La guerra sucia contra los narcos
Es más que sabido que la zona fronteriza entre los dos estados americanos es un territorio sin ley, o mejor, una zona sin derecho. Kate (Emily Blunt), una joven idealista del FBI se enrola voluntaria en un grupo de élite, encabezado por un agente del gobierno para perseguir el tráfico de drogas, y dirigido por un enigmático asesor llegado de Colombia, que resulta ser un antiguo fiscal mexicano, del que se vengaron los narcos decapitando a su mujer y arrojando a su hija a una cuba de ácido.
En su caso, hablar de venganza resulta obvio en la misión del equipo que pretende acabar con el cabecilla del cartel de Juarez.
Sicario nos confirma lo que ya era un secreto a voces: contra el narcotráfico, Estados Unidos y México están aliados en una guerra que también tienen momentos muy sucios –avalados por las más altas instancias de ambos países- en los que se borra no solo la fronteras física sino también los delgados límites que existen entre lo legal y lo clandestino, entre la ética y los medios válidos para conseguir el fin propuesto.
En medio de esta guerra en la que se acepta y ser admite todo, la joven Kate va evolucionando desde su inicial postura idealista hacia un inevitable realismo.
En «Sicario» hay violencia explícita, un ambiente sofocante, persecuciones, operaciones especiales con equipos de visión nocturna…. Sicario es ante todo un thriller sobre el fondo de la guerra de los carteles por el control del narcotráfico en la frontera, y en el que la protagonista femenina es la única que inspira una cierta confianza al espectador.
http://youtu.be/J8Q4j2aBp4c
Pero es también una honda reflexión sobre los oscuros “abismos del alma”, simplificando “la condición humana”, y sobre la génesis de la violencia. Dos horas de tensión ininterrumpida.