La última edición del informe «¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el pueblo gitano», revela la persistencia en 2023 de estereotipos y prejuicios en el tratamiento informativo sobre la comunidad gitana en España.
Elaborado por el Instituto Romanò para Asuntos Sociales y Culturales, el análisis muestra cómo muchos medios de comunicación continúan utilizando representaciones negativas, y en algunos casos, sensacionalistas, que perpetúan la discriminación contra esta minoría.
En las conclusiones del informe se llama a la responsabilidad ética de los medios para evitar la estigmatización de los gitanos en el espacio público.
La prensa y el pueblo gitano
Desde su primera edición en 1995, el informe «¿Periodistas contra el racismo?» ha evidenciado las prácticas mediáticas que, en lugar de informar con neutralidad, refuerzan los estigmas sociales en torno al pueblo gitano.
La edición de 2023 subraya avances y retrocesos en la neutralidad de la información, además de destacar la falta de voces gitanas en muchas publicaciones.
Pese a los esfuerzos del Instituto Romanò, las cifras muestran que el porcentaje de noticias con un enfoque neutral sobre la comunidad gitana es todavía insuficiente. Según los autores, la mejora en el tratamiento informativo es lenta y no exenta de desafíos.
La percepción del pueblo gitano en los medios españoles
Estereotipos y sensacionalismo
El informe destaca cómo los medios de comunicación en España continúan reproduciendo estereotipos sobre la comunidad gitana a través de recursos como los titulares y el tratamiento visual.
A menudo, el uso de palabras como «gitano» o «clan gitano» en los titulares de noticias sobre conflictos y sucesos refuerza la asociación entre gitanidad y delincuencia.
Esta estrategia, que busca captar la atención del lector a través del sensacionalismo, tiene un impacto negativo directo en la percepción pública, ya que refuerza prejuicios históricos que han estigmatizado a esta comunidad.
Ejemplos de titulares analizados en el informe muestran cómo, en situaciones de conflicto, se enfatiza la etnia gitana de los involucrados sin que esto sea necesario o relevante.
Casos de peleas, disputas vecinales o detenciones donde participan personas de origen gitano reciben un tratamiento que destaca su etnia como si fuera un factor determinante de los hechos.
Este enfoque distorsiona la narrativa al priorizar la etnicidad por encima de los elementos específicos de cada caso, reforzando la imagen de «amenaza» que, según el informe, es uno de los estigmas más persistentes contra la comunidad gitana.
Además, el informe critica el uso de recursos gráficos y visuales que muestran a personas gitanas en situaciones de vulnerabilidad o conflicto, como imágenes de familias gitanas siendo escoltadas por la policía o en entornos desfavorecidos.
Estos elementos, al no contextualizarse adecuadamente, contribuyen a crear una imagen incompleta y desfavorable del pueblo gitano.
El informe invita a los periodistas a evaluar el impacto de cada recurso visual y titular, promoviendo un uso más consciente y menos prejuicioso de estas herramientas.
Información neutra, positiva y negativa
El informe también analiza la cobertura informativa sobre la comunidad gitana, dividiendo las noticias en tres categorías: neutrales, positivas y negativas.
Los datos de 2023 reflejan un avance en la neutralidad de las informaciones, con un 88,66 por ciento de las noticias catalogadas como neutrales, un récord histórico para el informe. Este resultado es interpretado como un signo de que ciertos medios están optando por un enfoque más equilibrado y objetivo en su tratamiento de temas relacionados con la comunidad gitana.
Sin embargo, el informe también subraya que aún existe un 8,62 por ciento de noticias valoradas como negativas, especialmente en secciones de sucesos o noticias de interés público relacionadas con conflictos.
En estas noticias, las personas gitanas se presentan como protagonistas de incidentes de carácter negativo, reforzando una narrativa de «peligrosidad social» que el informe considera perjudicial y estigmatizadora.
Comunidades autónomas como Baleares y Cataluña destacan en la proporción de noticias negativas, lo cual, según el estudio, refleja la necesidad de un cambio en la forma de enfocar este tipo de informaciones.
En este sentido, el informe insta a los medios para que eviten los encuadres sensacionalistas y opten por una cobertura que no refuerce estereotipos ni prejuicios. Para ello, es fundamental que los periodistas y editores revisen sus prácticas y analicen si el enfoque de una noticia podría contribuir a perpetuar imágenes negativas de la comunidad gitana.
También se recomienda que en casos de sucesos donde los protagonistas sean personas de esta comunidad, no se enfatice su etnia si no es relevante para la historia, evitando así reforzar la criminalización de la identidad gitana.
Fuentes gitanas y diversidad de perspectivas
La falta de consulta a fuentes gitanas es otro de los puntos críticos destacados en el informe.
El análisis revela que en solo el 29,11 por ciento de los artículos revisados se incluyeron voces de la propia comunidad gitana, lo cual representa una disminución en comparación con el año anterior.
Esta carencia de testimonios gitanos implica que las narrativas sobre la comunidad quedan en manos de personas ajenas a su realidad, quienes a menudo no tienen un conocimiento profundo de sus problemáticas y necesidades. Esto, a su vez, reduce la posibilidad de construir un relato justo y representativo.
El informe advierte que la falta de voces gitanas en el ámbito mediático alimenta un tratamiento informativo que, en muchos casos, es insensible a los matices y complejidades de esta comunidad.
Comunidades autónomas como Madrid y Castilla-La Mancha son las que más recurren a fuentes gitanas, permitiendo un enfoque más equilibrado y contextualizado. En cambio, regiones como Andalucía y La Rioja presentan una menor proporción de artículos en los que se consulta a personas gitanas, lo cual puede limitar la calidad de la información que se ofrece al público.
Para los autores del informe, la inclusión de fuentes gitanas es esencial para combatir los estereotipos y contribuir a una representación más justa de esta comunidad en los medios.
Además, al dar voz a la comunidad gitana, se promueve una narrativa que reconoce sus aportaciones y derechos, y se reduce el riesgo de caer en una visión monolítica de su identidad.
Se invita a los medios de comunicación a dar mayor protagonismo a las voces gitanas y a mostrar las múltiples perspectivas y realidades que coexisten dentro de esta comunidad, evitando así una visión homogénea y estereotipada.
Antigitanismo y responsabilidad periodística
El informe define el antigitanismo como una forma de racismo estructural y arraigado que se manifiesta en diferentes aspectos de la sociedad, incluido el ámbito mediático.
Según el análisis, algunos discursos y representaciones en los medios de comunicación continúan transmitiendo prejuicios históricos que asocian la identidad gitana con la delincuencia, la pobreza o la marginación.
Este tipo de antigitanismo simbólico refuerza las barreras sociales y contribuye a la exclusión de esta comunidad en la vida pública.
Un ejemplo recurrente en el informe es el caso de noticias que destacan conflictos en los que participan personas gitanas, utilizando un lenguaje que refuerza la percepción de que la comunidad gitana representa un problema social.
En este tipo de noticias, se enfatizan características como la «peligrosidad» o «violencia» asociada a los gitanos, sin ofrecer un contexto adecuado ni resaltar las causas estructurales que pueden estar detrás de estos incidentes.
Este enfoque, explica el informe, contribuye a perpetuar una visión deshumanizadora que refuerza los prejuicios contra la comunidad gitana.
Ante esta situación, el informe subraya la responsabilidad de los periodistas de revisar sus prácticas y de adoptar un enfoque ético que no caiga en la discriminación ni en el sensacionalismo.
Los autores recomiendan a los medios de comunicación adoptar códigos de conducta antiracistas y seguir manuales de estilo que fomenten un periodismo respetuoso y sensible con las minorías étnicas.
También se insta a los periodistas a evitar el uso de términos y recursos visuales que puedan generar una imagen distorsionada del pueblo gitano.
Recomendaciones
Como conclusión, el informe «¿Periodistas contra el racismo?» reafirma la necesidad de que los medios de comunicación españoles fortalezcan su compromiso ético con el fin de evitar la difusión de discursos que inciten a la discriminación y el odio.
Los medios de comunicación son agentes clave en la construcción de la opinión pública, y su papel en la promoción de la igualdad y el respeto es crucial para combatir el antigitanismo y otros tipos de racismo.
El informe recomienda medidas concretas, como la inclusión de fuentes y testimonios gitanos en todas las noticias que afecten a esta comunidad, y la revisión de titulares y encuadres visuales para evitar el sensacionalismo.
Asimismo, se enfatiza la importancia de capacitar a los periodistas en prácticas antirracistas y de promover una cultura de responsabilidad social en las redacciones, de manera que la cobertura sobre la comunidad gitana sea justa y objetiva.
Con la esperanza de un cambio en el futuro, el informe «¿Periodistas contra el racismo?» persiste en su objetivo de fomentar un periodismo inclusivo, orientado a la verdad y libre de prejuicios.
El compromiso con la verdad y la igualdad, concluyen los autores, debe ser el eje rector de toda cobertura mediática que aspire a ser ética y respetuosa en una sociedad diversa y democrática.