Ovacionado en la presentación de su película en la Quincena de realizadores del último festival de Cannes, el director francés Michel Gondry pasa ahora el examen de su estreno comercial en Francia, con una acogida respetuosa pero mitigada de la crítica a su película «El libro de las soluciones[1]».
Su interprete principal el muy popular actor Pierre Niney, la cómica Blanche Gardin y la histórica actriz francesa Françoise Lebrun son la columna vertebral de su casting, ya que aportan todo su talento a esta comedia.
El mundo muy original de Gondry, cargado de música y de poesía, busca aquí seducir a un amplio público con lo que es la calidad principal de toda comedia: el arte o el elogio del saber reírse de uno mismo, esa «autoderisione» que fue siempre regla de oro de las mejores comedias italianas.
Personalmente rompo una lanza por «El libro de las soluciones» (Le libre des solutions) una comedia alocada, a imagen y semejanza de su personaje: un cineasta entre la bipolaridad y la paranoia que rompe con sus productores –y se refugia con un miniequipo de fieles seguidores en casa de una tía en la montañosa región francesa de Cevennes, para terminar su interrumpido proyecto.
En busca de una idea genial y padeciendo del síndrome de la página en blanco que amenaza a todo creador, ese cineasta interpretado por Pierre Niney es una especie de alter ego de Gondry quien, como su protagonista, padece de bipolaridad y ha rodado la película en la casa de campo de su propia tía. Su relato es así una suerte de exagerada auto ficción en torno a un libro en blanco en donde apunta día y noche las ideas que le pasan por su atormentada imaginación.
Pierre Niney desempeña con talento ese personaje de cineasta egocéntrico, odioso y simpático al mismo tiempo, depresivo e hiperactivo que llega a enfadarse hasta con sus más fieles colaboradores, que huyen uno a uno de la impertinencia de un hombre que pasa su tiempo ofendiéndoles y excusándose por haberles ofendido.
Aunque comparto las reservas de ciertas críticas con respecto a la escritura del guion construido en torno al personaje paranoico del autor, la comedia de Gondry tiene sin embargo momentos muy inspirados, como el concierto en el que Pierre Niney se improvisa director de orquesta sirviéndose de su propio cuerpo, o cuando entre sus inventos absurdos nos ofrece un camión-montaje, en el que transforma en moviola surrealista los diversos elementos del auto, desde el freno, a la bocina o el cambio de velocidades.
Si el personaje interpretado por la cómica Blanche Gardin, la fiel montadora del proyecto, es tan solo una especie de pálido contrapunto irónico a las excentricidades del autor, cabe señalar en cambio la fuerte presencia en el relato del personaje de la tía, interpretado por la veterana actriz francesa Françoise Lebrun, inolvidable intérprete de «La mama y la puta» de Jean Eustache, a la que Gondry rinde aquí un evidente homenaje.
El personaje de la tía Denisse y su cariñosa relación con el protagonista es sin duda lo mejor del guion, pues aporta reflexión y serenidad a esta parodia sobre la creación artística. A pesar de sus años y siendo un papel secundario Françoise Lebrun logra con su indudable carisma y mucho oficio robarle protagonismo al omnipresente y brillante Pierre Niney.
- Estrenada en Francia el 13 de septiembre