Islandia estrenó un cementerio de glaciares, con bloques de hielo en un descampado frente al océano, para marcar la preocupación mundial por los estragos que el cambio climático está causando sobre esas formaciones, según destacaron académicos impulsores de la iniciativa, informa la IPS desde Ginebra.
«Aunque estas lápidas se derretirán -como sus homólogos glaciares- esperamos que sirvan de conmovedores recordatorios de que los glaciares del mundo están condenados al mismo destino si no se actúa con rapidez», dijo la antropóloga Cymene Howe, de la Universidad Rice, en Houston, Estados Unidos.
Islandia, «país del hielo», isla de 103.000 kilómetros cuadrados y 366.000 habitantes en el área más septentrional del océano Atlántico, ya perdió setenta de sus cuatrocientos glaciares y frente a uno de ellos, el Snæfellsjökull, se colocaron los bloques de hielo a modo de lápidas.
Los estudiosos de la literatura mundial conocen el glaciar Snæfellsjökull por ser el punto de entrada y embarque de los protagonistas de la clásica novela de ciencia ficción de Julio Verne (1828-1905), «Viaje al centro de la Tierra».
Varios miles de los veinte mil glaciares que hay en el mundo han desaparecido como consecuencia del calentamiento y la contaminación en el planeta, y la mayoría ha perdido importantes masas de hielo.
Entre los que figuran como «desaparecidos» en la lista de la Universidad Rice están el glaciar Pizol, en Suiza (2019), el Sarenne, en Francia (2023), el Anderson, en Estados Unidos (2015) y el glaciar Martial Sur, en Argentina (2018).
Y entre los que están en proceso de extinción figuran el nevado Santa Isabel, en la Cordillera Central de Colombia, a 4965 metros sobre el nivel del mar, y el del pico Humboldt, en el tramo venezolano de la Cordillera de los Andes, a una altura de 4942 metros.
«Nunca antes habíamos necesitado un cementerio de glaciares. Ahora sí», dijo Howe.
Según el glaciólogo islandés Thorsteinn Thorsteinsson, si todos los glaciares de su país desaparecieran, el agua derretida provocaría un aumento de un centímetro en el nivel global del mar, como también ocurriría si desaparecieran todos los glaciares de la cordillera del Himalaya, que cubren unos cuarenta mil kilómetros cuadrados.
El deshielo de los glaciares del Himalaya atrae mucha más atención que el destino de los de Islandia, por razones comprensibles.
Las montañas glaciares de la región del Hindu-Kush-Himalaya son llamadas la «Torre del Agua de Asia», ya que alimentan algunos de los ríos más importantes de la Tierra, como el Indo, el Ganges, el Brahmaputra y el Yangtsé, todos los cuales nacen allí en lo que es un área relativamente pequeña.
Thorsteinsson comentó que se les considera «un salvavidas para cientos de millones, si no miles de millones de personas», ya han perdido 40 por ciento del volumen que tenían en el siglo diecinueve y a finales de esta centuria posiblemente pierdan 75 por ciento.
«Pero su deshielo no significa que dos mil o tres mil millones de personas de China e India vayan a morir de sed. El Ganges, por ejemplo, tiene su origen en un pequeño glaciar, el Gangotri. La lluvia y la nieve seguirán cayendo y las aguas subterráneas y el monzón alimentarán todos esos grandes ríos», dijo el experto.
Otro antropólogo de la Universidad Rice, Dominic Boyer, destacó en la instalación del efímero cementerio que «todos estos glaciares están envueltos en nuestras vidas. Pertenecen al tiempo que pasamos juntos, no a pérdidas futuras abstractas, sino a pérdidas reales que se pueden sentir con todos los sentidos».
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró a 2025 como Año Internacional de la Preservación de los Glaciares y proclamó el 21 de marzo de cada año como Día Mundial de los Glaciares.