Casi un millón de personas cruzaron el mar Mediterráneo como refugiadas o como migrantes este año. Los conflictos en Siria y otras partes del mundo profundizan el sufrimiento humano; probablemente 2015 siente un precedente en materia de desplazamientos forzados, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), informa Katherine Mackenzie (IPS) desde Roma.
El documento que cubre el período de enero a junio y que resume la situación generada en el mundo por guerras y persecuciones, presenta números rojos en las tres principales categorías de desplazados, refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos, aquellas personas que debieron abandonar su hogar y buscar refugio en su propio país.
Las personas refugiadas, que el año pasado ascendieron a 19,5 millones de personas, pasaron el umbral de las 20 millones a mediados de este año llegando a 20,2 millones por primera vez desde 1992, remarca Acnur.
Las solicitudes de asilo se elevaron 78 por ciento sumando 993.000, por encima de las registradas en igual período de 2014. Y los desplazados internos aumentaron en dos millones de personas, llegando a 34 millones en esa situación, detalla la agencia.
Los impresionantes números de la primera mitad de este año hacen prever que 2015 dejará por primera vez la friolera de 60 millones de personas desplazadas; una persona cada 122 que habitan el planeta se vio obligada a abandonar su hogar.
«El desplazamiento forzado afecta profundamente nuestro tiempo. Toca la vida de millones de seres humanos, tanto las de quienes se ven obligados a escapar como las de quienes los reciben y protegen», puntualiza el alto comisionado António Guterres en el informe.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) destacó la tercera semana de este mes que las personas migrantes o refugiadas que llegaron a Europa por tierra o por mar este año superaron la marca del millón, cuatro veces más que en 2014.
La mayoría llegaron por mar y unos 800.000 desde Turquía y Grecia. Además, la mitad proceden de Siria.
Las 11 personas que se ahogaron en la tercera semana de este mes se suman a las 3.695 que murieron o desaparecieron en el mar, según los registros de la OIM.
Otras siete fueron rescatadas esa misma semana por la guardia costera turca tras el hundimiento de su embarcación que, aparentemente, las trasladaba desde Kusadasi, en Turquía, a la isla griega de Samos.
Aparte de la crudeza de los números de Acnur, hay otros indicadores que muestran cómo empeora la situación en ciertas áreas clave.
Por ejemplo, las cifras de retorno voluntario, las personas que sienten seguras para regresar a su hogar cayeron y están en su nivel más bajo en tres décadas. La agencia usa este indicador como barómetro del estado global del conflicto.
Hace un año, 107.000 personas querían regresar a su hogar, más que las 84.000 registradas en el mismo período de este año.
Unas 839.000 personas huyeron de su país en seis meses, un promedio de casi 4.600 al día, según Acnur. La guerra siria y sus consecuencias en la región sigue dejando el mayor número de desplazados.
La presión sobre los países receptores también aumenta
La infraestructura exigida allí plantea el enorme peligro de que aumente el resentimiento hacia los refugiados y se politice su situación. No es una consecuencia nueva y podría convertirse en una tendencia preocupante.
Pero la primera mitad de este año también se caracterizó por una importante generosidad. Turquía es el principal país de acogida con 1,84 millones de refugiados en su territorio hasta el 30 de junio.
El papa Francisco pidió paz y reconciliación en las zonas de conflicto de todo el mundo en su tradicional mensaje navideño desde Roma, en el que dijo que rezó por el éxito de las últimas resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para alcanzar la paz en Siria y Libia.
El papa también condenó los atentados terroristas de Egipto, Francia, Líbano, Malí y Túnez. Miles de personas se agolparon en la plaza de San Pedro para escuchar el mensaje que se transmite todos los años por televisión al mundo entero.
Líbano, durante décadas destino de refugiados, sigue albergando un enorme número de personas obligadas a abandonar su país en la región, en relación con su pequeña población. Acnur estima que hay unos 209 refugiados cada 1.000 habitantes.
Etiopía, por su parte, recibió un duro golpe en el bolsillo siendo el que paga más en relación con su economía, con 469 refugiados por cada dólar de producto interno bruto. A fin de cuentas, quienes cargan con la responsabilidad de proteger y albergar a los refugiados son los países que tienen frontera con los que sufren conflictos y muchos están en desarrollo.
Pero el número de personas que llegaron a Europa a través del mar Mediterráneo apenas se refleja en el informe, principalmente porque la llegada de refugiados se disparó en la segunda mitad de este año y no quedaron registrados en el último informe de Acnur.
En los primeros seis meses de 2015, Alemania recibió nuevos solicitantes de asilo, unas 159.000 personas, casi el total de las de todo 2014. Le sigue la Federación Rusa, con 100.000 solicitudes de personas que huyeron del conflicto en Ucrania.
- Editado por Verónica Firme
- Publicado inicialmente en IPS Noticias