Palabra de Antígona
Audiencia de la CIDH en marzo de 2013 sobre personas desparecidasEste lunes Salil Shetty secretario general de Amnistía Internacional (AI) como cabeza de una misión de “alto nivel”, se entrevistará con el presidente Enrique Peña Nieto, para entregarle sus opiniones sobre el estado que guardan los Derechos Humanos en México. El señor Shetty habría dicho en Saltillo, Coahuila, que no puede hablarse de Reformas Estructurales si no hay respeto a los derechos humanos.
La misión tiene especial preocupación por las violaciones a los derechos de las y los migrantes, sobre la desaparición de personas y la violencia contra las mujeres. Asuntos profusamente investigados, a tal grado que contamos con el detalle de dónde y cómo suceden atrocidades en espacios territoriales concretos; sabemos, incluso, qué ciudades o delegaciones políticas significan grave peligro para las mujeres, periodistas, defensores y defensoras de derechos humanos. Pero todo ello no ha significado casi nada, reina la impunidad y no sabemos nada congruente sobre las acciones de justicia.
La misión de “alto nivel” de AI ocurre precisamente un mes antes de que se cumpla el plazo para que México informe al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) sobre cuántas y cuáles de las 188 recomendaciones que ese organismo hizo a México en su segundo Examen Periódico Universal (EPU), que presentó el miércoles 23 de octubre de 2013 en Ginebra, Suiza, y nadie sabe si México ya respondió o no. Por lo que la visita de AI es estratégica. ¿Qué irá a responder el gobierno?
Para nadie es una novedad, dolorosa y tremenda, sobre la crisis que vivimos en materia de Derechos Humanos. Lacerantes todos los datos. Se han detenido, torturado y desaparecido -según AI-, a 83 mil migrantes, es insoportable pensar en más de 26 mil desapariciones para no hablar de las más de tres mil mujeres asesinadas cada año y los números de trata de niñas y mujeres con fines de esclavitud sexual.
El gobierno de Peña Nieto está en aprietos. México es un país que ya no engaña a nadie. Las leyes, las medidas de protección, por ejemplo, a periodistas no han servido para nada, mientras que en estados como Veracruz, se hace evidente que las y los periodistas no pueden trabajar y son perseguidos, e incluso asesinados, mientras que se apuntala al gobernador, amigo del presidente de la República.
Igual sucede con situaciones explícitas y conocidas como la trata de mujeres en Tlaxcala, Jalisco y las Lomas de Chapultepec, donde los datos e investigaciones están hechas y no se actúa. ¿Qué pueden responder gobernadores, procuradores de justicia y la flamante policía federal? El autoritarismo y el patriarcado, bien, llenos de buena salud. Y hay quien duda de los testimonios de mujeres y niñas.
Este 14 de febrero, durante el baile de la movilización femenina en la Alameda Central, para llamar la atención sobre la violencia contra las mujeres y lanzar el mensaje de que todavía pensamos en la utopía de relaciones amables y satisfactorias, reveló o más bien ratificó, datos incontrovertibles. Son crecientes y sostenidas las cifras de asesinatos femeninos, cada vez más crueles en los estados de México, Chihuahua, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Chiapas y Sonora.
La Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel concluyó, en un informe, que por el crecimiento del feminicidio entre 2006 y 2012, la situación en México había alcanzado la calificación de “crisis preocupante”.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio contabilizó, en los últimos cuatro años, tres mil 139 feminicidios en 13 entidades de México, sin considerar los datos de Chihuahua, donde creció la tasa a pesar del operativo contra el crimen.
Amnistía Internacional registró dos mil asesinatos de mujeres en un solo año, un promedio de seis por día, ya que entre 2008 y 2009 aumentaron los homicidios femeninos 69 por ciento en relación con años anteriores.
El número de asesinatos contra mujeres en estados como Chihuahua es 15 veces más alto que el promedio mundial, por ejemplo, y en todo el país se cometen 6.4 asesinados de mujeres por día, de los cuales 95 por ciento quedan en la impunidad, mientras que 10 estados las cifras registran tasas de crecimiento sostenidos de asesinatos de género.
Según cifras de las Procuradurías, han desaparecido en los últimos cuatro años 3 mil 149 mujeres en nueve estados de la República, en edades que oscilan entre los 10 y 17 años de edad.
Si hablamos de las víctimas de violencia sexual y trata de personas, la maestra Teresa Ulloa, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC), afirma que el crimen de desapariciones llega a 20 mil personas al año, o sea 16 víctimas por cada 100 mil habitantes.
Y si hablamos de violencia sexual en un solo año, Amnistía Internacional detectó alrededor de siete mil violaciones, de las cuales en sólo cinco por ciento ha sido ingresado en la cárcel. Y hasta 2012 la Cámara de Diputados habló de 15 mil violaciones denunciadas.
Pero la cifra negra es espeluznante, se habla de 112 mil violaciones cada año. Es, además, alto el porcentaje de mujeres violadas que resultan embarazadas, como lo indica el Informe Nacional sobre Violencia y la Salud en México realizado por Ipas Salud, organización civil, que señala que entre siete y 26 de cada cien violaciones provocan un embarazo.
En la Encuesta Nacional sobre Violencia contra las Mujeres, del Instituto Nacional de Salud Pública, se reflejó que el 7.6 por ciento reportó abuso sexual en la infancia, y son los familiares agresores en un 13.7 por ciento del total de mujeres que fueron violadas cuando eran menores de 10 años, mientras que el 65 por ciento, lo fue entre los 10 y los 20 años de edad, según esa encuesta.
El agravamiento de la violencia contra las mujeres periodistas y defensoras de los derechos humanos es funesto. Sólo entre los años 2002 y 2010 fueron asesinadas diez periodistas en México, y entre diciembre de 2010 y noviembre de 2012 fueron asesinadas 15 defensoras de derechos humanos, la mayoría de ellas en los estados de Chihuahua y Guerrero, según denuncia de la organización internacional Asociadas por lo Justo (JASS).
El secretario general de AI llegó a México el día 15 y además de escuchar a personas migrantes, víctimas de tortura y a sus familiares, también se reunirá con integrantes del Congreso. AI abrirá una nueva oficina en México y seguramente su análisis de la situación, nos va a retar a volver los ojos a nuevos referentes valóricos de la convivencia humana, porque las cifras son superiores a las historias de países en guerra o sometidos por alguna dictadura, como las conocidas en la historia.
En el Examen Universal de Naciones Unidas llamó la atención la observación de Holanda en cuanto a la legislación de algunos estados de la República en los que se protege la vida desde la concepción, lo que ha influido en la dificultad de las mujeres para poder recurrir al aborto en caso de violación y otras causas. Feminicdios indirectos, puesto que muchas muren en el intento.
Es también alarmante que según ONU hay un aumento de casos de tortura, efectos negativos de la desigualdad social, el abuso del fuero militar y la indiferencia al combate a la corrupción.
Lo mismo y más digo de la Junta Militar Cubana. Por cinco décadas han encarcelado y esclavizado al obrero cubano. En Cuba no hay contrato colectivo o derecho a la huelga. Los militares exportan la mano de obra vendiendosela a gobiernos extranjeros que le pagan directo al gobierno cubano más del 80% del salario de los trabajadores.