Estados Unidos se atribuyó el «rescate» de cinco opositores venezolanos refugiados desde hace más de un año en la embajada de Argentina en Caracas, con una operación de la que informó a última hora del martes 6 el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, y cuya forma y detalles aún se ignoran, informa la IPS desde la capital de Venezuela.
En un mensaje en la red social X, Rubio escribió que «Estados Unidos recibe con agrado el exitoso rescate de todos los rehenes retenidos por el régimen de (el presidente de Venezuela, Nicolás) Maduro en la Embajada de Argentina en Caracas».
La salida de los opositores se produjo «tras una operación precisa», y como resultado «todos los rehenes se encuentran ahora a salvo en territorio estadounidense», agregó el secretario de estado del presidente Donald Trump.
Medios de prensa, periodistas y usuarios de las redes sociales se entregaron casi de inmediato a un debate marcado por especulaciones acerca de si se trató de una aventurada operación de rescate o si, por el contrario, se produjo una negociación para que pudieran salir los opositores de la asediada sede diplomática.
Rubio insistió en resaltar que hubo una operación de rescate, por lo que «extendemos nuestra gratitud a todo el personal involucrado en esta operación y a nuestros socios que ayudaron a asegurar la liberación segura de estos héroes venezolanos», afirmó.
Caracas y Washington rompieron relaciones en 2019 y desde entonces sostienen una constante y dura confrontación política, diplomática y económica, aunque funcionarios de uno y otro gobierno han mantenido canales de comunicación y entrevistas e incluso acuerdos sobre temas políticos y económicos puntuales.
El gobierno venezolano no reaccionó de inmediato al anuncio de Rubio, el cual coincidió con la llegada a Moscú de Maduro para participar en los actos del 80 aniversario de la victoria de las fuerzas soviéticas sobre las de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Los cinco refugiados en la sede diplomática argentina, Pedro Urruchurtu, Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González y Humberto Villalobos, integraban la jefatura del partido político Vente Venezuela, que dirige la principal líder de la oposición, María Corina Machado.
Desde la clandestinidad, Machado saludó la salida de sus partidarios como «una operación impecable y épica por la libertad de cinco héroes de Venezuela. Mi reconocimiento y agradecimiento infinito a todos los que la hicieron posible».
Los opositores -más un antiguo ministro, Fernando Martínez Mottola, quien fue parte del grupo asilado pero abandonó la embajada el pasado diciembre, recibió libertad condicional y pereció poco después- ingresaron a la residencia del embajador argentino el 20 de marzo de 2024.
Las autoridades venezolanas habían ordenado su detención y enjuiciamiento bajo cargos de asociación para delinquir, traición a la patria, terrorismo y otros delitos. Salvoconductos para que pudieran salir del país siempre les fueron negados.
Por esos días Venezuela entraba en la campaña para elegir presidente para el sexenio 2025-2031. Inhabilitada Machado, la oposición llevó como abanderado al diplomático retirado Edmundo González, y la líder de Vente Venezuela condujo la campaña y reunió multitudes en sus recorridos por el país.
La elección fue ganada por Maduro, reelegido para un tercer período, con 53 por ciento de votos frente a 43 por ciento de González según el poder electoral, pero la oposición reivindicó, exhibiendo las actas de escrutinio en su poder, que fue el opositor quien triunfó, con 67 por ciento de sufragios frente a 30 por ciento del oficialismo.
Como Argentina desconoció el triunfo de Maduro y reconoció el de González, Caracas rompió las relaciones diplomáticas en agosto y estrechó el cerco sobre la sede diplomática, en una empinada calle de un sector residencial del sureste capitalino, donde también están las embajadas de Rusia y Corea del Norte.
A solicitud de Buenos Aires, el gobierno de Brasil asumió la custodia de la sede y bienes de la embajada, a lo que accedió Caracas, pero luego retiró esa autorización.
Durante meses los asilados denunciaron que constantemente se les cortaban los servicios de electricidad, agua, internet incluso el ingreso de alimentos y medicinas.
Las primeras semanas después de la elección de julio hubo protestas callejeras por el resultado, las cuales dejaron al menos 25 muertes y más de 2000 detenidos, pero ese clima amainó, Maduro inició su nuevo mandato el pasado 10 de enero, y las autoridades convocaron elecciones parlamentarias y regionales para el 25 de mayo.
González está exiliado en España, y en América, Europa y Asia hay gobiernos que reconocen a Maduro y otros que lo desconocen.
En Estados Unidos el presidente Trump ordenó medidas de presión sobre Caracas, prohibiendo las operaciones de sus empresas petroleras en Venezuela y anunciando aranceles a los países que compren petróleo venezolano.
Argentina, mediante un comunicado de su presidencia, afirmó que «valora profundamente los esfuerzos realizados para garantizar la seguridad y el bienestar de quienes por mucho tiempo estuvieron bajo protección argentina de la persecución del régimen de Nicolás Maduro».
Mientras se espera la reacción del gobierno de Maduro, y en medio de las versiones sobre si hubo o no negociación, analistas como el politólogo José Vicente Carrasquero destacaron que Rubio emplease el término «rescate» -y no libertad o partida- de los refugiados en la embajada.
Rescate, expuso Carrasquero «implica peligro, violencia, intervención urgente. Los \’rescatados\’ son víctimas. El régimen, por tanto, es un secuestrador, lo pone en el papel de amenaza regional, justificando intervención, presión, o incluso acciones más drásticas».



