El nombramiento de Gala León como capitana del equipo español de Copa Davis ha puesto de manifiesto la diferente manera de afrontar una situación sujeta a la crítica, pero que en un caso se basa en un juicio legítimo, se comparta o no, y en otro en un criterio más propio de las cavernas que en el ámbito de una nación moderna y avanzada.
Rafa Nadal (magen de http://www.rfet.es/)Rafael Nadal ha criticado la designación por ausencia de oportunidad de la persona (había otros candidatos con una gran trayectoria deportiva) y carencia de habilidad (la Federación Española de Tenis no ha consultado a los jugadores), mientras que ha reconocido la legitimidad del nombramiento (lo ha hecho quien debía, el presidente de la Federación).
Donde el tenista ha desenfocado su habitual y reconocida capacidad de análisis es en el intento de salvar la cara a su entrenador y tío, Toni Nadal, quien afirmó que “la lógica me decía que sería más fácil” haber nombrado a “un hombre” porque “se va con poca ropa en el vestuario”.
El aducir que poner la condición sexual de la elegida por delante de cualquier otra consideración es hablar de deporte y que las críticas a estas manifestaciones machistas es “hacer política de todo”, como ha dicho el tenista, no ayuda a reconocer, y aún menos a subsanar, un grave error por parte de Toni Nadal.
Gala León (imagen de http://www.rfet.es/)Porque lo que ha hecho el entrenador de Rafael Nadal, y ha tratado de encubrir éste con sus excusas, es volver a tiempos en que la ley española establecía la supremacía del hombre sobre la mujer, que tenía sus derechos limitados, situación afortunadamente resuelta en 1975 con el principio de igualdad posteriormente consagrado en 1978 con el derecho constitucional de la no discriminación por razón de sexo.
Toni Nadal, con sus declaraciones, y Rafael Nadal, con sus excusas y su reciente reiteración en estas, lo que nos retrotraen es a ese 1975 y a la filosofía y la letra de la canción que Fernando Esteso editó ese mismo año, “Los niños con los niños y las niñas con las niñas”.
Ni es justo para la mujer ni tampoco para el deporte español. Bien vale una reflexión en este sentido alrededor del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer porque el acoso suele comenzar con la palabra.