La sala de exposiciones municipal San Benito de Valladolid alberga hasta el 15 de marzo de 2015 una exposición fotográfica de uno de los maestros de la fotografía del siglo XX, el húngaro André Kertész. La exposición titulada El doble de una vida exhibe 189 fotografías, 163 en blanco y negro y 26 en color.
La muestra es una retrospectiva de recorrido completo por la obra y vida del artista, ambas estrechamente unidas. Compuesta de cuatro partes, sus primeras obras húngaras (1912-25), años de éxito en Francia que incluye sus famosas Distorsiones (1925-36), sueños de aislamiento en Nueva York (1936-62), reconocimiento internacional y últimos años (1962-85).
Decir Kertész, es hablar de una de las mayores figuras de la historia de la fotografía y quizá la más independiente. Él siempre se mantuvo fiel a transmitir sentimientos a través de sus fotos: “Solo fotografío lo que siento” solía decir. También se le podría considerar pionero en algunos de los ismos artísticos de su tiempo, surrealismo, constructivismo, humanismo, pero ciertamente tras una primera inspiración siempre regresaba a sí mismo. Podríamos hablar realmente de un kertészismo, consistente en un compromiso opuesto a cualquier encasillamiento, a priorizar siempre su pensamiento y sentimientos, indiferente a las modas o a satisfacer gustos particulares de cualquier eventual cliente. Siempre fiel a su propia visión lúcida, discreta, natural.
Nacido en Budapest en 1894. A los ocho años perdió a su padre. Se graduó en comercio y trabajó en Bolsa. Empezó a hacer fotos como hobby, pero su ingreso en el ejército del todavía Imperio Austrohúngaro fue determinante para su futuro como profesional de la fotografía. La vida cotidiana de los soldados, el tiempo muerto en las trincheras y las largas marchas de campaña. Son estas vivencias las que inician su sueño de convertirse en fotógrafo. Y para convertir el sueño en realidad se traslada a Francia en 1925, lleno de esperanzas y determinación.
En París, se instala en Montparnasse, donde se integra en el poderoso ambiente artístico de la época, con los Mondrian, Chagall, Zadkine, Foujita, Colette, etc.. Tras dos años de fotografiar escenas callejeras, a sus amigos húngaros, estudios de artistas, inaugura su primera exposición individual en la galería Au sacré du printemps que le da a conocer. En 1933 crea su serie Distorsiones de cuerpos desnudos reflejados en un espejo deformante. En esos últimos años veinte produce algunas de sus obras maestras, como La bailarina satírica, En casa de Mondrian, Las manos y las gafas de Paul Arma. Trabaja para la revista Vu hasta 1935 como uno de sus fotógrafos más importantes.
Su traslado a Nueva York en 1936 tiene un motivo tan prosaico como el cumplimiento de un compromiso adquirido con la agencia Keystone. Nueva York en esos años treinta es el centro mundial de la fotografía de vanguardia y Kertesz, quizá por mantenerse fiel a sí mismo no logra integrarse en ese movimiento. Luego vienen los años de guerra en la que no participa. Se nacionaliza norteamericano en 1944, pero no es feliz, se siente incomprendido, no se reconoce su talento, un signo evidente de fracaso es la firma de un contrato en exclusiva con una editorial. En 1962 decide poner fin a su carrera profesional y regresa a Francia, pero, paradojas de la vida, va a ser entonces cuando va a ser reconocido internacionalmente, incluso en Estados Unidos.
Cuando se fue a Nueva York casi treinta años atrás, había dejado en París sus negativos húngaros y franceses, que recupera en 1963. Con ellos prepara una exposición en la Biblioteca Nacional de Francia con gran éxito. Un año más tarde presenta esa misma exposición en el MoMA de Nueva York y a partir de ahí se suceden una serie de homenajes a su persona y obra; exposiciones en Tokio, Estocolmo, Budapest, Londres, París, Helsinki, invitación de honor en 1975 a los Encuentros Internacionales de Fotografía de Arles. Se publican numerosos libros dedicados a su obra, así como varias importantes monografías: Hungarian Memories (1982), Of Paris and New York (1985) y André Kertész, ma France (1990). En 1984 Kertész dona su colección completa de negativos y de documentos personales al Ministerio de Cultura de Francia. Muere en su casa de Nueva York, en pleno éxito y reconocimiento el 28 de septiembre de 1985, a los 91 años.
La Sala San Benito
La Sala Municipal de Exposiciones San Benito está situada en la iglesia de San Benito el Viejo, quizá la iglesia de Valladolid con arquitectura más impresionante. Adquirida en 1999 por el Ministerio de Educación y Ciencia, cuenta con 400 metros cuadrados y 145 metros lineales de pared destinados a exposiciones fotográficas con proyección internacional en su gran mayoría. Las exposiciones periódicas, siempre en relación con la fotografía, han enriquecido notablemente la oferta cultural de una ciudad que cultiva con esmero su vinculación con las artes, pintura, fotografía, teatro, gastronomía, cinematografía, etc.
Ficha de la Exposición:
- Titulo. André Kertész, el doble de una vida.
- Lugar: Sala de Exposiciones San Benito. Valladolid, España.
- Fechas: 22 enero a 15 de marzo 2015.
- Organiza. DiChroma Photography.
- Patrocina y produce: Jeu de Pomme de París con la colaboración de la Mediathèque de l’Architecture et du Patrimoine.
- Entrada gratuita.
- Visitas guiadas a grupos escolares.