2015 tuvo un verano caliente en muchos aspectos pero en cuanto a arte no solo fue caliente sino muy bello, con exposiciones interesantes, paseos inesperados, recuerdos y nuevas visiones.
París con Delacroix y Le Corbusier
París, la ciudad luz, la ciudad medieval, no deja de asombrar con sus monumentos renovados, sus museos con grandes colecciones y sus parques de fina jardinería. Aunque la ciudad estaba custodiada por militares y policia, bajo alerta terrorista, no abandona su encanto.
Buscando la nostalgia de mi época estudiantil, volví a la pequeña plaza Furstenberg, en el Quartier Latin, donde se encuentra el atelier del pintor Eugene Delacroix, no luce tan verde ni con el banco que tanto me gustaba.
“Al menos no cortaron los árboles de paulownias”, me comenta la guía del Museo, mientras me acompaña por los salones, bellamente presentados, donde se aprecian óleos, grabados, litografias, bosquejos de obras, cartas y documentos del pintor.
Delacroix fue un artista misterioso, de intensidad romántica y control clásico. Nacido en 1798, murió en 1863, tal vez, fuera hijo del político Talleyrand, sin certeza él lo ocultaba. Estudió Artes Académicas pero le interesaban las ruinas góticas y se dejo llevar por los aires de la modernidad. Vivió en contacto con grandes escritores y músicos Victor Hugo, Stendhal, Alexandre Dumas, Chopin, Liszt y Schubert y fue tocado por el Romanticismo.
En su atelier observamos el ensayo sobre su famoso cuadro “La muerte de Sardanápalo”, con colores vibrantes que apuntan a efectos emocionales y vemos su paleta, sus pinceles y algunos dibujos y óleos de tigres que recuerdan el viaje al África, que tanto marcó su vida.
Se lo celebra especialmente por su pintura: “La libertad guiando al pueblo” de 1830. Muere solitario dejando la herencia de sus trabajos. En su estudio, que adquirió en 1857, se siente la belleza y el recogimiento, y secretos aún no descifrados de tantos amores apasionados y de su arte.
Cruzo a la Rive Droite para encontrarme con el Centro Pompidou, subo por los ascensores que permiten una gran panorámica de París y recuerdo cuando hablando con una de las conservadoras me comentaba el esfuerzo de mantenimiento que significa este gran edificio moderno. Sin duda, el Pompidou es un centro cultural especialmente querido por los franceses, en su gran atrio, artesanos y artistas callejeros rememoran la vieja bohemia francesa. En el último piso, rodeado de la vista de París, vemos la exposición: “Le Corbusier, la medida del hombre”. Le Corbusier, el arquitecto, el genio, el artista. Mas de 300 obras, maquetas, fotos, documentos nos permiten descubrir al urbanista visionario, al teórico de la modernidad, al sensitivo del siglo XX. Desde el Jura suizo hasta su muerte en París, su recorrido de vida es una penetración en la esencia del habitat humano, su morfología y posibilidades estéticas y funcionales.
La exposicion dividida en varios módulos: ritmos y motivos, purismo, espíritu nuevo, lo acústico, la resonancia espiritual, la villa humanística, sintetiza una vida dedicada a la indagación arquitectónica, al concepto urbanístico y a la condición humana en relación con su habitat. Introduce la proporción áurea en la Capilla Notre Dame du Haut. Poesía y espacio, urbanismo y detalle, en cada obra de Le Corbusier hay un punto de inflexión y un sentimiento que bordea la belleza.
Madrid: El Thyssen, el Instituto de México, el Mapfre y el Museo Reina Sofía
De París a Madrid, la capital mas jóven de Europa pero no por eso la menos guapa. Recorrer el Viejo Madrid, descubrir la casa de Lope de Vega, el Ateneo, la casa de Cervantes, sentir el bullicio de la Puerta del Sol o tomarse un chopo en la Plaza Mayor, tiene un toque de castañuelas y jamón serrano.
Esta vez olvido El Museo del Prado y me dedico al Museo Thyssen Bornemisza, recordé con la jefa de prensa, Gema Sese, cuando estuve en la inauguración del edificio, todo un acontecimiento artístico. Este museo es, en cierta manera, modelo en su género y guarda una de las colecciones de arte más importantes de Europa. Visito especialmente “Zurbarán, una nueva Mirada”. Atraída por la obra que este pintor envió a Latinoamérica y que tuve ocasión de ver en Buenos Aires y México.
La austeridad plástica, el misticismo y la vibración del color de Zurbarán se exaltan en esta exhibición que presentó piezas únicas. Gracias Thissen por esta muestra.
Hablando del Nuevo Mundo, México aparece ante mis ojos cuando camino por la calle donde está el Parlamento, el Instituto de México en España está frente a éste. Ofrece una excelente exposición fotográfica: “Colección Luz Portátil”, donde figuran varios fotógrafos con visión estética e ideológica, que bien pueden llamarse “ensayos visuales” como lo expresa el escritor Alberto Ruy Sánchez en el prólogo del catálogo.
La tradición fotográfica Mexicana es relevante, desde sus archivos de la Revolución Mexicana hasta sus jóvenes artistas actuales, la mirada azteca funda escuela; me consta cuando vivía en México y estuve en contacto con tantos artistas y fotógrafos. Menciono algunos que se encuentran en esta exposición que merece ser vista: Nicola Lorusso, José Antonio Martínez, Yamina del Real, Lorenzo Armendáriz y Federico Gama.
Ya que hablamos de fotografía en Madrid, fue una grata sorpresa encontrar en la Galeria Barbara de Braganza de la Fundación Mapre! la exposición del fotógrafo Americano Paul Strand.
Es una muestra itinerante organizada por el Museo de Filadelfia (que alberga la más completa colección de obras del artista), en colaboración con Fundación MAPFRE. En un recorrido cronológico (1910-1960) se pueden apreciar 200 obras. Strand es uno de los grandes maestros de la fotografia del Siglo XX, su obra muestra su espíritu comprometido con lo socio-político y con el drama humano.
Amigo de otro gran artista Alfred Stieglitz, Strand supo crear un estilo personal y fue un innovador en cuanto a las alternativas de la cámara. Con ojo alerta y sensibilidad viaja por Estados Unidos y capta “lo Americano” con una óptica diferente. Ver sus obras en España me produjo una doble emoción.
La Fundacion MAPFRE posee un centenar de fotografías de Paul Strand, siendo la más importante colección del artista en Europa. Celebramos a MAPFRE por esta presentación y por su permanente apoyo a la cultura y al arte.
Quien entre al Museo Reina Sofia debe llevar, obligatorio, un mapa, ya que sus itinerarios expositivos son laberintos. Sabemos que el edificio fue un antiguo hospital adaptado, pero la museografía moderna es una disciplina que ayuda a crear ambientes apropiados para las colecciones de arte y las exposiciones.
Fue una gran programación presentar la muestra de 166 obras maestras del Kunstmuseum Basel. Es un hecho sin precedente que permitió ver esta gran colección de Suiza. A la muestra “La colección moderna dle Kunstmuseum Basel”, se unió la muestra “Coleccionismo y Modernidad: Colecciones Im Obersteg y Rudolf Staechelin”, que forman parte del acerbo del centro helvético.
Ha sido el verano de Suiza, Le Corbusier en París y los grandes maestros del Kunstmuseum Basel en el Reina Sofia. Disfrutar de los cuadros de Edvar Munch, Picasso, Kandinski, Dubuffet, Max Ernst, Paul Klee, Paul Mondrian, Yves Tanguy, Chagall, Hodler, Nolde y otros maestros, fue un placer, aún, en el laberíntico Museo Reina Sofia.