El exalto funcionario del ministerio de Justicia de Cuba y exagregado de Prensa de la embajada de Cuba en España, Julio Alfonso Fonseca, actualmente refugiado político, declaró en el seminario “Pilares del futuro de Cuba: Libertad de Expresión y Libertad religiosa”, que prefiere hablar de futuro en la Isla e ir acorralando la ortodoxia dado que la solución está en la socialdemocracia, informa Carmen Chamorro.
En Cuba hay actualmente una pluralidad de pensamiento no visible que irá permitiendo la participación de la sociedad civil.
La estrategia para lograr éxito sería, bajo su propia opinión, mantener los logros sociales y la igualdad en un régimen de libertad y desde la diversidad. Cuba sabe valorar lo que le conviene o no, sin un tutor permanente: “llevo 40 años en período de asimilación de conocimientos y compartiendo tareas den el partido comunista de Cuba; si EE.UU piensa que el bloqueo, su política de embargo, beneficia a la Isla, que lo quite”.
En este sentido, este especialista en política y relaciones internacionales, no estima como solución utilizar la disidencia como arma arrojadiza contra el gobierno cubano, si bien, es consciente que Cuba es una cuestión que no ha dejado de motivar pasiones con dos imágenes construidas que hay que romper: de un lado, “el decir de los afectos” y de otro, “el decir de los detractores”.
Hay muchas teorías de por qué se ha mantenido Fidel Castro en la perdurabilidad del tiempo en la sociedad cubana. Por lo que respecta a la libertad de expresión, detrás de la consigna de opinión se va postergando una legislación y en este contexto, no existe la libertad religiosa, que si la de culto limitado a los fines socialistas: “La Iglesia cubana, que está muy esperanzada de lograr más espacios”, dijo el ex funcionario cubano, “es interés del Estado por mera estrategia política, igual que las relaciones del Vaticano con la Isla”.
Por lo que se refiere a las reformas de Raúl Castro, Julio Alfonso Fonseca sorprendió diciendo que existe una cierta resistencia en el cambio desde la parte interior de la propia militancia del partido.
El profesor de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Rubio, aseguró percibir una Cuba virtual con lazos transversales que permite conectar entre ellos; actualmente, existe una totalidad de 1.400.000 usuarios de internet. Es un espacio donde las fuerzas y las armas se igualan, lo mismo que en Venezuela. Cuando la sociedad cubana empiece a perder miedo y se le otorgarle la posibilidad y la fuerza de las ideas, la credibilidad adquirirá protagonismo. El ser capaz de transmitir con naturalidad buenas ideas comienza a normalizarse en la blogosfera cubana, donde empieza a hablarse de futuro: “Han abandonado las quejas para empezar a dialogar”. Internet es un espacio de libertad cultural, que empieza a generar una sociedad civil.
Por su parte, el escritor y corresponsal extranjero Bertrand de la Grange explicó, basándose en la Declaración Universal de los DDHH en su Artículo 19, que no se puede hablar de libertad de expresión en Cuba porque es algo carente de existencia, “una ficción, una entelequia desterrada en Cuba. Nada de lo que describe este artículo (refiriéndose al 19) se visualiza y aplica en Cuba”.