Hablamos de España, de un diecinuevo de junio cuando el sol aprieta y el calor ya llama al verano. Un nuevo rey para una España en donde todo cabe a pesar del chiste y del ingenio, a pesar del paro y de la precariedad global a la que todos asistimos; hablamos de una nación que cambia porque a todo nos hacemos los españoles.
Un niño que hace 39 años asistía a un parlamento con hombres vestidos de negro hoy advierte a los españoles que nada es igual. Colores, luz y gestos es lo que ha hecho que las miradas de esas personas que una vez lo vieron crecer, hoy también advierten que España es otra. Aquí cabe todo, porque cabemos todos. Ya nadie juzga si una plebeya como la han llamado a la Reina, sea en diez años Reina de España. Las críticas voraces en contra de Su persona se han terminado hoy cuando rompiendo una lanza en favor de la normalidad, ha hecho lo que cualquier madre haría. No sabemos lo que les habrá dicho a sus niñas, pero sí seguramente, «ponte bien, saluda y ahora calladitas». Y así ha sido. Un acto normal dentro de la emoción contenida del hoy rey de España a quien me sale nombrarle el Príncipe de Asturias. Muchos años llamándole Alteza y hoy es Majestad.
Sus palabras de cariño hacia Su padre, sus enormes gestos y miradas hacia Su madre y hermana, el enorme recuerdo que ha debido tener hacia Su hermana ausente, la tristeza con la que ha debido asistir al ver a Sus Regios padres con gestos que ya no comulgan juntos, no ha evitado que tras la parte emocional de ser humano, campechano y amable, haya sabido estar a la altura de las circunstancias. No se le puede poner un pero a este hombre que se ha educado como pocas personas han hecho en este país. Ha tenido mucha suerte pero ha sabido aprender lo mejor de los mejores a quienes a nombrado con sumo afecto. De lo que se deduce que la preparación, la cultura y las formas, hacen que las personas sean sencillas, normales, pero no corrientes y él es un rey para todos los españoles. No hay más que mirar el primer gesto que ha tenido con el pueblo, cercano y amable; ir de pie saludando a la gente en la ciudad que le vio nacer y en la que tantas veces ha salido como ciudadano caminando.
Su gente, las personas que hoy aceptan por sentido común que el mejor embajador de nuestro país se llama Felipe VI. Hoy ha sabido hablar, ha sabido estar y ha hablado para todos, en todas las lenguas de la nación a pesar de que alguno siempre, con mala educación como bandera no ha sabido ni saludarle ni aplaudirle en respuesta. A la gente se la mide por sus actos, nunca por lo que dice después. Aquí solamente caben alabanzas porque dentro de la perfección al rendir homenaje a la bandera, al dirigirse a Su madre, al dirigirse a todos nosotros, ha sabido ser lo que es; el rey mejor preparado de nuestra historia reciente y eso, que nadie diga una cosa por otra porque hay que demostrar lo que se es cuando se debe y no hay nada que pudiese ser criticado en su primera brillante comparerencia como monarca.
Esto no hubiera sido posible sin la educación que le dio Su madre, la impecable, reina Sofía, a quienes todos recordaremos como la mejor entre las mejores. Doña Letizia ha tenido un enorme ejemplo y su proximidad y afecto hacia la reina ya madre, es absoluta. Ella sabrá estar a la altura de las circunstancias porque ha aprendido todo cuanto debe saber para acompañar al rey en esta etapa de transición también, al igual que hiciera su padre, con la diferencia enorme de que hoy, sumergidos en una crisis sin precendentes, con un paro que cada vez aumenta más, con una juventud desencantada e infeliz, debe saber que todas esas personas, viven y esperan algo de Él. Algo que les acerque a la vida que les hubieron prometido sus padres que vivieron la transición de una dictadura a una democracia. Hemos avanzado en algunas cosas pero seguimos estancados en otras.
Hoy solamente había luz, color, esperanza, satisfacción, alegría y sobre todas las cosas, muestras de amor y cercanía de los Reyes hacia Sus padres hacia Sus niñas y entre ellos. A ver si dejamos de mirar la paja en el ojo ajeno y dejamos de verter tinta sobre esta pareja que al menos es una bocanada de aire fresco para un país quebrado y lleno de miseria y desencanto por los gobernantes y las instituciones, por los casos de corrupción y fracaso. Ellos son el comienzo de una nueva era y como todo lo nuevo, se espera con alegría que como ha dicho el nuevo rey, quepamos todos.
Un rey que se ha tocado el corazón porque ha llegado al corazón de todos los españoles. Una monarquía constitucional en la que Él está dispuesto a escuchar y a aconsejar. «Aquí cabemos todos».
«No es un hombre más que otro si no hace más que otro». (Don Quijote)
¡Viva España! Aunque haya perdido en el mundial… pero vaya por delante que nos hicieron pasar alguna vez los mejores ratos aunque como todo, ya pertenece a la historia reciente de nuestro país.
Gracias Majestad, ¡Dios le guarde muchos años!