Pedro Echeverría V: suban primero impuestos a ricos y salarios a pobres
Los gobiernos de Mancera (PRD) y Peña Nieto (PRI), apoyándose ampliamente en los medios de información, “convencieron” a la parte sumisa de los habitantes de la ciudad de México en que “era una necesidad aumentar los precios de los pasajes del Metro de tres a cinco o seis pesos.
Sin embargo, como es sabido, no se hizo ninguna “consulta” entre los 15 millones de ciudadanos del DF y los 7 millones de las zonas conurbadas: les bastó con que “casas encuestadoras” con su firma asentaran que “la mayoría estaba de acuerdo con el aumento de los pasajes”. Los funcionarios del PRD, PRI, PAN, nos quieren ver la cara de imbéciles para luego demostrar que los ciudadanos somos unos tontos y cobardes.
Quiere demostrar el gobierno una vez más que nuestras batallas junto al pueblo son pasajeras, de dos o tres días, para luego regresar a la calma que tanto buscan las autoridades. Sin embargo hoy no pararemos porque es una brutal agresión a la economía del 80 por ciento de los habitantes que ocupamos este transporte. ¿Por qué en lugar de reducir el gasto en salarios a las fuerzas armadas contratan a más policías y soldados para que nos repriman? ¿Piensan acaso que con su nueva estrategia militar de “encapsular” las marchas y prohibir que le mentemos la madre al gobierno y a los ricos nos van a joder? Nada de eso, los maestros de la Coordinadora (CNTE) nos han enseñado.
Los muy despreciados y perseguidos anarquistas –todos ellos jóvenes estudiantes y trabajadores- nos han enseñado a defendernos contra la canalla burguesa que sólo busca hacer negocios y enriquecerse. Hemos aprendido en todo el país que “sólo el pueblo salva al pueblo” y que los partidos políticos, los diputados y senadores, sólo ven por su bienestar particular. Esperamos que los lópezobradoristas que han manifestado muchas ideas positivas no se conviertan en más de lo mismo; es decir que sólo estén pensando en ser diputados, senadores y gobernadores y se dediquen a lloriquear por que les hicieron trampa. Deseamos que no sean otro PRD al servicio del PRI y el sistema.
Los luchadores sociales, totalmente identificados con los problemas del pueblo, nuevamente estamos en las calles. La realidad es que la calle es nuestra casa en esta maldita sociedad llena de injusticias donde reír sólo es por nuestros avances entre el pueblo. Tenemos la esperanza en que ese pueblo –que no se ha dado cuenta que lo joden, que los enajenan con las novelas, el futbol y la virgen de Guadalupe- comprenda que la única salida real es luchar es confrontarse en la defensa de sus intereses colectivos. Los capitalinos lo saben porque su conciencia es la más avanzada del país, pero luego están tan enredados en la maraña capitalista, que no se dan cuenta por eso los joden.
Pienso en Buenos Aires, Madrid, Barcelona y muchas más capitales que, como México, están batallando en la defensa de sus derechos del pueblo trabajador. No se trata de la abstracción de los “derechos humanos”, sino de asuntos directos y concretos que son la explotación, el salario, la miseria, la eliminación de las libertades de manifestación. ¿Cómo permitir que en México los partidos burgueses del PRI, PAN, PRD, impongan una ley para evitar manifestaciones de protesta y mentadas de madre a un gobierno burgués que lleva toda la vida jodiendo al pueblo y conservándolo en la miseria? No se en las otras grandes urbes, pero en México todavía nos ven la cara de tontos.
“Ni madres”, dicen los estudiantes enojados en lenguaje mexicano. “Basta ya que los gobernantes -sean locales o federales- nos sigan imponiendo sus caprichos perjudicando nuestra miserable economía. El PRD es igual que el PRI y el PAN: sus diferencias son solo por ocupar cargos y obtener dinero. No dejaremos esta lucha contra el aumento de precios de pasaje en el Metro, aunque dependemos de que el pueblo se siga manifestando. Si esta batalla la perdemos es porque también la población del DF está tan jodida como en los demás estados. Entonces tendríamos que inventar otras batallas porque el nivel de la población es tan bajo, que no sirve ni para defender sus propios intereses.