En un extenso artículo, publicado el 29 de julio de 2014 en el diario New York Times (NYT), firmado en Bamako por el periodista Rukmini Callimachijuly, se asegura que, desde 2008, distintos gobiernos europeos han pagado un total de 125 millones de dólares a la organización terrorista Al Qaeda, y sus diferentes filiales, en concepto de rescate por sus ciudadanos secuestrados. A pesar de que siempre lo han negado, y continúan haciéndolo, 66 millones de esa cantidad total se pagaron en 2013.
Según la investigación publicada por el NYT, el gobierno español ha pagado desde 2008 a organizaciones terroristas un total de 11 millones de dólares en dos operaciones distintas: 5,9 millones de dólares en 2009/2010 a Al Qaeda en el Maghreb Islámico (AQMI) por el rescate de tres ciudadanos españoles, y 5,1 millones entre 2011 y 2013 a Al- Shabab (grupo islamista somalí creado en 2006 y salido de la facción más dura de la Unión de Tribunales Islámicos, que milita por la instauración de la charia en el país), por el rescate de otros dos secuestrados.
“Los gobiernos europeos hacen pasar ese dinero por una red de intermediarios, disfrazándolo a veces como ayuda al desarrollo” según la información conseguida por el autor del artículo, quien se ha entrevistado con antiguos rehenes, negociadores, diplomáticos y ex cargos oficiales de diez países europeos, africanos y de Oriente Medio. “El funcionamiento del negocio de los secuestros se encuentra también detallado en los documentos internos de Al Qaeda que un reportero de la agencia estadounidense Associated Press encontró el año pasado en el Norte de Mali”.
El dinero que Al Qaeda cobra por los rehenes “representa una de las principales fuentes de financiación de la organización terrorista, que lo utiliza para reclutar adeptos y comprar armas”, señalan en el digital francés Rue 89 las periodistas Mathilde Goupil y Camille Polloni, haciéndose eco de la investigación aparecida en el NYT: “De media, un rehén representaba 200.000 dólares en 2003 y hoy puede llegar a valer hasta 10 millones”.
“El secuestro de rehenes es un botín fácil, que podría describir como un comercio rentable y un preciado tesoro”, se lee en uno de los papeles encontrados en Mali, escrito por Nasser al-Wuhayshi, jefe de Al Qaeda en la península arábiga.
El estado francés es el que más dinero ha gastado – 58 millones de dólares- en rescatar a sus rehenes, un tercio de las 53 personas oficialmente secuestradas por Al Qaeda en los últimos cinco años. Aunque Vincent Floreani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha repetido al periodista del NYT la postura oficial, que consiste en asegurar que “las autoridades francesas no pagan rescates”, el artículo detalla las sumas desembolsadas en dos operaciones llevadas a cabo en el desierto del Sahara al norte de Niger, en 2011 y 2013, y una tercera en Yemen en 2011. Al parecer, en los dos primeros casos el dinero salió de la empresa Areva, el gigante de la energía nuclear francesa, pese a que sus directivos lo han desmentido.