Loreak (Flores) es la primera película rodada íntegramente en euskera que ha participado en la sección oficial del Festival de San Sebastián, así como en los festivals de Toronto y BFI London Film Festival.
Drama escrito por Jose Mari Goenega, Jon Garaño y Aitor Arregi y dirigido por los dos primeros (es su segundo largometraje, el anterior, 80 egunean -80 días- cosechó más de treinta premios en distintos festivales), cuenta con un reparto encabezado por las actrices Nagore Aranburu, Itziar Ituño e Itziar Aizpuru, junto con Ane Gabarain y Josean Bengoetxea.
Haciendo honor al título, las flores (loreak), un ramo, muchos ramos de flores, son los auténticas protagonistas de una historia que enlaza la vida de tres mujeres muy distintas y habla de dos momentos fundamentales en al vida de cualquiera, el amor y la muerte, y también del sentimiento de pérdida, la soledad, la memoria y el olvido.
La vida de Ane da un giro cuando, semana tras semana, comienza a recibir un ramo de flores en su casa, siempre el mismo día y siempre sin remitente ni mensaje. La vida de Lourdes y Tere también se ve afectada por las misteriosas flores que alguien desconocido deposita semanalmente en un punto de la carretera, en memoria de alguien que fue importante en sus vidas. Tres vidas alteradas por la presencia de unos ramos de flores que harán brotar sentimientos desconocidos u olvidados… Pero al fin y al cabo, como dice uno de los personajes, “solo son flores”.
Con el fondo del paisaje húmedo y gris habitual del País Vasco, Loreak es una película muy bien contada, muy inteligente, que mantiene la tensión narrativa y la atención del espectador en la algo más de hora y media que dura, sensible y también muy vasca, en su contexto y en sus expresiones: apostaría que no hay una sola frase del guión que contenga más de veinte palabras, pero que son las palabras justas y necesarias para explicar lo que se quiere decir.