De estreno en París esta semana, “ La Paz”, película del cineasta argentino Santiago Loza, quien tras su paso por los festivales de Biarritz y Berlín, llega ahora a la distribución comercial en Francia.
Una película fuerte y sincera. Una comedia drámatica que nos lleva, con amarga ironía de Argentina a Bolivia a través de la historia de Liso, un joven argentino que sale del internamiento en un hospital siquiátrico y vuelve al seno de su familia para enfrentarse de nuevo con la dura realidad cotidiana.
Dramaturgo, escritor, guionista y director de cine, a veces también intérprete, Santiago Loza, nacido en la provincia argentina de Córdoba en 1971, es un autor que viene del mundo de la literatura. Fundador del Teatro Elefante Club en Buenos Aires, Loza alterna sus trabajos de autor teatral con su actividad en cine y televisión, pero también colaborando en los talleres que dirige el actor argentino Julio Chavez.
En su haber tiene ya nueve largometrajes, entre ficciones y documentales, pero son tres de ellas las que hemos tenido ocasión de apreciar en los festivales internacionales.
Después de un primer cortometraje, Loza se dió a conocer en el cine en 2003 con su ópera prima, premiada en el festival de Rotterdam, “Extraño”, con Julio Chavez y Valeria Bertucelli. Un film que llevaba bien su título, pues nos proponia un extraño e interesante encuentro entre un excirujano y una mujer embarazada. Un viaje a través del tema de la ausencia de comunicación y de la soledad de sus personajes protagónicos, en donde Loza mostraba su capacidad para dirigir actores, con una original puesta en escena.
Después de un film experimental, “Ártico” 2008, y de un documental “Rosa patria” 2009, su película “La invención de la carne” 2009, fue seleccionada en Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián. Un viaje esta vez existencial y sensorial, que ponía en escena el encuentro de un estudiante de medicina y una mujer embarazada. La mas hermética probablemente de sus películas.
En 2010, entre documental y ficción, su película “Los labios”, codirigida con Ivan Fund, fue presentada y premiada en selección oficial en el festival de Cannes, en “Un certain regard”. En esta ocasión se trataba de un docudrama, o de un contexto documental construido como una ficción. Tres actrices profesionales interpretaban el papel de tres asistentes sociales que descubrían en la región de Santa Fé una cruda realidad, la vida miserable de una población enfrentada a graves problemas económicos, sociales, sanitarios y humanos.
Aunque cada una de sus películas es diferente de la anterior, encontramos en el cine de Santiago Loza, temas y obsesiones recurrentes, en esos viajes extraños, en los que hay a menudo hospitales, mujeres embarazadas, sensualidad y sexo, evocación de problemas sociales y humanos. Loza busca con sus imágenes comprender el mundo que le rodea, poniendo en escena su propio mundo interior.
“Con “La Paz” -afirma Loza, quien se encuentra actualmente en París, para la promoción y estreno en Francia- he escrito un guión que tiene elementos autobiográficos, pero mezclados y disueltos dentro de otros elementos que son pura ficción”.
Aunque a él le parece un poco excesivo que le califiquen de cineasta autor, hay que subrayar que sus películas tienen temas recurrentes y su concepción de la puesta en escena al servicio del relato resulta a menudo radical y sin concesiones para el espectador, del que exige atención y participación.
Sin interesarse por la sicologia de sus personajes, Loza, los filma de cerca, su respiración y su introvertida reflexión, sin dar demasiados elementos de información sobre el porqué de su comportamiento. Sin buscar la explicación de su pasado, prefiere filmar su presente.
Pero “La Paz”, como el mismo afirma, es probablemente su película más clara, más explícita, más accesible a un amplio público, aunque conservando esa constante en su tratamiento cinematográfico, que consiste en hacer que el espectador descubra poco a poco la información necesaria a la comprensión del relato. Y como en películas anteriores mezclando su gusto por la dirección de actores profesionales, con el uso de actores no profesionales, lo que da siempre por momentos un tono documental al relato, lejos de todo tratamiento sicológico.
“La Paz” hace alusión en su título a la ciudad de La Paz en la vecina Bolivia, pero también a la paz interior que busca su personaje protagónico en el seno de una familia argentina de clase media alta. Un mundo formado por una madre agobiante y posesiva, un padre más preocupado por dar dinero que afecto, una mucama o criada que es refugio afectivo del joven trastornado, y una abuela que hace de confidente del muchacho.
Un joven que encuentra problemas para rehacer su vida en la “normalidad” y en su relación con las mujeres y con su entorno. Una historia que terminará con un logrado estallido final, que no revelaremos aquí. La familia argentina y la esquizofrenia de su protagonista es retratada con aspera ironía por Santiago Loza, quien aborda también en su guión temas subyacentes como el contexto social, el racismo, la inmigración boliviana en Argentina, o las diferencias sociales y raciales, en esa relación siempre dificil entre amos y criados, donde se vislumbra una contradictoria mezcla de desprecio y de afectuoso paternalismo.