.
Según las autoridades de salud de Sudán, en diez días de combates murieron al menos 512 personas y 4193 resultaron heridas.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó de que solo en los primeros cinco días de combates murieron nueve niños, cincuenta resultaron heridos y los enfrentamientos interrumpieron la atención crítica y vital prestada a unos cincuenta mil niños y niñas con desnutrición aguda grave.
Los enfrentamientos también ponen en peligro la cadena de frío en Sudán, que incluye vacunas e insulina de un valor superior a los cuarenta millones de dólares, debido a los cortes en el suministro eléctrico y a la imposibilidad de reabastecer los generadores con combustible.
Las autoridades de las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Liga Árabe y numerosos gobiernos han reclamado un cese del fuego firme y prolongado, y que se establezca un diálogo entre los contendientes que permita una solución pacífica al conflicto y enrumbar al país hacia la elección de un gobierno civil.