Racismo en la ONU en su ochenta aniversario

Las Naciones Unidas están «reflexionando sobre los pasos dados para avanzar en la implementación del Plan de Acción Estratégico del secretario general para abordar el racismo en la Secretaría de la ONU», cuando van a conmemorar su ochenta aniversario a fines de este año, informa Thalif Deen (IPS).

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ONU Naciones Unidas sede NY

La Oficina de Lucha contra el Racismo de la ONU, creada en 2023, ha organizado varios eventos en línea que han llegado a más de 13.500 participantes y generado dos mil comentarios. Su página iSeek, a la que solo pueden acceder los funcionarios, ha recibido a 2700 visitantes, posiblemente un reflejo del aumento de las quejas y preocupaciones de los funcionarios de la ONU.

En una circular dirigida al personal, la Oficina afirma que «ha colaborado estrechamente con otras entidades de las Naciones Unidas y con una creciente red mundial de defensores de la lucha contra el racismo, para fomentar un lugar de trabajo seguro, integrador y equitativo para todo el personal de las Naciones Unidas, independientemente de su raza».

Junto con la Oficina de Recursos Humanos y el Departamento de Apoyo Operativo, la Oficina Antirracismo viene trabajando para aumentar la equidad en los procesos de contratación a través de proyectos como el fortalecimiento de las prácticas de «contratación a ciegas» y la exigencia de diversidad en los paneles de contratación, que se aplicarán plenamente en 2025.

Ian Richards, expresidente del Comité de Coordinación de Sindicatos y Asociaciones Internacionales del Personal (CCISUA, en inglés), que representa a más de 60.000 funcionarios de la ONU, dijo a IPS que algunas de las prácticas que se proponen tienen sentido, tales como la «contratación a ciegas» y los «paneles mixtos».

De hecho, recordó, los sindicatos llevan años pidiéndolo, aunque definir la diversidad racial de forma legal puede resultar complicado.

Al mismo tiempo, señaló, hay muchas iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) que compiten entre sí en estos momentos: Antirracismo, paridad de género, inclusión de la discapacidad, LGBTI+, diversidad regional, diversidad de edad.

Cada una tiene su propia oficina, coordinador, red de puntos focales, plan de acción, política, grupo de trabajo, punto del orden del día de la Comisión de Administración Pública Internacional (Capi), así como los sistema de cuotas o estrategia de comunicación.

Y cada una responde a una queja legítima, afirma Richards, economista especializado en entornos empresariales digitales de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad), con sede en Ginebra.

Sin embargo, algunas de ellas entran en conflicto entre sí, y a los responsables de recursos humanos y al personal en general les cuesta un poco seguir el ritmo.

«Para que todo esto sea realmente eficaz, tiene que haber cierta consolidación y priorización. Esperemos que el secretario general pueda hacer una reflexión estratégica al respecto, de modo que obtengamos el mejor resultado para todos», dijo Richards.

Abordar el racismo con eficacia

Una encuesta del Sindicato del Personal de la ONU en Nueva York en 2021 fue igualmente reveladora.

Según los resultados, 59 por ciento de los encuestados afirmó «no tener la sensación de que la ONU aborde eficazmente la justicia racial en el lugar de trabajo, mientras que uno de cada dos encuestados señaló que no se siente cómodo hablando de discriminación racial en el trabajo».

Por su parte, el Secretariado de la ONU en Nueva York tuvo un muy mal momento cuando debió retirar abruptamente su propia encuesta en línea sobre racismo, en la que pedía a los funcionarios que se identificaran como «negros, morenos, blancos, mixtos/multirraciales y cualquier otro».

Pero la más ofensiva de las categorías que aparecían en la encuesta era la de «amarillo», una antigua descripción racista occidental de los asiáticos, incluidos japoneses, chinos y coreanos.

En un mensaje no apologético enviado por correo electrónico a los empleados se leía: «La Encuesta de las Naciones Unidas sobre el Racismo ha sido desconectada y será revisada y publicada de nuevo, teniendo en cuenta las legítimas preocupaciones expresadas por el personal».

Mientras tanto, la asesora especial de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Racismo en el Lugar de Trabajo, la sudafricana Mojankunyane Gumbi, ha estado «visitando activamente diferentes lugares de destino de las Naciones Unidas en todo el mundo y celebrando asambleas públicas con el personal y los dirigentes de diversos departamentos».

Todo ello, se añadió, «para debatir y abordar cuestiones relacionadas con el racismo dentro de la organización».

La asesora especial, nombrada en enero de 2023, ha estado proporcionando «asesoramiento estratégico al secretario general sobre la lucha contra el racismo y la discriminación racial», dijo Richards.

También «ha estado supervisando la aplicación del Plan de Acción Estratégico a largo plazo adoptado por la Organización en 2022 para hacer frente al racismo en el lugar de trabajo», recordó.

Tras la adopción del Plan de Acción Estratégico, se pidió a cada entidad de la Secretaría General que desarrollara y aplicara su propio plan de acción, mientras que un Grupo Directivo de Aplicación bajo el liderazgo y la tutela del asesor especial supervisará y guiará las acciones a nivel corporativo para aplicar el Plan de Acción Estratégico.

Se ha creado un Equipo Antirracismo para apoyar a la asesora especial.

Palitha Kohona, antiguo jefe de la Sección de Tratados de la ONU, dijo a IPS que el Plan de Acción Estratégico del Secretario General es una iniciativa bien acogida.

A su juicio, la ONU siempre se ha enorgullecido de su enfoque integrador de la contratación, pero en realidad, muchos funcionarios albergan reservas, a menudo no expresadas públicamente, pero discutidas en privado, de que la raza y el género influyan en la contratación y los ascensos.

«Desgraciadamente, la opinión generalizada es que las consideraciones políticas influyen en la contratación y los ascensos. Algunos países han hecho del cabildeo un arte», afirmó Kohona, ex representante permanente de Sri Lanka ante la ONU y hasta hace poco embajador de su país en China.

Algunos de los responsables de la gestión de personal, señaló, tienden a dejarse influir por consideraciones que no son necesariamente coherentes con los principios claramente enunciados de las Naciones Unidas, especialmente en ámbitos sensibles, cediendo a menudo a presiones externas.

Contratación y ascensos

«Si bien la distribución geográfica equitativa debe ser un principio rector, la contratación, los ascensos y las colocaciones del personal deben hacerse con transparencia y haciendo hincapié en el mérito», dijo.

Actualmente, «este objetivo no es demasiado difícil de alcanzar, dada la disponibilidad de talentos procedentes de la mayoría de los países del mundo. De hecho, el flujo constante de talento de los países en desarrollo al mundo desarrollado es una realidad reconocida», añadió.

Los objetivos de la ONU, consideró Kohona, se cumplirán mejor si la contratación, las colocaciones y los ascensos se producen de forma transparente y la información pertinente se difunde lo más ampliamente posible a través de los medios de comunicación, en particular, los llamados medios sociales.

Las vacantes deben anunciarse en las lenguas más utilizadas por los candidatos de todo el mundo. Las oficinas que tramitan las solicitudes también deberían estar constituidas por funcionarios geográficamente representativos.

«La ONU también debe abordar de forma proactiva la preocupación de que el reclutamiento del Estado Mayor tiende a ser sesgado en favor de ciertas nacionalidades», dijo el diplomático esrilanqués.

En declaraciones estrictamente extraoficiales, un alto funcionario de la ONU dijo a IPS que la declaración oficial esboza los esfuerzos de la Oficina contra el Racismo dentro de la Secretaría de la ONU, «pero carece de un examen crítico del impacto concreto de estas iniciativas».

La creación de la oficina y su colaboración con otras entidades de la ONU es un paso positivo, consideró, pero hay poca transparencia en cuanto a los resultados reales de estas acciones.

La puesta en marcha de la «contratación a ciegas» y la diversidad en los paneles de contratación se mencionan como iniciativas clave.

Pero, adujo el alto funcionario, la declaración no proporciona ningún dato, incluido el statu quo, ni ejemplos concretos que muestren cómo estos cambios han mejorado o mejorarán la equidad o la representación dentro de la Secretaría.

«Para evaluar eficazmente los progresos, es esencial destacar los resultados mensurables y los retos actuales en estos ámbitos, junto con los datos de referencia», planteó.

Además, las visitas de la asesora especial y las asambleas públicas con el personal son encomiables, «pero la declaración no aborda si las preocupaciones planteadas durante estos compromisos por el personal han dado lugar a cambios sustanciales o ajustes de política», consideró.

El número de participantes y visitantes a los eventos en línea e iSeek es notable, «pero sin demostrar cómo estas interacciones han influido directamente en los cambios de política, la toma de decisiones o conducido a resultados tangibles, el impacto sigue sin estar claro», analizó el alto funcionario.

A su juicio, «sería más eficaz ofrecer ejemplos concretos de cambios derivados de los esfuerzos de la Oficina contra el Racismo, como la mejora de la diversidad en la contratación, políticas más inclusivas en el lugar de trabajo o cambios en la cultura organizativa».

En particular, añadió, la eficacia aumentaría si se supiera «cómo ha influido el mandato de la Oficina contra el Racismo a la hora de abordar el racismo y la discriminación racial en el seno de la ONU».

Para avanzar realmente en su misión de fomentar un lugar de trabajo inclusivo y equitativo, dijo, la Oficina contra el Racismo debe ir más allá de las métricas de actividad, como el número de participantes en sus eventos virtuales.

Además, acotó, habría que centrarse en los resultados con el fin de alcanzar las metas y objetivos establecidos en el Plan de Acción Estratégico del Secretario General, que se puso en marcha hace cuatro años, en 2021.

Condenar el racismo sin vacilaciones ni reservas

En una circular dirigida al personal de las Naciones Unidas, Catherine Pollard, secretaria general adjunta de Estrategia de Gestión, Políticas y Cumplimiento, afirmó que «el secretario general nos ha instado a condenar el racismo dondequiera que lo veamos, sin vacilaciones ni reservas».

Pollard, también presidenta del Grupo de Trabajo sobre la Lucha contra el Racismo y la Promoción de la Dignidad para Todos de la Secretaría General de las Naciones Unidas, dijo que «esto incluye mirar dentro de nuestros propios corazones y mentes. El clamor mundial en 2020 nos hizo a todos mirar hacia dentro y reconocer que, para luchar contra el racismo, tenemos que ser proactivamente antirracistas».

«Como organización, nos fundamos sobre los principios de la dignidad y el valor de la persona humana, proclamando el derecho de todos a disfrutar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, sin distinción de raza, color u origen nacional», dijo.

Destacó que «siempre hemos reconocido la prevalencia del racismo y la discriminación racial en la sociedad y hemos desempeñado un papel clave apoyando a los Estados miembros en la elaboración de instrumentos jurídicos para hacer frente a esta lacra».

«Quiero instar a todo el personal, de cualquier raza, color, ascendencia u origen nacional o étnico, a que se reúna en un espíritu de decencia humana y colegialidad para educarnos sobre cómo puede operar el racismo en la sociedad y en los lugares de trabajo de la Organización», destacó Pollard.

Y añadió: «Os animo a todos a participar en el diálogo y las campañas de sensibilización en curso para comprender mejor cómo se manifiesta el racismo en el lugar de trabajo y cómo podemos prevenirlo y apoyar a quienes experimentan ese comportamiento».

En última instancia, consideró, los avances en la lucha contra el racismo y la discriminación racial requerirán el compromiso inquebrantable de los altos dirigentes y la plena participación del personal de las Naciones Unidas para garantizar que todos tengan las mismas oportunidades de participar en la labor de la Organización y sean tratados con respeto y dignidad.

«Seamos solidarios contra el racismo», planteó Pollard.

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