El Mont Ventoux, también conocido como el “Gigante de la Provenza” o la “Cima Calva”, es mucho más que un simple puerto de montaña. Con una altitud de 1910 m y su característica silueta lunar de piedra caliza blanca, es una de las ascensiones más duras y dramáticas del Tour de Francia. Este emblemático coloso es la protagonista de la etapa 16 del Tour 2025, y con ello reaparece su leyenda de sufrimiento, historia y espectáculo deportivo.

Un gigante solitario y ventoso
Situado en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, el Ventoux se alza en solitario al oeste de los Alpes, sin montañas similares en sus inmediaciones. Su cima, desprovista de vegetación, está compuesta por piedra calcárea que, vista a lo lejos, parece nieve eterna.
El nombre «Ventoux» proviene del francés antiguo “ventósus”, reflejando los fuertes vientos que azotan todo el año, donde el mistral puede alcanzar los 320 km/h, y que forzan el cierre frecuente de la carretera de acceso.
De Petrarca a Simpson
El primer ascenso documentado es de Petrarca en 1336, considerado el “padre del alpinismo”, quien narró su gesta en una de las primeras cartas renacentistas. Desde entonces, la montaña ha sido testigo de leyendas y tragedias. La historia más icónica es la del ciclista inglés Tom Simpson, quien murió en julio de 1967 por la mezcla de dopaje, calor extremo y agotamiento; hoy existe un monumento en su memoria cerca de la cima. Eso marcó un antes y un después en la conciencia antidopaje y marcó el Ventoux como “maldito”.
El Mont Ventoux y el Tour de Francia
El Ventoux debutó en el Tour en 1951 y desde entonces ha sido ascendido dieciocho veces, con diez llegadas a la cima. Grandes nombres han forjado su leyenda allí: desde Eddy Merckx (1970) hasta Chris Froome (2013) y Petrusan Mayo (récord en 2004).
La dureza del “Gigante de Provenza”
La vertiente sur desde Bédoin es la más exigente incluso para los favoritos de las bet de ciclismo: unos 1610 m de desnivel en 22 km, con una pendiente media del 7,6–7,8 % y tramos del 10 % que se vuelven letales en los últimos kilómetros, donde el suelo lunar y el viento son factores decisivos. Las condiciones extremas, como los dramáticos cambios térmicos, viento impredecible y radiación solar, lo convierten en una prueba tanto física como mental.
El reto del Tour 2025
Este año, Tadej Pogačar llegaba con autoridad: lideraba la general con más de cuatro minutos sobre Vingegaard al inicio de la última semana. Vingegaard sabía que necesita un día épico en Ventoux para revertir la tendencia.
Carlos Rodríguez, el líder español clasificado noveno, ha descrito esta ascensión como “mítica” y tiene claro que su físico ya está cargado para dar un golpe de efecto en esta etapa.
La sorpresa para las apuestas ciclismo del Tour ha sido Paret-Peintre, quien se ha proclamado vencedor en la etapa 16 del Tour de Francia.
Motor económico y cicloturismo
Cada verano, más de 90.000 cicloturistas ascienden el Ventoux, impulsando la economía local en Bédoin y alrededores. Las tres rutas, Bédoin (sur), Malaucène (norte) y Sault (este), ofrecen recorridos muy populares entre amantes del ciclismo. Además, su ambiente lunar lo convierte en lugar perfecto para eventos amateur (como subidas múltiples en veinticuatro horas) y espectáculos naturales: los seis km superiores son pura roca caliza, sin ningún árbol a la vista.
Así que, aunque el Mont Ventoux es una montaña cargada de historia, dureza y magia, su ascensión pone a prueba la resistencia de los ciclistas, condiciona estrategias de equipo y emociona a millones de aficionados.
Para los pros, es una cima en la que hace falta más que piernas; se necesita temple y cabeza fría. Para los aficionados, es un símbolo: la cima desnuda donde Petrarca reflexionó, Simpson se quedó para siempre y donde Pogačar, Vingegaard, Paret-Peintre y los demás volverán a escribir su historia.



